∆El partido∆

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Desperté de una muy mala manera, me quedé dormido después de cenar y de nuevo con audífonos, para mí mala suerte el cable se enredo en mi cuello y también en mi oido izquierdo.

- No he iniciado el día y me pasa esto - murmuré mientras me desenredaba, luego tome mi celular y mire la hora, «las diez» - LAS DIEZ - me pare de golpe, se supone que el partido de Aitné era al medio día.

Tendría tiempo, jugarían en la cancha de la escuela, pero como "señor outfits chidos" se tarda más de una hora arregladose, pues... Lo más seguro es que llegaría tarde.

Corrí a mi baño y me metí a la regadera, por lo menos ya estaba bañado, ahora mi problema era que usaría. Opte por unos pantalones de mezclilla negros con un cinturón liso, una playera beige de manga corta, unos tenis del mismo color, una chamarra color camello con bolsas a la altura del pecho.

- Estás arreglado muy temprano para ser sábado - me dijo mi madre en cuanto baje a la sala.

- Hoy juega Aitné - respondí - Le dije que iría a verla...

- Cierto, me habías pedido permiso - recordó - ¿Tienes tiempo de desayunar? - saque mi teléfono, eran once cuarenta, con trabajos y tenía tiempo de ir caminando a la estación del bus, si salía un minuto más tarde tendría que correr.

- No, comeré algo con ella cuando acabe el partido... Me llevo esto - respondí rápido mientras tomaba una manzana, caminé hacia la puerta y salí directo para la escuela.

Al llegar tuve que esperar unos momentos a qué abrieran la puerta para entrar al partido. Me dedique a ver mi celular, no tenía señal, por ende los datos no me servían, suspiré pesado y gire mi rostro, mala idea....

La imagen que veía parecía de un vídeo o promocional, Raiden venía en su patineta por la acera, llevaba un pantalón y playera de color negro, ensima traía una camisa color gris militar, llevaba un anillo en su mano derecha y una cadena delgada con un dije color plata.

- Dan - me llamo en cuanto llego, bajo de su tabla y con un movimiento de pies que no entendí, hizo que la tabla brincara y la atrapó con su mano izquierda - Supongo que vienes a ver el partido.

- Si - respondí, creo que si era más fácil poder hablar con el después de un par de días - ¿Acabaste de leer el libro? - le pregunté intentando sacar un tema de conversación.

- Aún no - «¿Cómo puede tardar tanto en leer 46 páginas?» - ¿Y tú?.

- Desde ayer - su cara me causo gracia, seguía sin creer que pudiera leer un libro en un solo día - No es como si tuviera tantas páginas.

- Además a ti te gusta leer - yo solo asentí - Ya abrieron - comento a lo que gire y frente a mi vi como se abrían la portones de la escuela dejando entrar a algunos - Vamos... Tenemos que llegar a unos buenos lugares - me tomo del brazo y me arrastró dentro, y mentiría si dijera que no sentía que explotaba desde dentro - ¿Nos sentamos hasta enfrente?.

- N-no - «en buena hora se me ocurre tartamudear» - Si nos sentamos hasta enfrente corremos más riesgo de que nos golpeen con el balón - explique ya más calmado pues había soltado su agarre.

- Entiendo... ¿Qué lugar sugieres tu?.

- En medio, muy atrás no veríamos tan bien y muy enfrente está el problema de los balones - dicho esto caminamos hasta la zona céntrica de las gradas.

Pasaron unos minutos más y entraron las chicas del equipo de nuestra escuela, iban a jugar contra otra de las secundarias de la región.

- ¿Viniste por qué Aitné juega? - me preguntó cuando el juego empezó.

Orange: Tiempo Para AmarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora