La luz del día me molestaba en los ojos, la noche anterior habíamos olvidado cerrar las cortinas de la habitación. Mire al rededor y a mi lado estaba Aitné con el pelo enredado, la boca medio abierta, su rimel estaba algo corrido y tenía sobre ella una pequeña manta color amarillo.
- Pintoresco - susurré mientras ella se tapaba el rostro con la manta para cubrirse de la luz y seguir durmiendo. Decidí salir a la sala, en donde encontré a Raiden dormido en un sillón, con el pie colgando fuera del sillón apenas tapado con una manta color gris, me quedé un momento mirándolo hasta que escuche ruidos en la cocina.
- Oh, buenos días - me saludo Leo en cuanto me vio entrar.
- Buenos días - respondí viendo que estaba haciendo el desayuno.
- Mis papás salieron a trabajar, entonces el desayuno va por nuestra cuenta - me dijo - Ayudame sacando vasos y la leche - me señaló primero una repisa donde se encontraban trastes y luego el refrigerador, camine al comedor con los vasos y la leche en la otra mano.
- Los cakes están listos - llegó a mi lado con un plato lleno de hot cakes - ¿Despiertas a Aitné y yo a Raiden? - asentí y camine hasta el cuarto donde estaba mi amiga loca.
Al llegar se encontraba cubierta con la manta de los muslos hasta la cara, con las piernas estiradas fuera del puff dónde dormía.
- Hicieron hot cakes - dije con voz alta para lograr despertarla, ella solo bajo la cobija dejando ver la corona de su cabeza y sus ojos, su cabello está despeinado y enredado.
- Que bonita forma de despertar - exclamó sentándose y estirando los brazos en un bostezo - Adelantaté... Por lo menos quiero desenredarme el pelo.
- Por favor... Pareces loca - bromee a lo que ella me lanzó una almohada que estaba en una sleeping bag - Auch - exclamé y le lanse de vuelta la almohada para luego salir casi corriendo.
Llegando a la mesa me tope con Raiden ya despierto sentado dándome la espalda, desde ese ángulo se alcanzaba a ver un "almohadazo" en su cabello lo cual me produjo gracia, cosa que me hizo notar que no sabía cómo me veía yo, también acababa de despertar y ni por casualidad me vi al espejo antes de salir. Corrí de regreso a la habitación, Aitné ya tenía el pelo peinado y se estaba quitando el rímel embarrado del rostro.
- ¿Y a ti que te pasa? - me preguntó dejando de ver su reflejo en un pequeño espejo que siempre cargaba en alguna bolsa o mochila.
- Dime que no me veo mal - dije casi en súplica.
- Solo estás un poco despeinado y ya - respondió entregándome el espejo.
- Que suerte - suspiré para salir junto a ella.
- Buenos días - dijimos los dos.
- Buenas, buenas - respondió Raiden quién ya tenía dos hot cakes preparados en su plato y leche en un vaso.
- Buenos días - dijo está vez Leo dándole un beso en la cabeza a Aitné y colocando un plato frente a cada uno de nosotros.
El desayuno paso rápido, casi no hablamos, nos dedicamos a comer hasta que se escuchó el sonido de un auto, para luego escuchar el timbre de la casa.
- Debe ser mi mamá - comento Raiden terminando de secar los platos que tenía, habíamos jugado piedra, papel o tijera para saber quién lavaba y secaba los platos, perdieron Aitné y Raiden así que ella lavo y el seco.
- Voy - Leo camino a la puerta y se encontró con una mujer de estatura baja, delgada, con el pelo negro recogido en una coleta baja, de piel trigueña y un lunar notorio sobre la ceja izquierda, la señora paso y de forma amable me saludo, Raiden salió de la cocina y luego se marcharon - ¿Y bien? - me preguntó en cuanto se fue.
- ¿Que cosa? - lo mire con extrañeza.
- No se tu, pero yo vi como que Raiden dudo en si besarte en la mejilla o no - me quedé un momento analizando lo que acababa de decir.
- Claro que no, el es tan hetero como tú - le respondí, a lo que el miro a Aitné y ella solo asintió.
- Da esas vides - añadió ella.
- Hagamos una apuesta - propuso Leo - Si Raiden resulta enamorado de Dan para finales de este año los dos se tendrán que teñir el pelo de color rubio.
- ¿Y si no? - repuso Aitné - No podemos apostar con los sentimientos de alguien, y menos si es amigo mío....
- Si no pasa nada tienes que dejar que Aitné te maquille y saldrás en vestido con nosotros al cine - iinterrumpi abruptamente.
- ¡Oye! - reprochó la castaña - Según yo defendiendote para que no apuesten contigo y tú siguiéndole el juego.
- Si van a apostar conmigo por lo menos que sea bajo mis términos - respondi restándole importancia.
- Ay... Típico de Escorpio - exclamó tomando el suéter que llevaba puesto la noche anterior, el cual se encontraba en el sillón donde había pasado la noche Raiden - Vámonos ya o te dejo que regreses solo.
- Vamos - suspire pesadamente mientras ambos salíamos de la casa, Aitné le llamo a su madre para avisarle que iríamos a su casa por nuestra cuenta.
- ¿Estás bien con esa apuesta?... - me preguntó mientras caminábamos.
- En verdad me da igual... De todos modos quiero teñirme el cabello en cuanto nos grafuemos.
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Orange: Tiempo Para Amar
Roman pour AdolescentsEl amor es tan fácil de sentir, tan complicado de explicar y aún más de encontrar. Se complica aún más si no sabes cómo hablar con esa persona. Solo es un "hola" ¿Cierto?... Pero a veces es más fácil decirlo que hacerlo. En libros e historias de a...