Valeria y Fernando eran una matrimonio como cualquier otro, se habían casado jóvenes pero muy enamorados, tenían un hijo, Martín, un chico estudioso, amoroso pero liberal como su mamá...
Con los años todo se volvió rutinario, monótono pero lo que t...
Valeria: ¿Que haces en mi casa? Y porque no tocas la puerta.
Fernando: Déjame hablar.
Valeria: No quiero hablar, ya vete Fernando por Dios (llorando).
Fernando: No me iré, escuchaste?!! (la tomó de la cintura y la pegó a él).
Valeria: Sino me sueltas voy a gritar.
Fernando: Has lo que quieras mi amor (se miraron a los ojos).
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Fernando no la soltó hasta que ella dejo de pelear y correspondió al beso, le rodeó el cuello con sus brazos y sus lenguas comenzaron a jugar, volvieron a sentir esos labios que tantas veces habían besado, se sentían como aquellos jóvenes enamorados o más aún.... Se separaron y juntaron sus frentes sin decir nada...
Fernando: Vale, necesito que me escuches, que me perdones.
Valeria: ¿Tu sabes lo difícil que fue para mí que estuvieras con otra? Se que no estábamos en el mejor momento.
Fernando: Lo se, la rutina, mís enojos por lo de Martín y...
Valeria: Y que no hubiera podido darte más hijos.
Fernando: Vale...
Valeria: Se que eso también afecto Fernando.
Fernando: Si, quizás pero todo nos llevó a qué estuviéramos mal y no es excusa lo que pasó, lo sé pero después me di cuenta de que te sigo amando, como cuando te conocí, eres mi vida Valeria y me equivoqué pero perdóname, por favor, sin ti no puedo mi amor (con lágrimas en los ojos).
Valeria: No llores (secando sus lágrimas).
Fernando: Se que me dirás qué me vaya, que no puedes perdonarme y...
Valeria: Te amo Fer, aún te amo tanto tanto (tomándolo del rostro, se acercó lentamente y lo besó).
Fernando: Vale, mi Vale.
Valeria: No puedo más, ya no puedo.
Fernando la tomó de la cintura y la pegó más a él, los besos eran intensos, entre tropiezos llegaron a la cama y se recostaron allí, sin dejar de besarse, las caricias comenzaron, por fin la tenía así, como tanto quería, como tanto la extrañaba...
Valeria: Fer...
Fernando: Dime qué no te arrepentiste.
Valeria: No es eso, pero aún no además estamos en casa de Ana.
Fernando: Si, tienes razón, perdón.
Se quedaron acostados acariciandose uno al otro...
Fernando: Extrañaba tanto tenerte así, sentir tu perfume, tus labios, fui un idiota.