YELENA
Puede que haya sido involuntario, tal vez su instinto masculino de protección a lo que considera suyo o que sé yo. Pero no dejo de pensar en que estúpidamente me sentí a salvo caminando junto a él de la mano. No detrás suyo, como un cachorro siguiendo a su dueño, a su lado, porque se encargaba de mirarme cada segundo para asegurarse de que estuviera allí todavía. Y caminaba yo incrédula y mareada por tanta confusión, mientras en mi mano libre llevaba mis bolsas de compras.
Llegando al auto, las cosas volvieron a la normalidad.
Estaba molesto aún, no sé si conmigo, con aquel anciano, con la vida. Pero una vena se marcaba en su frente y otra en la piel impoluta de su cuello. Y yo le miraba de reojo mientras pasaba las marchas con dureza, que yo no sabía conducir ni mucho menos de mecánica automotriz pero sabía que si seguía conduciendo de malas ganas ese pobre —y hermosamente cómodo— BMW negro se iría al cielo de los autos.
Como era de imaginar él no mencionó una sola palabra en todo el camino, se limitaba a conducir y mirarme de reojo de vez en cuando, tragar saliva haciendo que su nuez de adán se moviera cada tanto, pulsar repetidamente el volante con su dedo índice esperando que el semáforo marcase el verde y seguir conduciendo como si nada.
Yo le miraba por el rabillo del ojo atisbando la perfecta forma de su nariz, ligeramente curvada, fina y terminada en una sutil punta, perfecta. rostro parecía estar dibujado por los mismos ángeles, sus pestañas siguen atrayendo mi total atención, tan largas y crespas que parecían falsas.
¿Como es que alguien tan guapo podía caerme como una patada en el estómago?. Y ¿como es que esa patada en el estómago en ocasiones puede sentirse agradable, atractiva y protectora?.
La mente a veces me juega unas pasadas que ni yo misma entiendo.
Caminamos hasta el interior de la residencia, él no se despega de mi lado y sé que lo que viene no es una conversación agradable. Por fortuna soy salvada literalmente por la campana, su teléfono comienza a sonar y a responder mientras yo apresuro el paso y me encierro en mi habitación, sé que la puerta principal cerrada no es impedimento de que venga hacia mi, es el puto dueño de todo esto.
Dejo las bolsas sobre la poltrona en la esquina de la habitación y camino raudamente hacia el baño, me enjuago las manos porque sigue persiguiéndome el hecho de haberla tenido pegada a la suya.
Me enjuago la cara, mis ojos aún están rojos e hinchados después de llorar y me quedo mirando en el espejo como si la persona que se refleja frente a mi no sea yo misma.
Y entonces sucede, la puerta de en medio se abre. Y ya lo tomo como un precedente; cada vez que esa puerta se abre hay alguna discusión o un mal entendido.
—¿Podemos hablar? —pregunta mientras está recargado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados y mirándome con una expresión bastante mas relajada de lo que estaba antes.
—¿Acaso puedo negarme?
—Necesito saber, Yelena. Exijo saberlo todo.
Y comprendo que no tiene sentido esconderle cosas. Que ya ha escuchado de mi hermana, mi único objetivo para seguir adelante, la razón por la que quiero ser libre, solo para encontrarla y salvarla de un destino como el mío.
—¿Por donde quieres partir? —pregunto resoplando, sentándome en una esquina de la cama, sin bajar mi mirada de la suya, para darle seriedad al asunto.
—¿Quien es Irina?
—Mi hermana.
—¿Tienes mas familia?
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Sombras en el paraíso; Megumi Fushiguro
Fanfiction❝ Tienes tus demonios, cariño. Y todos ellos se parecen a mí. ❞ ⚡️Jujutsu Kaisen AU ⚡️Lemon intenso ⚡️Los personajes a excepción de la OC pertenecen a Gege Akutami ⚡️Se prohibe copiar dentro y fuera de wattpad sin mi autorización ⚡️Portada por @kage...