Capítulo 32 -Lo peor

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{Romina}

Me incliné y lo levanté de la espalda para quitarle por completo la camisa ya que estaba toda húmeda y me di cuenta de que tenía la espalda lastimada, unas tres o cuatro rayas en la parte del medio/arriba.
Me imaginé lo peor, lo que cualquiera se imaginaría en ese momento, pero debía confirmarlo de alguna forma. Volví hacia adelante y dejé la camisa en el piso.
-Alma necesito que cuides afuera, ¿Si? Tengo que hacer algo y no quiero que entre nadie- ella asintió y salió.
Cuando cerró la puerta me incliné sobre Matt y comencé a besarlo, necesitaba provocarlo. Sabía que no era buena idea, estaba muy en pedo y podría hacer cualquier cosa pero también sabía que era de la única forma en la que se le podría escapar alguna palabra sospechosa...
Le bajé los pantalones suavemente sin siquiera mirar, no me interesaba nada más que provocarlo, él me sujetaba fuerte de la cintura y no paraba de besarme. Bajé mis pantalones también y me pegué aún más.
Seguí besándole el cuello con la mayor intensidad que podía y comencé a susurrar su nombre en su oído, sabía que eso lo provocaba.
-Mmm... sos increíble nena...- decía, me daba un poco de asco, no parecía él, pero debía seguir
-Y vos... Matii- no paraba de repetir su nombre pero ya me estaba cansando, no podía más hasta que por fin lo dijo...
-Maarr- gritó, ni siquiera tuve ganas de callarlo -¿Así te llamabas, no?- me dió demasiado asco y me separé, no pude evitar pegarle otra cachetada.
-Sos un idiota- me acomodé la ropa.
-¿Qu... qué pasó? Estaba perfecto- se acomodó como pudo también
-¡ACOMODATE BIEN! Estúpido- empecé a llorar de la bronca, la incomodidad, el asco y todo a la vez. Alma entró corriendo al instante.
-¡¿Estás bien?!- me gritó preocupada.
-Si, si estoy bien... el estúpido se acostó con otra- le dije y ella me levantó una ceja, seguro se refería a que yo también lo hice
-Espera espera, ¿Qué?- se levantó rápido Matías al escuchar eso y cayó desplomado al piso.
-Ni se puede mantener parado el boludo- me acerqué para ayudarlo a levantarse -Acostate que después vamos a hablar- lo recosté en la cama y luego volví con Alma.

-Mmm me suena conocido esto...- dijo ella sosteniéndose la pera fingiendo estar pensando  hasta que abrió la boca al recordarlo -¡Ay si! Vos con Thiago.
-SHH- la callé rápidamente
-¿Pero cómo sabes que te engañó?- volvió a ponerse seria.
-Bueno... lo tuve que provocar un poquito y con el alcohol y el momento de pl...
-¡BUENO NO QUIERO DETALLES!- gritó y me reí -¿Le pusiste protección?
-Si, obvio- ella levantó las cejas y se cruzó de brazos.
-Lo rocé nomás- aún seguía sin creerme -¡Bueno de cualquier forma tomo las pastillas yo!-
-¿Y no sabés las enfermedades que te podes contagiar?
-Si pero... Alma soy mayor yo, se cuidarme, ¿Si? No tuvimos contacto sin ropa.
-¿Con Thiago te cuidas?- me tomé unos segundos para pensarlo.
Siempre fui responsable en ese sentido, pero tampoco es que podía estar todo el tiempo pendiente a eso.
-Si... salvo que... salvo que sea en el baño...- mierda ¿Qué dije?
-¿En el baño?- hizo una mueca de asco
-Si bueno, no importa-  Decidí cortar esa conversación ahí -¿Quién dejó pasar a Matías así?
-La verdad que no se, vamos a preguntarle a mamá- salimos de la habitación y nos fuimos hacia el comedor, dejándolo durmiendo en la cama.

{Thiago}

Estaba acostado en mi cama con las manos detrás de la cabeza y mirando el techo mientras sonreía.
-¡Mirá! ¡Vez que si tenía cuernos Bambi!- llegó Agustín caminando y me mostró una imagen de Google desde su celular donde se veía al personaje. [Imagen de portada]

-Re facherito era ¡Hasta tuvo dos hijos mirá! Un ganador el Bambi- me seguía hablando y mostrando imágenes, yo solo asentía sin prestarle atención -¿Thiago me estás escuchando?- elevó un poco la voz, cortando mis pensamientos y obligándome a mirarlo.
-¿Qué? Si, si, te escucho- me incorporé para sentarme.
-Ajá ¿En qué pensabas?- se sentó al lado mío.
-En Romi... hacía mucho que no la veía ni hablaba con ella- inevitablemente se formó una sonrisa en mi boca que intenté quitar rápidamente.
-Oww está enamoradito- tiró de mi cachete pero le pegué en la mano.
-Ya te dije que no.
-Claro pero la extrañas y te pones feliz cuando te habla, lógico- lo miré entrecerrando los ojos
Me levanté y mientras caminaba para atrás canté:
-Solo nesecito hablartee, decirte en una canciónn... Cuánto anhelo tu caloor-
-¿Otra canción? ¡¿YA?!- yo me reí y asentí con la cabeza
-La que te mostré el otro día, le voy a poner algunos retoques.

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