XI

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     Douglas subió a su habitación luego de dejarme caer, cansarse de evitar mi pelea cuando él era el que más deseaba golpear a Adam. Se escuchaban gritos desde allá arriba, esas paredes deben guardar muchos lamentos, tal vez ellas también están cansadas

     —¿Por qué siempre la tienes que fastidiar? —Lilith subía las escaleras, llamando a la puerta de Douglas para darle consuelo.

     Yo me recompuse, dejando de lado la ira. En realidad, no sé a qué vino tanta alteración por esto. Él volvió a encender la tele para terminar la película, como si nada hubiera pasado. Me hizo un hueco a su lado y me senté en él.

     —¿Ves? No eres tú. —respondió.

     —¿La tumba de Aubrey está vacía? —cambié de tema, no me interesan mis problemas ahora.

     —Sí. —Sus palabras se volvían más serias pero se encontraba más abierto a la conversación también.

     —¿Cómo lo sabes?

     Apagó el televisor de nuevo y volvió a dirigirse hacia mí, como antes— La desenterré, por supuesto. —dijo.

     Correr era ese botón del pánico donde refugiarme en estos casos. Simplemente me quieren volver loco, es eso, claro. Necesito huir de aquí, voy a morir por intentar ayudar. Necesito escapar.

     —No te asustes, Niall —continuó—. Estaba seguro que Aubrey no estaba enterrada ahí.

     ("¿Crees que eso es una excusa? Vas a morir ahí.")

     —¿Dónde está enterrada entonces? —Si no le miraba a los ojos podía dejar de tartamudear al hacer las preguntas, lo aprendí hoy por la mañana. Pasé de preocuparme por mi problema hace dos días a estar metido de lleno en un asunto turbulento.

     —No lo está. —respondió totalmente calmado, despreocupado de la situación.

     —¿No está enterrada?

     —No, simplemente no está muerta. —añadió.

    Estos tipos tienen que estar bromeando conmigo, no puede ser que tengas tanta mierda en tu pasado y que no lo aceptes para nada.

     —Saltó de un edificio, ¿verdad? —continué yo—. ¿Cómo va a estar viva después de eso?

     Dejé de tenerles miedo, a tenerles asco, y a Aubrey lástima. Lástima de que su muerte solo sirviera para que sus amigos empezaran a atacarse entre ellos y mentir sobre todo, solo para salir ilesos. Están pasándose una bomba y quieren que solo uno explote.

     —No tengo ni idea. —Con calma respondía a todo, como si estuviéramos hablando de un paseo por un campo, uno de margaritas—. Pero Aubrey empezó a llorar cuando nos vio a Lilith y a mí en el hospital, se suicidó sin previo aviso, aún conociendo cómo es ella y su tumba estaba vacía. En todo eso hay algo raro, ¿no crees?

     —¿Te vales de eso para decir que está viva? —pregunté atónito—. ¿Y por qué no ha regresado aquí si sigue viva?

     —Bien, te voy a contar un pequeño secreto ya que eres el único que ha preguntado eso —sonrió un poco—. Aubrey y yo empezamos a discutir mucho unas semanas antes de ese incidente. Me decía que había un lugar maravilloso para los "marginados" como nosotros, que solo había que buscarlo y confiar en que existía de verdad, algo así como un Nunca Jamás.

     —¿Por qué no le dijiste que eso no existía? ¿También creías en él?

     —Claro que no. Tenemos veinte años ya. Siempre le decía que dejara de creer en esas cosas, por eso eran las discusiones. Aunque sé que lo estuve haciendo mal.

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