Veintitres| Sacrificio

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IRINA

He estado sola desde hace mucho tiempo. Tengo quince años y he vivido el dolor de la soledad y la muerte en carne propia. Solo tengo a una persona en el todo el mundo, alguien que me importa mas que mi vida, alguien que lo ha hecho todo con tal de encontrarme.

La veo mirarme una última vez antes de atravesar el portal que se cierra justo detrás suyo y no entiendo porque siento esta incomodidad en mi pecho. La sensación de querer seguirla, de no abandonarla, porque sé que ella no me abandonaría, no, ella lucharía conmigo hasta el final, hasta asegurarse de que estaré a salvo. Mi hermana fue capaz de soportar esa prisión, fue capaz de soportar un matrimonio por contrato solo con el fin de encontrarme y no descansó hasta que finalmente estuvimos juntas.

¿Que debo hacer?¿que clase de hermana sería si la abandonara en un momento como éste?

El ángel me mira esperando alguna reacción, pero ya sé que es lo que debo hacer. Donde mi hermana vaya yo voy a ir. Donde Yelena esté, quiero estar.

—¿Podrías abrir un portal para mí?

—¿Está segura, Irina? —pregunta dubitativa—. Es peligroso...

—Pues con mayor razón debo ir, no dejaré a mi hermana enfrentar la adversidad ella sola...

—Ya veo... —responde—. Eso habla muy bien de usted, Irina. Es digna de nuestro respeto, es lo que un digno portador de su poder haría...

—Bien... espero ser digna, voy a asegurarme de que mi hermana y mi sobrino estén a salvo y volveré. Si, eso haré.

—¡Suerte!

Tengo miedo, veo ese lugar desconocido y oscuro por el velo que lo cubre. El ángel tiene razón, el hedor a muerte que ese lugar emana es casi imposible de aguantar. No tengo que buscar mucho para ver lo que sucede, como todo el mundo se enfrenta, como el sonido de las armas se mezcla con gritos de dolor y siento el miedo recorrer mis venas al pensar en Yelena.

¿Donde estás hermana?. Mantengo mi distancia intentando encontrarla con mi mirada, pero no la veo por ningún lado. Al enfocar mi mirada en el centro de todo puedo ver al hechicero, ¿por qué no está con Yelena?¿por qué no la está protegiendo?.

Me acerco con precaución, sé que en caso de que cualquier cosa ocurra debo usar mi hechizo. Es una situación caótica, veo los cuerpos caer, hay maldiciones, hechiceros, pero no logro distinguir el bando de los amigos de mi hermana.

—¡Yūta! —grita una mujer de cabellos verdes y anteojos mientras pelea con tres maldiciones a la vez—. Cariño, ¿podrías darte prisa?.

Un chico de ojeras que porta una espada en su espalda intenta abrir una caja a toda velocidad. Veo como intenta con todas sus fuerzas.

—¡Esto se esta saliendo de control y Megumi necesita ayuda! —agrega otra chica de cabellos anaranjados a la distancia mientras lanza clavos a diestra y siniestra.

Ellos deben ser. Creo que es tiempo de entrar en acción. Aún con dudas en mi mente me acerco al chico de la caja.

—Hola... —digo con prisa—. Me llamo Irina, tal vez podría ayudar... —agrego intentando brindar parte de mi energía maldita a la caja...

—¿Irina? —pregunta el chico, y sonríe levemente—.¡¿Ella volvió contigo?!

—¡Sabía que lo haría! —celebra la chica de anteojos—. ¡Esos dos no podrían estar separados!

—¡Cosas de almas gemelas! —añade la peli naranja—. ¡Mucho gusto, Irina. Soy Nobara Kugisaki!

—He escuchado de ti, es un gusto conocerte. Me presentaría mejor pero creo que debo concentrarme en ayudar a abrir esta cosa... Por cierto, ¿que hay dentro?

Sombras en el paraíso; Megumi Fushiguro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora