Incógnito | Zhongli X Tartaglia/Childe (+18)

Capítulo XII: La invitación

Mierda.

¿Cómo pudo pasar algo así?

¿En qué momento había perdido el control?

No tenía explicación para los estragos de su interior. Eran un remolino que lo consumían lentamente. Definitivamente nunca tuvo poder sobre ellas, sus emociones. Eran plenas gozadoras del libertinaje. Algo salvaje, fuera del orden de las cosas. ¿Porqué se tenía que sentir así?

¿Cuándo había sucedido? Intentaba hacer memoria pero parecía algo espontáneo, salido de la misma nada; algo que hizo acto de presencia de la noche a la mañana. Tal vez solo estaba negando las evidencias, las pruebas, los indicios que siempre estuvieron presentes. O tal vez era demasiado ciego para notarlas.

Quién diría que su adicción lo llevaría a este estado. Uno pensaría que serían otras las consecuencias de sus actos, pero le esperaba algo aún más confuso. El sexo era su pecar, pero no esperaba que le daría algo más que placer.

Tal vez fue un momento de debilidad y solo estaba confundido. A la mente le gusta atormentar con pensamientos azarosos, no siempre agradables. Intrusiva era su cualidad. Solo era mera confusión ¿verdad?

Mierda.

En ese momento, Ajax se dio cuenta que tenía un gran problema.

Y su problema no hizo más que entrar por la puerta de aquel café.

Zhongli. Zhongli era su problema.

Solo con verlo entrar su corazón se aceleró como un auto de carreras. Sintió su mejillas tomar un leve color y sus manos se sentían pegajosas. El mismo hombre que lo había follado sinfín de veces, lo tenía cual colegiala enamorada. Debía calmarse y aclarar su cabeza. Porque no había forma que sus sentimientos tomen control de sí, no había forma que este enamorado.

Debía de calmarse, esto de sobreanalizar sus sentimientos lo estaban llevando a pensar cosas que no son. ¿Cómo el sexo casual causaría tal cosa como un enamoramiento? No había forma ¿verdad? ¡¿verdad?!

Quería masticar sus uñas de los nervios que le causaba la incertidumbre de sus propias emociones hacia el consultor. Muy a su pesar, debía de seguir con su análisis en otra oportunidad ya que su problema, Zhongli, se encontraba frente suyo.

— Buenas tardes Ajax —comenzó el castaño. Hoy se encontraba radiante, sus ojos parecían brillar más que de costumbre, además de que ese delineado rojizo asentuaba su afilada mirada; o simplemente el pelirrojo estaba exagerando. Su larga cabellera se encontraba finamente cepillada recogida con una coleta. Vestía un sweater de lanilla de color hueso con cuello de tortuga y un blazer marrón oscuro, ese color en particular le quedaba como anillo al dedo. Estaba bien arreglado tanto para su casual encuentro como para el frío invierno que acechaba esos días.

Habían decidido reunirse en un café en el pleno centro de Liyue. La particularidad de este café era su ubicación, se encontraba en lo más alto de un edificio; tenía una terraza donde se podía apreciar toda la ciudad. "El obsequio del ángel" así se hacía llamar aquel establecimiento. No solo ofrecía comidas y bebidas no alcohólicas, a la noche se transformaba en uno de los mejores bares de toda la ciudad; cuya especialidad eran los licores y tragos, gracias a su hábil bartender. Su mesa estaba ubicada al costado de un gran ventanal con vista fascinantes, se podía apreciar la inmensidad de la ciudad con sus variadas edificaciones. Su lugar privilegiado era digno de envidia.

— Buenas tardes Zhongli, te ves bien —elogió el pelirrojo... ¿por qué había dicho eso? Las palabras escaparon de sus labios con tal facilidad. Sus estragos internos estaban liando y nublando su mente.

— Gracias —Sonrió el castaño—. ¿Esperaste mucho?

— Recién llego, no te preocupes —dijo al tiempo que ofrecía una cálida sonrisa, espontánea pero tan natural.