Capítulo 25.

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Luego de extraer, con ayuda de Kristen, las huellas dactilares del vaso de café de aquel ladrón, prepararnos y obtener todos los dispositivos necesarios para esta operación, estamos en la furgoneta, esperando el momento adecuado para proceder. Max va vestido de Swat, Kristen va con ropa normal, ya que se quedará dentro de la furgoneta y nos guiará desde aquí con los dispositivos y cámaras de seguridad el conductor se quedará en la camioneta de escape, Gwen y yo haremos el papel de esposos (por ende, estamos vestidos elegantemente) y el niño (así le llamaremos al chico rubio que llegó de último) será el primero en entrar para que abra la caja fuerte mientras hacemos el resto.

— ¿Estás listo, niño? — le pregunta Kristen.

— Sí, sí, estoy bien. Algo nervioso, tal vez. — responde mientras intenta calmarse.

— ¿Es la primera vez que estás en una misión así? — Gwen le pregunta.

— No, no es la primera vez. Pero esto es mucho más grande que todos nosotros y no puedo evitar sentirme nervioso.

— Escúchame con atención, mocoso. No es momento de ponerse nervioso porque eres tú quien abrirá esa caja fuerte y si no lo haces a tiempo, estamos jodidos ¿me entiendes? — le regaña el bravucón.

— Ya déjalo en paz, lo vas a poner más nervioso. — Gwen lo aleja de él.

— Muy bien, recuerden que todo lo digan lo escucharemos a través de los auriculares, por ninguna razón se atrevan a quitarse los guantes, no toquen nada, no beban nada y hagan exactamente todo lo que les diga. — indica Kristen. — Hackearé las cámaras de seguridad sólo por algunos segundos para no levantar sospechas y que todo quede perfecto para incriminar a tu criminal. — me mira. — Aquí tienen sus identidades falsas y recuerden seguir el papel que el ministro de defensa les dio. — nos da nuevas tarjetas de identificación. — Pobrecitas de las personas que murieron y les tuvieron que hacer esto en su memoria pero es por un bien común. — dice en voz baja, como si estuviera rezando. Y así es, suplantaremos las identidades de personas que murieron hace semanas pero que todavía no se han dado a conocer y el ministro de defensa usó sus datos para esta misión.

Cuando todo esto termine publicarán la noticia, les darán el pésame a sus familias y recrearán todo para que concuerde con la versión de que hemos venido por última vez a este lugar. Ya que supongo que las pertenencias de dichas personas todavía seguirán aquí y el banco tendrá que hacer algo con ellas. Todo está fríamente calculado.

— ¿Entendieron todo? — pregunta Kristen.

— Tú solo danos la orden. — contesta el bravucón recargando su arma.

— Entonces es hora. Tienen luz verde. — El niño saldrá primero. Ya que en lo que tardamos en llegar y alcanzarlo, tiene que ir descubriendo las combinaciones para abrir la caja fuerte.

Respira profundo, se acomoda la boina y sale.

— ¿Cómo creen que lo hará? — pregunta Gwen mientras lo vemos desde la furgoneta entrar al banco.

— Si el ministro lo escogió fue por algo, hay que confiar en él. — respondo a su favor. Kristen manipula las cámaras de seguridad cada vez que el niño lo necesita hasta que puede entrar al área de cajas fuertes con el pretexto de que va a retirar un par de cosas de la persona por la que se está haciendo pasar. Podemos verlo a través de las cámaras de seguridad que Kristen tiene en su monitor. Por ahora todo está saliendo perfecto pero lo que verdaderamente nos importa de él, es que abra esa cerradura.

— Ya entró. Muy bien, ahora van ustedes. — nos indica a Gwen y a mí. Salimos. Cuando me toma de la mano, la miro extrañamente.

— Se supone que somos esposos y debemos actuar como tal. Los datos dicen que se amaban mucho. — responde antes de que le pregunte.

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