Incógnito | Zhongli X Tartaglia/Childe (+18)

Capítulo XIV: Correspondido

― Gracias por acercarme.

― No es nada, me divertí hoy...

― Fue divertido ciertamente...

Se encontraban en la puerta de la casa de Zhongli, Ajax, en su carro azul lo había llevado a su casa. Concluida la fiesta, el pelirrojo se había ofrecido cordialmente acercarlo a su hogar. A pesar de negarse reiteradas veces, la insistencia del supervisor lo hizo ceder. La celebración había sido una velada única, divertida, romántica...

Luego de alejarse de la multitud habían estado en el balcón disfrutando de la compañía mutua. Pasado un rato volvieron al interior del salón, decidieron bailar nuevamente ignorando los ojos juzgadores.

Ahora estaba Zhongli mirando a Ajax desde la ventana del carro. Ninguno hablaba, no sabían que decirse. La noche atestiguaba este silencio incómodo. A las elevadas horas de la noche, dos jóvenes sentían tantas cosas pero decían tan poco.

― Ya es muy tarde, ¿no te gustaría pasar? ―preguntó Zhongli.

Sorprendido por la invitación, Ajax se le queda mirando. Realmente deseaba aceptar pero le parecía que se estaba aprovechando de su amabilidad. Lo último que deseaba es ser un estorbo.

― No deseo ser una molestia, no hace falta ―respondió el pelirrojo a pesar de querer pasar más tiempo con el castaño.

― Insisto, las calles se vuelven peligrosas a estas horas...

Era una excusa pobre pero ahí estaba, intentando persuadir al supervisor. No estaban en una zona peligrosa y tampoco ninguno de los dos vivía en barrios turbios. Era un pretexto simplemente. La poca resistencia de Ajax finalmente cedió.

― Bueno tú ganas ―sonrió el pelirrojo, saltando de felicidad internamente. Que lo invite a su casa significaba algo, ¿cierto?

Ajax descendió del vehículo y caminó siguiendo al castaño hasta la entrada de su hogar. Zhongli buscó sus llaves en su saco e ingresaron a la morada. Encendidas las luces, el dueño de casa preguntó:

― ¿Quieres beber algo?

― No, estoy bien así ―negó el pelirrojo. Estaba satisfecho con los bocadillos de la fiesta y las bebidas de la misma. Tomó asiento en el sofá y observó la habitación en la que se encontraban: un salón de buen tamaño con una ventana hacia la cocina; constaba del sofá de tres cuerpos y dos individuales, emparejados directamente hacia un televisor. Era demasiado grande para alguien soltero que vivía solo.

Y... ¿ahora que se suponía que harían? Una vez más un silencio incómodo los inundaba. El castaño se sentó a su lado. Ajax vio como Zhongli estaba tenso, como en la celebración. Decidió preguntar al respecto:

― ¿Estás bien? Te notó extraño desde la fiesta...

― No es nada, solo tengo muchas cosas en la cabeza... ―dijo inmediatamente el castaño, parecía una respuesta a la defensiva―. Tú también estas comportándote raro desde el otro día, ¿todo bien?

Oh no. Se había dado cuenta.

Era obvio que su torbellino de emociones no pasaría desapercibido, si actuaba cual colegiala enamorada era obvio que se iba a dar cuenta. Sus emociones parecían tener rienda suelta porque no era capaz de controlarlas. Su rápido latir, sus sonrojos y su bobo actuar habían sido notados. Tal vez no era tan bueno ocultándolos después de todo. La carrera de actor no era para él.

― No me pasa nada, es simple impresión tuya ―mintió descaradamente como pudo. No se iba a exponer así de fácil. Posiblemente la verdad se la llevaría a la tumba.