❓Una mala broma❓

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Narra Edward

Oswald me miraba completamente estupefacto, con la boca abierta, sin saber qué decir.

- Pe-...pero..., ¿cómo? -consiguió preguntar.

❓❓❓

Cuando abrí los ojos estaba completamente desorientado. Sólo escuchaba fuertes golpes y gritos en la lejanía. Me dolía mucho la cabeza y tenía las extremidades entumecidas. Miré a mi alrededor buscando alguna pista de donde estaba.

Mi cuerpo se encontraba atado a un poste que formaba parte de un gran y luminoso carrusel en cuyas escaleras pude ver a un joven sentado. Lo reconocí como el chico que había estado secuestrado junto a Oswald y yo el día que maté a Isabella. Le llamé con susurros:

- ¿Jonathan? -creía recordar que ese era su nombre- ¿Jonathan, eres tú? -repetí, elevando un poco más el tono.

Al oír su nombre, el chico giró la cabeza buscando el origen de la llamada. Al verme, su rostro se retorció en una mueca de estupefacción.

- ¿Señor...señor Nygma? ¿Está vivo? -preguntó, sin salir de su asombro.

- Pues claro que estoy vivo -respondí sorprendido-. Oye, ayúdame a desatarme.

Subió despacio los escalones para llegar hasta donde yo estaba y comenzó a desatar las cuerdas que me rodeaban.

Una vez liberado del apretado nudo que me aprisionaba pude aspirar fuertemente, llenando mis pulmones. Tosí con violencia, expulsando gotas de sangre que se habían atascado en mi garganta.

- ¿Está bien, señor Nygma? -preguntó preocupado Jonathan.

- Sí, sí, no te preocupes... -escuché un fuerte grito- ¿Qué ha sido eso?

Busqué con la mirada a mi alrededor. Frente a mí, a unos cinco metros de donde yo estaba, dos hombres peleaban en el suelo, uno encima del otro. Impulsado por la curiosidad y evitando el vago intento que hizo Jonathan por detenerme, me acerqué hacia ellos.

❓❓❓

Y ahora allí me encontraba, con Oswald mirándome estupefacto decidiendo qué tipo de reacción debería tener ahora. Tras unos segundos, en los que nos encontramos sumidos en un silencio que ninguno de los dos nos atrevíamos a romper, su cara se contrajo en una mueca que balanceaba entre una alegría absoluta y un dolor desgarrador.

Se abalanzó sobre mí para darme un abrazo, apretándome con fuerza y hundiendo la cara en mi pecho. Comenzó a llorar y yo le acaricie la cabeza suavemente. Se separó levemente para poder hablar:

- Y-...yo... -hablaba con mucha dificultad, tratando de no atragantarse con sus propios sollozos-, pensaba que tu...que tu...que él -se giró para señalar a Jerome, que yacía en el suelo tumbado, observándonos con aquella espeluznante mueca divertida- que él te había matado.

- No entiendo nada. No puedo recordar nada -dije, tocándome la cabeza-. ¿Qué es lo que ha pasado mientras estaba inconsciente? ¿Por qué pensabas que estaba muerto?

- T-..tu cuello -tartamudeo, como si aún no estuviera seguro de estarme viendo.

Instintivamente puse mi mano sobre el cuello y toqué algo que estaba pegado allí. Algo como plástico. Tiré de ello hasta sacarlo por completo y lo puse ante mis ojos: era una de aquellas heridas falsas que venden en las tiendas de bromas.

Dirigí mi mirada a Oswald que observaba, como yo, atónito, el trozo de plástico que sujetaba entre mis dedos.

En cuestión de poquísimos segundos, su cara volvió a teñirse con un rojo vivo y ardiente. Se giró hacia Jerome y comenzó a chillar:

- ¡ESTÚPIDO PAYASO! ¿¡COMO SE TE OCURRE HACERME ESTO!? ¡YO SI QUE VOY A CORTARTE EL CUELLO Y LUEGO...TE SACARÉ TODOS LOS INTESTINOS POR EL HUECO! -con cada palabra elevaba más el tono y la voz se le desgarraba aún más. Cualquiera hubiera pensado que, de continuar así, pronto su voz desaparecería, pero era tal su rabia y su frustración que todo su cuerpo parecía luchar contra cualquier lógica biológica- ¡VOY A HACER QUE DESEES QUE LA ZORRA DE TU MADRE HUBIERA DECIDIDO ABORTARTE! ¡AL MENOS HABRÍAS SERVIDO PARA ALGO CONVIRTIÉNDOTE EN EL ALMUERZO DE ALGÚN GATO CALLEJERO!

Oswald avanzaba con cada insulto, acercándose cada vez más a Jerome. El pelirrojo no hacía más que reír a carcajada limpia, ajeno a todo el odio que desprendían aquellas amenazas. Harto, Oswald se lanzó contra Jerome y cargó contra él numerosos golpes. Los gritos y las risas se mezclaban, en una terrorífica melodía que acompañaba aquella lucha.

- ¿Esto es en serio? -oí una voz detrás de mí- ¡OSWALD! -gritó Jervis apareciendo a un lado de los combatientes dispuesto a separarlos- ¡Te he separado ya dos veces! No pienso hacerlo una tercera vez -le advirtió, señalándole con un dedo acusador.

Oswald se detuvo para mirarlo. Resoplaba por el esfuerzo.

- Pero es que...

- ¿Alguien me puede explicar qué es lo que esta pasando, por favor? -imploré, ya absolutamente confundido.

Sin dejar de observar a Jerome, ellos accedieron a refrescarme la memoria: Me recordaron mi secuestro y me contaron como ellos habían ido hasta allí para ayudarme, también como al encontrarme "muerto" todo había tomado un cariz mucho más dramático. Por último, me contaron todas las luchas que habían protagonizado Jerome y Oswald antes de mi llegada, incluyendo la confesión de amor de Jerome.

Todo cobró sentido al fin.

- Aún con todo, Jervis no quiere que acabe con él -Oswald hizo rodar los ojos.

Jervis iba a responder, ofendido por el gesto del Pingüino, pero le detuve:

- ¿Sabes? Yo también estoy de acuerdo con no matarle, Oswald. De hecho... creo que tengo un plan mucho mejor para él -añadí, con una sonrisa pícara.

❓❓❓

¿Qué será lo que tiene planeado Edward?

Espero que hayan disfrutado de este nuevo capítulo.

Hasta la proximaaa

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Liberarme para amarte (Nygmobblepot/Hattercrow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora