La Causa Perfecta (Adaptación Camren G!p)

Cap. XLII: "Otro"

- Mamá, me haré un tatuaje-

- Claro, cariño- Beth se detuvo justo cuando estaba por subir la escalera. Su rodilla quedó elevada e inmediatamente la bajó con sorpresa y regresó hacia el living-

- ¿De verdad?- preguntó emocionada. Camila en cambio ladeó la cabeza y la observó con un gesto irónico- ¿Y por qué no? Lo quiero como regalo de mis 17- agregó cruzándose de brazos. Camila continuó acomodando su maletín de trabajo-

- Cumplirás 17 la semana entrante-

- Exacto. No quiero un perfume como cada año -

- ¿Y por qué no? ¡Nos cuesta un sueldo completo!-

- No exageres. Pero también quiero hacerme un tatuaje-

- Claro, dile a Andrew que te dibuje algo con sus marcadores ¿Quieres algo en el brazo? ¿En el pie, tal vez?- bromeó la morena caminando a la puerta; estaba llegando tarde a su trabajo y no discutiría el planteo de su hija en esos momentos-

- ¡Mamá!-

- Es el día libre de tu madre ¿por qué mejor no la ayudas en las cosas de la casa y eso?- ordenó la morena abriendo y lanzándole a la ojiverde un beso- Cuídate y pórtate bien. Nos vemos a la tarde, hija-

- Adiós- susurró Beth con total molestia e inflando su pecho producto de ello. Cuando escuchó a Lauren ingresar a la cocina por la puerta trasera, sonrió y caminó con rapidez hasta ella- ¿Mamá?-

- ¿Si, hija?-

- ¿Qué haces?- le preguntó al verla buscar algo en todas las alacenas-

- Algo para quitar esas hormigas de mi jardín. Ya no tengo rosas ¡ni una sola!... ¿pero qué querías decirme?-

- Ah, si… ¿Puedo hacerme un tatuaje?-

- No-

- ¿Tú tampoco me dejarás?-

- ¿Ya lo has hablado con tu madre?-

- Acabo de hacerlo. Y me respondió lo mismo-

- Entonces es suficiente. Entiendes lo que significa no ¿cierto?-

- Claro que entiendo pero solo será una pequeña frase, en mi brazo. Aquí, mira, no será tan…

- ¡Aquí está!- gritó Lauren satisfecha al encontrar un frasco de polvo para fumigar; que lanzaría en todo su jardín para exterminar o alejar al menos esas hormigas-

- Mamá ¿estás escuchándome?-

- Si, hija. Y ya dije que no- terminó Lauren observándola un segundo con seriedad y abandonando la cocina luego. Beth rodó los ojos; seguiría insistiendo más adelante con eso.
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Camila llegó a la oficina de Eva y tocó la puerta con suavidad; resguardó una carpeta contra su pecho y entró cuando la mujer le dio permiso.

Allí estaba Eva, la mujer que sin dudas permitió que estuviera ahora en la posición económica que estaba: mudarse de ciudad, comprar una casa, cambiar el auto y brindarle educación a sus hijos se debía en gran parte a ella.

Camila sacudió la cabeza cuando la mujer tosió después de reír y le ofreció el asiento frente a su escritorio:

- Tengo los nuevos logos terminado, Eva. Fue un trabajo duro y extenuante pero aquí están al fin- dijo la morena entregándole la carpeta-

- Me alegro mucho, Camila. Tenemos que elegir uno en particular. Pretendo abrir una nueva sucursal antes de fin de año- le aclaró la mujer y Camila asintió respaldando cada palabra. La voz de la mujer sonaba cansada y más grave que de costumbre-