∆Música∆

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Luego de un pequeño regaño por parte de los maestros por correr en la escuela y que Aitné casi me matará al llegar al salón, las clases siguieron su curso normal, quisiera decir que fueron buenas materias, pero en su mayoría me aburrían muchísimo.

De la nada veo que una bola de papel cae en mi cuaderno, al abrirla me tope con un "¿Le entendiste al ejercicio cuatro?", primero mire a mi izquierda y note que Aitné estaba resolviendo uno de los ejercicios así que ella no escribió la nota, al mirar a mi derecha me encontré con la mirada suplicante de Raiden. Contuve mi emoción al notar que Raiden empezaba a hablarme un poco más, aunque sea de la escuela nunca antes me había mandado una nota.

Tomé una pluma y escribí con la mejor letra que tenía "se resuelve con la fórmula general" y luego le lance el papel sin que la maestra se diera cuenta.

Las clases terminaron y salí como siempre con Aitné, nos encontrábamos charlando fuera de la escuela, bajo uno de los árboles del parque que está frente a la salida.

- Bueno... Entonces nos vemos mañana - se despidió de nosotros Maria, una de las amigas que había logrado hacer en años pasados y con la que me encontraba a la salida de la escuela - Tengo mucha tarea, el maestro de historia nos dejó un resumen del periodo prehispánico más largo que el pelo de Sofía - señaló a otra de nuestras amigas que se encontraba sentada en una banca esperando a que sus padres llegarán por ella.

- Yo también me voy - dijo esta vez Aitné acomodando su mochila al hombro - ¿Vienes? - me preguntó a lo que respondí asintiendo y me despedí del resto - Vamos come on... Vamos todos allá - comenzó a cantar mientras caminaba tras de ella.

- ¡Oigan! - la interrumpió el grito de una voz bastante familiar para mí - Esperen - Aitné y yo nos detuvimos en lo que Raiden se despedía de un grupo de amigos con el que iba - ¿Ustedes se van juntos? - pregunto al estar a un lado de nosotros.

- Si - respondió Aitné, y en verdad se lo agradezco por qué a mí se me olvidó como hablar - Somos vecinos así que tomamos la misma ruta - agrego.

- A veces es cansado por qué ella nunca para de hablar - dije ya un poco más relajado por qué sabía que no íbamos a ir solos como la última vez.

- Oye - se quejo Aitné fingiendo voz indignada - Mejor dime qué ya no quieres que te hablé.

- Te lo agradecería - le respondí sarcástico.

- Deshonor - musitó - Toma nota Raiden - para colmo él le siguió el juego fingiendo que una de sus manos era una hoja y otra una pluma - Desonrrado tu, deshonrrada tu vaca.

- Eres demasiado dramática - dije rodando los ojos.

- Y tú sarcástico... - repuso, y claro que tenía la razón.

- Veo que ustedes son buenos amigos - Raiden se volvió a unir a la conversación.

- Si - esta vez fui yo el que hablo - Si ella no me hubiera empezado a hablar yo ni la toparia.

- Pero son vecinos.

- Si, aún así no hablo con muchas personas - respondí.

- Como buen introvertido, el no hace amigos... Los extrovertidos lo adoptan y ya - comento Aitné provocando una risa de parte de Raiden y que yo la mirara mal.

- Bien, esta es su parada - nos dijo Raiden y fue cuando note que habíamos caminado bastante sin que me diera cuenta - Los veo el lunes - se despidió.

- No se te olvide leer el libro - le recordé y recibí un pulgar arriba como respuesta mientras el se alejaba caminando.

- Vamos chico enamorado - me dijo Aitné sujetandome de los brazos y haciéndome entrar al bus que acababa de llegar.

- ¿Se nota mucho que me gusta? - le pregunté una vez que nos sentamos, ella me dejó el lado de la ventana y se sentó junto a mi.

- No mucho, si no fueras así de tímido con todos sería más notorio, pero como casi no hablas con nadie y te pones un poco nervioso al hablar en público no se nota - su respuesta me tranquilizó bastante.

Sin decir más saque mi teléfono y busque el libro que debía leer, Aitné puso música en el suyo y cerró los ojos, al poco rato sentí que se recargaba en mi brazo, obviamente se había dormido; yo seguí leyendo durante un rato más hasta que termine el libro una parada antes de la nuestra.

Era momento de despertar a Aitné de la forma dulce y gentil que yo se.

- ¡Despierta maldito koala dormilón! - grite a un lado de ella provocando que saltará y pegara un grito ahogado.

- ¡Dan! - se quejo mientras acomodaba sus audífonos y los guardaba en la bolsa del pantalón de su uniforme - Odio que hagas eso.

- Para que te duermes - respondí y ella me miró serio.

- Eres un grosero - ambos nos pusimos de pie y bajamos en cuanto volvió a parar el bus - Siempre me andas espantando.

- Es que reaccionas gracioso.

- Tarado - musitó.

Caminamos una calle y nos separamos, después camine yo solo hasta llegar a mi casa.

- Ya llegué - dije en voz alta como de costumbre pero nadie respondió, camine a la cocina y en la mesa me tope una nota  de mi madre, había ido al súper mercado para comprar algunas cosas para la semana - Bueno, ya que - murmuré y luego subí a mi habitación.

Entre y puse mi mochila donde acostumbro, me senté en mi escritorio y comencé a hacer mi tarea. Luego de pelearme con unos problemas de química logré acabar.

Un ruido en mi balcón me distrajo, seguramente era Aitné.

- ¿Que quieres? - le pregunté pues ella estaba parada sin decirme nada.

- Uy, que carácter... Yo que solo quería saber si ya habías acabado la tarea - me dijo cruzadose de brazos.

- Si, ya acabe - seguía cruzada de brazos - ¿Por qué? - lo más seguro es que algo quería.

- ¿Quieres venir a jugar un rato - respondió, esta vez poniendo ambas manos en el barandal y acercando su cuerpo al borde.

- ¿Jugar que? - supo llamar mi atención.

- Play - me dijo, y si que llamo mi atención - Acá escojemos el juego, papá acaba de comprar Injustice y tengo el de Resident evil que te gusta - «¡Si quiero!».

- Si quisiera, pero mamá no está y si no tengo permiso me va a regañar.

- Será mañana - respondió desanimada - Bueno, iré a jugar solita entonces - finjio limpiar una lágrima y se giro.

- Mañana tienes juego - a veces es tan olvidadiza que si no tuviera la cabeza pegada se le olvidaría ponérsela.

- Cierto, entonces mañana te veo ahí ¿Si? - me pidió suplicante.

- Si, mañana te veré jugar - le respondí también recargandome en el barandal.

- Ok, entonces mejor el domingo jugamos algo - asentí - Adiós, enamorado - se despidió moviendo su mano.

- ¿Vas a seguir llamándome así?.

- Si - me dijo para luego cerrar la puerta de vidrio de su cuarto y correr la cortina color lila con estrellas blancas de diferentes tamaños.

- Ah - suspiré derrotaron y después entre a mi cuarto.

Saque mi teléfono y puse musica en mis audífonos. Después de dos canciones se reprodujo "Billie Bossa Nova", mi mente en un momento viajo al recuerdo de la sonrisa de Raiden y luego sus ojos... Ahora no podré escuchar esta canción sin acordarme de el. 

Orange: Tiempo Para AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora