Cap XVIII: "Refugio"

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A Lauren la cuenta no le estaba dando el resultado que esperaba. O estaba sumando mal desde un principio y aún no lo había notado.

- El orden de los factores no altera al producto- susurró para si misma mientras golpeaba los dedos de su mano derecha contra la mesa-

Había hablado con su madre una hora atrás solo para informarse de que iba a estar ausente unos días para acompañar a Camula a una junta médica en las afueras de Lima. Iban a ser 10 días sin el soporte de Clara y eso la preocupaba de alguna manera.

Y la noche anterior Sinu había cenado con ella y Camila para comentarles que, esa mañana, no iba a poder cuidar a los niños. Ni el día siguiente por cuestiones de su trabajo. Sinu era parte de la única concesionaria del pueblo y trabajaba a medio tiempo, pero en los últimos días había perdido horas por lo que debía recuperarlas cuanto antes.

Y ese día ella ya había perdido la mañana del Instituto. Además de que seguramente el examen que debía presenciar iba a reprobarlo porque así era la profesora de matemáticas: si se ausentaban en sus exámenes, no había manera de recuperarlo en una buena nota.

Cerró los ojos un momento y se pasó la mano por su frente. Tal vez eso era lo incalculable en su cuenta: por cada momento feliz que viviría, uno de infelicidad la atravesaría.

Se cruzó de brazos y se echó contra la silla, Camila llegaría en menos de una hora por lo que abandonó la comodidad y se dispuso a preparar el almuerzo.

Camila se recostó un momento contra su auto y se desprendió la chaqueta de trabajo. Había salido unos minutos antes por la charla que tuvo con Lauren en el almuerzo y minutos antes de su siesta que con tantas ansias esperaba cada día: algunas cosas se estaban complicando.

Clara no estaría cerca de ellas por más de una semana y a Lauren realmente parecía afectarle. Y la entendía. Comprendía que para la pelinegra el apoyo de su madre en estos momentos era incondicional y estar ella otras cuatro horas fuera de casa por su trabajo no la hacían sentir mejor.

Ambas estaban consumiéndose físicamente pero de distintas maneras. Y Camila creía que Lauren seguía llevándose la carga más pesada. Era la pelinegra la que últimamente se levantaba a la madrugada cuando Beth despertaba a llantos por su atención o a veces no dormía las horas correctas porque hacía el trabajo de casi una mujer: limpiaba la casa, cuidaba sus hijos y terminaba estudiando a altas horas de la noche.

Camila echó un resoplido y se mordió el labio esperando porque las cosas no continuaran cambiando de manera radical. Tomó la llave del Kia Carens que le regaló Sinu y estaba por subirse cuando observó a Eva bajar las escaleras del edificio y luego pasar frente a ella despidiéndose con un saludo de mano.

Recordó que la mujer siempre se ofrecía a llevarla a casa y en ese instante no la vió caminar al estacionamiento como cada día. Recostó su brazo en el techo del automóvil y la llamó en un pequeño grito:

- ¡Eva!- el ruido de sus tacones al caminar se detuvo y la mujer giró lentamente en su búsqueda- ¿Caminarás a casa?-

- Creo que sí. Mi auto está en el taller -

- Te alcanzaré, si no te molesta-

- Me harías un gran favor, Camila pero ¿no debes ir a casa temprano?- preguntó la mujer acercándose a ella-

La Causa Perfecta (Adaptación Camren G!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora