X

35 15 10
                                    

     ("Solo tienes que echar a correr de nuevo.") Me decía la voz ronca que había en mi cabeza. Después de noches llorando por discordias, ahora teníamos una idea en común. Pero puede que esté bromeando... tal vez mintiendo. Adam no mataría a nadie, no creo.

     —¿Mató a Aubrey dices? —había agradecido a toda fuerza superior por dejarme soltar esa frase sin miedo. Me junté con gente desconocida, ¿y si viven solos por ese motivo?

     Lilith paró de llorar, haciendo un gesto con la mano mientras se restregaba las mejillas llenas de lágrimas para luego continuar.

     —Discúlpame —prosiguió—. Sé que Adam no tiene la culpa porque lo dice Dou.

     —¿"Porque lo dice Dou"...?

     Se sentó a mi lado, admirando la tumba, evitando de nuevo el contacto visual hacia mí. Ambos creíamos ver, desde ese momento, un cuerpo femenino que nos escuchaba con pena encima de esa tumba, pero las flores hermosas adornaban sus dolores y silenciaban los gritos. Ambos la vimos por culpa de nuestra enfermedad, ninguno se quejó de su presencia.

     —Aubrey y Adam tenían una especie de relación, pero siempre negaban ser novios, es de esas parejas bonitas e inocentes —murmuró con un poco de dificultad—. Ella en realidad no tenía ninguna enfermedad cuando la conocimos, era una especie de consultora cuando estuvimos en aquel lugar donde nos trataban, se enamoró de Adam y se volvió parte de nuestro círculo de amigos.

     —¿Cuál fue el problema entonces? —Por muy calmado que pareciera, estaba con los instintos más que preparados para cuando hubiera un movimiento brusco salir corriendo. ¿Cómo puedo estar pensando así cuando las penas de Lilith no pueden ni ser descritas?

     —Todos son influenciables por el ambiente. Aubrey no solo lidiaba con nuestros bajones emocionales, también los de todos en el centro. Cada día se veía más destruida, pero como resultado, empezaba a entenderlos más a todos y asumimos que era una mejoría.

     —Egoístas... —susurré sin pensarlo, no lo dije yo. ¿Eras tú de nuevo tomando el control?

     —Sí, lo fuimos, por mucho tiempo fuimos los más egoístas del centro porque la balanza se inclinaba a nuestro favor. —No le ofendió mi comentario, lo trataba como si así mismo pensara ella, por suerte—. Le diagnosticaron depresión después de todo, se podría decir que le fastidiamos la vida.

     —Pero ella era feliz estando en su mundo, ¿no?

     —¡Para nada! —En contra de mis intenciones, llegué a molestarla un poco—. ¿Cómo puedes pensar así? Ponte en su lugar, ahí nadie fue feliz, ni tan siquiera Adam. Tampoco es nuestro mundo, tal vez yo pase un infierno, pero Dou lo pasa peor. Somos muy diferentes, Niall. Yo no lloro cada noche como tú, ni tú te arrepientes de vivir como yo cada mañana. —Todos los días me arrepentía de hablar más de la cuenta, me planteaba más olvidarme de ellos y seguir mi camino, tal vez si no hubiera acompañado a Lilith no habría abierto esta herida.

     »Luego de unos meses estuvimos todos bajo nuestra propia responsabilidad, supuestamente sanos, o lo suficiente como para controlarnos. Como siempre, Adam estuvo haciendo un par de locuras y terminó en el hospital por un accidente en la calle. Aubrey se preocupó mucho por él, nosotros lo hicimos por ella. Él era el que le daba el apoyo para que siguiera viva, estando en el hospital iba a ser muy duro lidiar solos con eso. Había pasado mucho tiempo y ella sola reprimió esa etapa, dejándonos una preocupación menos.

     —¿Se había intentado suicidar antes?

     —Nunca lo supimos, siempre llegábamos a tiempo cuando ella iba a intentarlo, me parecía mucha casualidad, pero tampoco quería pensar mal de ella, aún así, le dimos más atención. No la veía capaz de fingir un suicidio. Recuerdo que ese día era otoño, estaban cayendo las últimas hojas de los árboles. Con ellas también cayó una flor.

WendigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora