ANGIE━Nikki Sixx

OCHO

AL DIA SIGUIENTE LOS CHICOS de la banda se encontraron con una escena bastante espantosa a decir verdad, aunque en cierto modo ya estaban acostumbrados a eso.
Angie estaba recostada en el piso durmiendo, mientras que en su mano tenía una botella de cerveza, se encontraba con todos los pelos alborotado y su labial todo corrido aunque no haya besado a nadie. Por otro lado Nikki estaba durmiendo sentado en el sofá, mientras su cabeza caía hacía atrás y en su regazo tenía a su bajo. Por todo el lugar había botellas tiradas, ellos se divirtieron ayer luego de esa parte melancólica siguieron haciendo estupideces.

Los chicos los despertaron haciendo un gran alboroto con ollas, mientras reían de ellos. Los dos no tardaron en levantarse a regañadientes, en parte tommy ganó una baqueta en su cabeza por parte de nikki por haberlo levantado así.

—¡Debían haberlos visto viejos—Comentó tommy—¡Parecía que estában muertos!

—Ya lo dijiste T-bone—lo cayó cansado nikki.

—Y Angie se veía tan sexy ahí con...

Angie se apresuró a salir del baño al oír que fue nombrada, ya había terminado de lavar su horrible rostro y retocarse un poco su cabello—Gracias por tu halago tommy, pero no me gustaría saber lo que hiciste luego de esa imagen.

Todos los que estaban allí presentes se rieron por el comentario crudo de angie.—Que bocazas—le dijo el baterista.

Angie le sonrió como respuesta y luego se acercó a la puerta, nikki la observó detenidamente.—La pasé muy bien contigo bajista, deberías comprar más yerba—Le guiñó un ojo y luego desapareció del lugar dejando un silencio antes de que Vince largará una carcajada.

—¡Yo quiero una de esas!—Exclamó el rubio—¿De donde la sacaste?

Nikki tomó la cerveza que se encontraba en el suelo y bebió trago pero al sentir que estaba demasiado caliente lo escupió de inmediato— No lo sé viejo... Solo apareció.

—Entonces será mejor que no la pierdas—opinó Mick desde lejos.

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Angie caminaba apresurada por las calles para poder llegar a su departamento, tenía sueño y hambre. Quería darse una ducha rápida y dormir todo el día. Iba tan apresurada que no se dió cuenta que una persona se cruzó en su camino haciéndola chocar y que su trasero caiga encima del frío suelo.

—¡¿Eres ciego o tiendes a mirar el suelo maldito imbécil?!—Ironizó pero al ver de quién se trataba de avergonzó un poco, no se trataba de un hombre si no de una mujer rubia con dos coletas y un uniforme de colegio, la chica le tendió la mano amablemente y la castaña no dudó en tomar su ayuda—Perdoname, suelo ser muy bocas sucias.

—Descuida, de todas formas yo no miraba mi camino—respondió, se le veía aterrada y agitada por lo que angie pudo notarlo.

—¿Te sientes bien?—Le preguntó.

La chica de dos coletas miró para todos lados y luego negó—Me acabo de escapar de la escuela...

—Todos hemos echo eso—rió pero se detuvo al ver que la chica aún quería proseguir hablando.

—Para huir con mi novio—bajó la mirada al suelo—Pero el muy maldito me dejó sola en ésto.

La boca de angie no tardó en abrirse de sorpresa y rabia a la vez—, todos los hombres son iguales, ¡son gusanos!—exclamó enojada.

—Como sea, mis padres me persiguen con la policía es por eso que choqué contigo—contó apoyándose en la pared de una tienda.

Angie pareció pensar en algo para ayudar a la chica, en parte la entendía ella también huyó de casa y recordaba estar en la misma situación sin saber a dónde ir, hasta que tiffany la encontró y le dió apoyo moral. En fin ella tenía que hacer lo mismo, claro que no la dejaría en la calle a la chica.