Prólogo.

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    ❝ "Hay sueños que es mejor dejarlos volar mientras nosotros seguimos anclados al suelo, o más bien, volar nosotros mientras estos intentan retenernos contra el pavimento."
Primeramente, me gustaría citar una metáfora que me llega persiguiendo desde el inicio. Y es que si Wendigo fuese una paleta de colores, probablemente fuese la de un artista monocromo, desde el espeso color negro de las palabras del Wendigo hasta el blanco ligero de las alas de los jóvenes, los grises de los tontos y entonces, contra todo pronóstico, el naranja de la sangre. Wendigo llega tímido, una propuesta angustiante y un poco siniestra, que se convierte posteriormente en una atrevida, que no para de jugar con tu mente y con sus personajes. Wendigo es el humo de las ciudades, el escape de los cobardes, la permanencia, la ganancia y la pérdida opacándola. Pérdida en forma de escaleras rotas, pastillas baratas y jóvenes destrozados. ❞

De la escritora que más admiro. Aquella persona que le dio una oportunidad a esta historia, me ayudó a convertirla en algo de lo que sentirme orgulloso y, en gran parte, le debo que esta exista: K.

WendigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora