Incógnito | Zhongli X Tartaglia/Childe (+18)

Capítulo VII: El desempeño

Zhongli se encontraba malhumorado. ¿Qué pretendía su jefe? ¿Qué se iba a dejar usar a voluntad? Claramente algo de sensatez le quedaba, si bien había accedido al contrato, nunca habían limitado el alcance del mismo. Por lo tanto no tenía ningún derecho de hacer tales cosas en la oficina. Pero a su vez, al no haber establecido límites, el consultor no podía negarse a tales actos. Había un vacío en el contrato. Debían de arreglarlo lo más pronto posible, de otra forma incidentes como el de hoy se repetirían.

Tomó una bocanada de aire y trató de enfocarse en su labor. Fue de oficina a oficina notificando a sus compañeros de la reunión que estaba a punto de comenzar. La devolución a la invitación obligatoria fue variada: había quienes les daba igual, quienes no veían mejor opción para dejar de un lado el trabajo y quienes se mostraban molestos de tener que asistir. La mayoría de sus colegas no eran afines a Ajax, aún lo percibían como engreído e inútil, acomodado para el puesto en el que se encontraba. Con lo poco que conocía a su jefe, Zhongli podía decir que él era apto para el trabajo a pesar de aparentar lo contrario. Había demostrado de ser capaz de dirigir las tareas de todos en aquel piso, de realizar las tareas que le eran asignadas con gran dedicación y sabía crear ambiente laboral, a pesar de su extrovertida personalidad. De igual formas, el consultor no es ni sería un lame botas del jefe, a pesar de estar acostándose con el mismo. Vaya, que contrariedad...

Al notificar al último de sus compañeros, miró al reloj de su muñeca, faltaban aún quince minutos para dar inicio a la presentación. A pesar de ser el consultor del jefe, no tenía idea de que iba a tratar. Decidió adentrarse nuevamente a la oficina de su superior, esta vez tocando la puerta. Sin respuesta. Probó nuevamente, mismo resultado. Dudoso, decidió entrar. No había nadie. ¿Dónde se había metido el pelirrojo? Adentrándose al despacho, se acercó al escritorio y chequeó el papeleo encima de este. Figuraba el desarrollo de las actividades del mes, detalladamente en las actividades de cada empleado. Eso le daba una pista de lo que se podría llegar a tratar la reunión de ahora. ¿Será que se estaba por realizar despidos? Eso explicaría el resumen tan detallado de las actividades del piso. Zhongli tragó en seco, esto no eran buenas noticias y no quería ser quién las transmitiera. Ahora estaba nervioso. Genial.

Haber sido ascendido a consultor había sido bueno para sus finanzas pero a la vez había generado cierta tensión en su entorno laboral. Se rumoreaba que había sido acomodado, al igual que el jefe. Ya era bien sabida su fama de persona con poco a bajo fondos, no quería que sus compañeros malinterpreten su rol de consultor como una especie de venganza. Si bien nunca hubo ningún conflicto entre ellos, Zhongli era frecuentemente blanco de chistes de mal gusto. Qué divertido era burlarse de las carencias ajenas. Nunca le había molestado, en realidad nunca tuvo tiempo para preocuparse por ello.

El tiempo se acababa y no había rastro del jefe. Continuó leyendo los registros, intentando memorizar la mayor cantidad de datos posibles; así como un estudiante para una prueba. Eran demasiados números. No había forma de saber cada detalle, tendría que improvisar.

Cinco minutos. Ya era demasiado tarde.

Salió de la habitación y, a pasos apresurados, se dirigió a la sala de reuniones. Ya se encontraban varios de su compañeros sentados, otros faltaban por ubicarse. La sala consistía de 4 filas de sillas y una pantalla blanca para proyectar diapositivas. En frente se encontraba el pelirrojo con la computadora esperando a dar inicio a la reunión. Se dirigió hacia él. Al ver que se acercaba, el supervisor sonrió pero con esas sonrisas traviesas, de zorro. ¿Qué planeaba?

—  Buenos días a todos, espero que estén teniendo una buena mañana -comenzó a decir el empleador para dar inicio a esa reunión.

El público se acomodó rápidamente en las sillas. Mas no había intención de responder al presentador. Estaban un poco reacios a ser partícipes de dicha reunión.