Capítulo 15.

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Muchas horas después.

Luego de abrir muchos regalos y compartir en familia, Jack me ha traído a un lugar que desconozco, con los ojos vendados. Me baja cuidadosamente del vehículo, me sostiene de la mano y la cintura para guiarme hasta donde se supone que me tiene mi regalo verdadero de navidad. Todavía no tengo idea de qué se trata. Le he preguntado mucho en todo el día y no ha querido decirme nada. Lo que hace que esta situación tenga más suspenso.

— ¿Dónde estamos? — pregunto cuando nos detenemos.

— En tu casa.

— ¿En mi casa? Nuestra casa, querrás decir. — sonrío, sin entender a qué se refiere.

— ¿Lista? — no entiendo cuál es el suspenso pero asiento levemente con la cabeza. Me quita la venda de los ojos y casi me cuesta asimilar delante de qué puerta estoy. — Bienvenida a casa, Melanie Cross. — escucho su voz muy cerca de mi oído mientras se coloca a mi lado y observa la casa también. La casa en la que todo comenzó. La casa en la que crecí, en la que sufrí mis peores experiencias, la casa en la que me violaron por primera vez y en la que pasé cosas que solo ella y yo sabemos. Lo que me sorprende es que está como nueva, y la última vez que la visité, estaba calcinada tanto dentro como por fuera.

— Jack... — me sostengo de su brazo.

— Los abogados no sabían qué hacer con ella y antes de que pudieran venderla, la compré. Después de la muerte de tu madre, la casa quedó en sus manos y como sé que tiene un gran valor para ti, quise repararla para que al menos... mantengas tus recuerdos. — quisiera llorar pero creo que ni siquiera me quedan más lágrimas para este momento.

— Es demasiado. — es lo único que puedo decir. Me sigo aferrando de su brazo como si en algún momento pudiera caerme.

Saca las llaves de la casa y abre la puerta para mí.

— No sé si estoy lista para esto.

— Lo estás. Has estado lista para cosas más grandes que esta. No hay cosa a lo que no puedas enfrentarte ya. — sus palabras me reconfortan y me dan esa fuerza que necesitaba para poder tomar una decisión. Cruzo la puerta. Todo por dentro luce exactamente igual que antes (pero mejorado) cuando vivía aquí. Solo que ya no tiene la misma esencia. Se siente muy vacía y por obvias razones. No sé cómo le hizo para conseguir exactamente los mismos muebles que teníamos. Es como si nunca se hubiese quemado.

— ¿Cómo...?

— No preguntes cómo. Solo disfruta. — contesta y observo toda la casa. Cuando veo el mismo retrato que me ha regalado pero en grande colgado en un espacio de la sala, me da mucha nostalgia. Ahora entiendo todo mucho mejor. De esto se trataba el "indicio". Ni siquiera tengo palabras para describir cómo me siento en estos momentos.

— La familia que siempre debió ser. — leo el lema que tiene la pintura en la parte inferior. Sigo observando el resto, hasta estar delante de la puerta de la que una vez fue mi habitación. La última vez que estuve aquí, abusaron de mí y vi cómo mi madre mataba a alguien (aunque haya sido una mentira). Jack entrelaza su mano con la mía y respiro profundo.

Abro la puerta.

Aunque ya no tenga mis cosas, sigue siendo esa pequeña habitación en donde siempre me refugiaba; mi lugar seguro. Que resultó no ser tan seguro después de todo.

Nos sentamos en la cama.

— Entonces aquí pasó todo... — el nudo que siento en la garganta es insoportable.

— Así es. Pero supongo que ya habías venido...por las investigaciones. — le recuerdo.

— No realmente. Nunca quise saber de este lugar, mucho menos después de saber lo que te había pasado. Laura, Eric y los demás se encargaban de ello.

— ¿Recuerdas esos tiempos? Eric era el que se encargaría de mí pero por una extraña razón Laura cambió los planes. — recuerdo todo esto como si hubiese sido ayer. El tiempo vuela.

— Sí, lo recuerdo.

— ¿Por qué lo hizo? Digo, tengo entendido que...ustedes...ya sabes pero ¿por qué pondría las cosas en bandeja de plata para que la historia se repitiese?

— No era un "ponerlo en bandeja de plata" para nosotros, era más bien una prueba para mí mismo. Quería asegurarse de que no me fijaría en nadie que no fuese ella. Además, también es cierto que era muy estricta en cuanto al trabajo. Sabía que Eric pondría las cosas patas arriba porque aunque se hubiese enamorado, no sabría manejar la situación como yo.

— ¿Eric y yo...? — se me hace extraño imaginarlo.

— Prefiero no pensar en ello. Por algo las cosas son como son. — rodea mi espalda baja con uno de sus brazos mientras me besa la cabeza. — Solo quiero que te sientas en paz y que no sigas buscando más respuestas, ¿de acuerdo? Mucho menos después de lo que me dijiste anoche. Tendremos nuestros hijos y no quiero que estas historias, los acompañe en su crecimiento.

— Puedo entenderlo. Y no te preocupes, no pretendo buscar más respuestas. Creo que a estas alturas, ya no hay más preguntas que tenga que responder. Todo lo que quiera saber, lo obtendré cada que mire aquel retrato. Y todo esto, gracias a ti. — acaricio una de sus manos y sonrío.

Semanas después.

A la víspera de año nuevo, todos estamos reunidos. Con nuestros trajes y vestidos elegantes contamos los minutos en reversa hasta que finalmente el nuevo año nace. Los fuegos artificiales invaden el cielo durante muchos minutos mientras la gente se besa y se abraza. Incluyéndonos a Jack y a mí. Tenemos muchas metas para estos nuevos 365 días juntos y con mucho amor y esfuerzo, las cumpliremos.

Lía sigue creciendo, Jacob sigue tan solitario mientras intenta ser un mejor padre cada día más, Karol y Cooper se ven muy felices y me alegra que poco a poco se vaya adaptando a la familia, Lisa y Eric (a veces olvido que también están casados por la manera en la que llevan su vida. Un poco más fresca, tal vez) pero a pesar de esto, son felices y se entienden.

— Feliz año nuevo, mi amor. — me dice Jack después de darnos el beso de año nuevo.

— Feliz año nuevo, mi vida. — le contesto y sonreímos. ¿Qué nos esperaría en estos nuevos 12 meses que nos esperan?

Happy People ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora