Cap. XXXVI: "Eternidad"

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Blanco. Rosa. Celeste. Verde. Negro. Amarillo.

Camila se lamió los labios, con los brazos tras su espalda y observándolo todo a su alrededor: estaba todo ya en su lugar y de una manera inclusive mejor de la que había imaginado.

El salón que la rodeaba era blanco. Sus paredes estaban perfectamente pintadas y remodeladas para la ocasión. Cada rincón era blanco y agradable a la vista, como el color de piel de Lauren. Como Lauren.

Rosa era el color que invadía su cuerpo. Estaba ya vestida con una falda larga color pastel y una musculosa algo más oscura. Cada parte de la tela no escapaba del rosa como solían quedar los labios de Lauren luego de más de una hora haciendo el amor. Su piel se volvía más blanca contra las sábanas y su boca resaltaba por el rosa después de besar tantas veces a Camila.

Cuando las luces se apaguen, antes de que ellas bailen juntas, en el centro de atención y con una música lenta para la ocasión, el salón descenderá su brillo hasta un tenue color celeste. Como las cintas que sobresalían del pastel a un costado y alejado del salón; celeste como la cantidad de prendas de ropa que le pertenecían a Joey porque así lo determinaba Lauren. Celeste como el cielo terrenal que ella había formado con su ya casi esposa.

En cada mesa había un adorno color verde. Era una especie de florero con un ramo de orquídeas blancas y eran sin duda lo que más llamaba su atención, porque le encantaba cómo le daban un toque pacifico a cada redonda mesa. Verde era también la segunda pequeña capa que tenían las sillas tras ellas, en su respaldar blanco. Verde como el color de ojos de Lauren pero menos esenciales a su vista que ellos.

Mike, su padre, Zayn y el resto de invitados masculinos, vestían traje negro y era lo único oscuro que por el momento invadiría el lugar. Como su piel morena en contraste a la clara de Lauren y esa combinación que nunca dejaba de ser tema de conversación en las noches. La ojiverde solía abrazarla y, cuando la recostaba contra su pecho, le susurraba cuánto amaba que fueran tan distintas en todo tipo de sentidos.

Y amarilla era la pequeña luz solar que aún ingresaba por las ventanas y era el color que brillaría en las lámparas cuando la noche los invadiera. Amarillo cómo el vestido que utilizaría Beth y como un amarillo dorado ocuparía su dedo anular en menos de una hora.

Camila infló su pecho y sintió un brazo rodearle la cintura, golpeándola suavemente contra un pecho. Se abrazó a el al reconocer el perfume de su mejor amigo y se separó cuando Zayn le dio una noticia que no esperaba:

- Cuando termine la fiesta, me iré Mila. La escuela militar no espera- agregó frente al desconcierto que mostraba el rostro de la morena-

- Zayn…Voy a extrañarte tanto ¿Cuánto tiempo estarás allí?-

- Años. Mucho años- sonrió él con algo de esfuerzo y Camila finalmente suspiró llena de tristeza- Sé que debería habértelo dicho luego y no arruinar tu momento especial pero…creí que después sería peor-

- Lo hubiese sido, si. Gracias por estar aquí y haber estado conmigo siempre-

- Fue un honor, princesa- bromeó él rodeándole el hombro y girándola para caminar a la salida- No deberías estar aquí-

- Lo sé pero quería asegurarme de que todo estuviese bien. Lauren ha soñado con esto desde siempre y no quiero que nada arruine el momento-

- Y nada lo hará. No puedo creer que crecer implicaba esto. Ya no eres la niña indefensa que golpeaban contra un casillero y le arrojaban distintos colores de granizados. Te has llevado el mundo por delante, Camila y siempre te admiraré por ello. Te quiero- terminó el chico dejándole un suave beso en su cabeza y haciendo sonreír a su amiga. Se detuvieron frente a un automóvil por estrenar, Zayn estiró su brazo y abrió una de las puertas de atrás. Camila lo abrazó con fuerzas y finalmente se acomodó en el interior-

La Causa Perfecta (Adaptación Camren G!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora