Un sonido molesto hace que poco a poco abra mis ojos. No puedo evitar soltar un gran quejido de dolor mientras me siento sobre mi cama a su vez que mis manos iban a mi cabeza. Cuando era más pequeña era muy frecuente tener pesadillas pero ahora habían vuelto.
-Hija, ¿Estas lista para tus clases de canto?
Mi madre entra a mi cuarto con una dulce sonrisa y se sienta en mi cama. Levanto la vista con lentitud y su expresión cambia totalmente, con rapidez levanta su mano para así posarlo en mi frente, de inmediato niega.
-Me parece que no irás, tienes algo de fiebre. ¿Te sientes bien, corazón?
Yo asiento con la cabeza mientras suspiro.
-De verdad me siento bien, solo tuve pesadillas.
-¿De nuevo?
-Si, es que es tan extraño. Siento como si hubiera tenido otra vida antes, tengo amigos pero ni siquiera veo sus rostros.
Expliqué omitiendo claramente que tenía un que otro encuentro con un chico, esa era mi parte favorita cuando lo soñaba y aunque no veía su rostro sentía como si la electricidad de un rayo sacudiera. mi cuerpo.
-Desde la noche en la que dejé a tu padre y yo te traje conmigo haz tenido ese tipo de episodios...-Murmura acariciandome el pelo.
Mis padres se habían separado cuando yo tenía tres años de edad, una noche ellos habían discutido lo suficientemente fuerte como para que al día siguiente mi madre y yo tomatamos un avión hasta Japón, dejando a mi hermano y a mi padre solos en París.
-Prometiste que al cumplir los dieciocho iríamos juntas a ver si mi hermano y a mi padre..
Mi madre me mira con tristeza y se levanta de mi cama.
-Las cosas no son tan fáciles, hija. Tu padre y yo nos arreglamos hace ya mucho tiempo atrás simplemente no puedo dejar mi misión aquí en Japón.
-¿Mision? ¿Que misión?-Le pregunto rápidamente y su nerviosismo era latente.
Era la primera vez que mi madre se refería a algún tipo de misión aqui.
-Reunión. Quise decir que tengo una reunión. Debo irme..
-Pero madre, yo...
-No insistas ____, hablaremos luego.
Cierra la puerta de mi habitación y yo simplemente le doy un golpe a la cama. Mi madre podía ser la persona más comprensiva del mundo, pero el único tema que no podía tocar era sobre mi hermano y mi padre porque las cosas se ponían raras.
Estaba decidida, tengo la mayoría de edad así que puedo tomar mis propias decisiones. No perdí tiempo y tomé mi laptop para así buscar vuelos hacia París, el más próximo era en dos días y chillo, soy la persona más impaciente del mundo y dos días era demasiado tiempo sin embargo tendría tiempo suficiente para convencer a mamá e irnos juntas.
Compró dos vueltas en primera clase, posiblemente recibiría una buena regañada pero ¡Ey! debíamos llegar frescas como lechuga y no secas como una pasa a París.Al finalizar la compra una gran sonrisa se asoma en mis labios y mis ojos se llenan de lágrimas.
Vería a mi hermano nuevamente.
-¡_____! Ven a desayunar.-Grita mi madre desde la planta baja y yo termino de alistar mi ropa.
-¡Ya voy, mami!-Le respondo y salgo de mi habitación, feliz.
Los días pasaron más rápido de lo esperado, había intentado hablar con mi madre pero siempre terminaba hablando de cualquier otra cosa.
En secreto había preparado sus maletas al igual que las mías, había preparado un taxi que nos pasaría a recoger a la hora indicada, todo estaba más que listo, incluso había reservado el hotel en París, la parte más difícil era decirle a mi madre.Tenía sólo diez minutos para decirle a mi madre que viajariamos, mis manos sudaban de la emoción y los nervios.
-Mami...
Digo cuando la veo salir del baño en bata, era su rutina, llegar del trabajo y darse una merecida ducha de burbujas.
-Hija...-Me mira con una ceja alzada.
Estaba Atrapada. Claramente no podía ocultarle nada.
-¿Que me ocurriría a mi si yo te digo a ti que... En diez minutos pasará un taxi por nosotras hacia el aeropuerto?
Juego con mis dedos nerviosamente y muerdo mi labio tímidamente.
-Lo sé.
Cierto mis ojos fuertemente esperando alguna reacción distinta aunque los abro rápidamente. No esperaba eso.
-¿Mh? -frunzo mis cejas.
-Hija, ¿realmente creiste que podías ocultarme todo? Usaste mi tarjeta y yo recibo en mi teléfono cuando se realizan compras. Pude renunciar a mi trabajo y preparé un bolso extra.
Su risa hace que mis hombros se relajen y la miro apenada.
-Iba a cancelarlo pero se cuan importante es esto para ti, ha pasado demasiado tiempo y se que es hora de volver.
Toma un gran respiro y yo me abalanzo sobre ella. Mi madre era la mejor del mundo.
-Pero estas castigada.
Y no duró mucho. No puedo evitar reír por ello y salgo de su habitación para dejar que se vistiera. Este sin duda era el mejor día de mi vida.
Miré por última vez el lugar que había sido mi habitación, suspiro y sonrío, esperaba nunca más volver. No porque fuese malo, si no que vivir con mis padres juntos y mi hermano era mi sueño.
Veo mi amuleto en mis manos, realmente no recordaba como es que lo tenía pero sabia que era muy especial. Su forma de plumas de pavo real era hermosa, lo tenía guardado bajo llave en mi cofre. Terminé de guardar el resto de mis cosas y me voy al encuentro con mi madre a la puerta principal, el taxi ya estaba esperandonos. Solo bastó una última mirada para que mi madre y yo sali éramos definitivamente por esas puertas.
París, Adrien, Padre, allí voy.
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Adrien's Sister [Luka Couffaine x Tú] 1° temporada.
FanficNací en Francia y desde que tengo memoria mi vida fue complicada. A los 8 años de edad mi padre me envió a Alemania, nunca me dijo la razón pero viví en un inmenso campus lleno de niños y niñas de distintas edades. Si bien el lugar era hermoso lloré...