{Romina}Amaba provocarlo y dejarlo con las ganas, siempre funcionaba.
Fui hacia la cocina y revisé las alacenas, sabía que siempre tenía algún chocolate de las fans guardado.
-¿Qué buscas? No tengo condones en la cocina- estaba caminando hacia mi, me reí por su comentario pero seguí buscando.
-Que chistoso- ironicé.
-¿Y qué buscas entonces?- ya estaba a mi lado.
-Chocolates- abrí una puertita y los encontré -¡Acá están!- grité
-¿Para que querés chocolates?-
-¿Para bañarme sabés?- le dije sarcásticamente otra vez -Toma, te hace bien el chocolate- le di una barrita de este y le guiñé el ojo.{Thiago}
Luego de 5 minutos de intentar decifrar a que se refería con el chocolate, lo entendí, me seguía provocando.
Se fue hacia la pieza y obviamente la seguí.
-Hace calor, ¿No?- se quitó la remera justo de espaldas a mi, dejando ver un brasier encajado de color blanco.
-La puta madre te odio- le dije entre risas y seguido a eso me mordí el labio instintivamente.
-¡EY! ¡LA BOQUITA!- se giró a verme, lucía una sonrisa malévola en su cara. Me saqué la remera yo también.
-¿Podes dejar de torturarme?- me acerqué más a ella, noté que ya se estaba dando por vencida
-¿Torturarte?- se tiró a la cama, esquivándome.
-No te vas a escapar- la miré desafiando y salté junto a ella pero no fue lo que esperaba, se fue corriendo al instante y comenzó a subir las escaleras mientras reía.
Claramente no le iba a salir barato esto.
-¡Romina!- la seguí -Sos increíble, mujer- maldije al llegar arriba, algo exhausto cabe aclarar.
Miré el pasillo y estaba completamente vacío, todas las puertas cerradas y ninguna luz prendida. No podía creer que estuviera haciendo eso.
-¿Dónde estás?- abrí la puerta de la primer pieza.
Vacía.
-Estás cerca- oí su voz en frente, por lo que abrí la que estaba detrás mío.
Vacía también.
-Muyy cerca- ahora sí, se encontraba en el baño, justo al lado -¡Bingo!- levantó los brazos cuando abrí la puerta.
Ya estaba completamente en ropa interior.
-¿Me querés cansar o qué?
Rió y caminó dos pasos hacia mi, para luego cerrar la puerta de una patada y cruzar sus brazos alrededor de mi cuello.
Comencé a besarla algo apasionado, no soportaba más la espera. Nos moví hacia la ducha pero claramente Romi tenía otros planes en mente antes de bañarse. Dejó de besarme y habló:
-¿Otra vez acá? Vamos a cambiar un poco- agarró mi mano y se dirigió hasta el fondo del pasillo.
-Me voy a quedar sin fuerza de tantas vueltas.
-No te me hagas el debilucho que se perfectamente que no lo sos-
Entró a la última habitación, tenía dos camas individuales, una en cada punta. Cerró la puerta y se acostó en una.
-¿En serio? Es la más fea- dije observando alrededor con una mueca de desagrado .
-No discrimines a las camas chicas que son muy buenas- palmeó la cama para que me acueste con ella.
-Con tal de estar con vos hasta el piso es bueno- me regaló una sonrisa tierna que le correspondí mientras me acomodaba sobre ella.
-Te amo- me dijo sosteniendo mi cara con ambas manos y me besó.
No mentía cuando dijo que las camas chicas son muy buenas. Al minuto ya estábamos ambos sin ropa, intentando buscar un preservativo en algún cajón, no solía usar esa habitación por lo que no tenía ninguno y no teníamos tiempo de ir a buscar a bajo, mala decisión, lo se.
-Tomo las pastillas- me susurró al oído y mi mente no podía procesarlo bien en ese momento como para negarme.______________________________
{Romina}
Nos quedamos acostados en la cama un rato para descansar y Thiago se quedó dormido, yo no pude porque me quedé embobada viéndolo, podría estar así toda la vida, era la cosa más tierna que había visto ¿Como llegué a pensar en dejarlo ir? No sabía.
Le di un besito en la frente y me levanté.
Me puse mi ropa interior y bajé hasta la cocina, eran ya las 9 de la noche y me había agarrado hambre. Busqué en la heladera y por suerte encontré unas porciones de pizza.
-Mmm pensé que me habías dejado de nuevo- lo veo a Thiago atrás mío, en bóxer, el pelo todo despeinado y rascándose el ojo como si fuera un nene que recién se despierta. Me mordí el labio al verlo así.
-Hasta dormido sos hermoso- me acerqué y le di un piquito, él sonrió
-¿Qué estabas buscando?-
-Me dió hambre así que vine a buscar algo para comer y encontré esa pizza, ¿Querés?- me acerqué a la mesada y agarré el plato.
-Obvio, tengo un hambre- se sentó en el sillón, yo lo seguí.
Nos comimos todo lo que había mientras veíamos algo de tele y jodíamos.
-¿Querés que pida helado?- me dice, estaba recostado en el sillón y yo inclinada sobre él
-Ay sii! Unas ganas de comer helado- me giré hacia la izquierda quedando boca arriba sobre sus piernas
-Unas ganas de comerte a vos- me reí
-Y por qué no lo haces?- él se inclinó y me dió varios picos seguidos agarrándome de la pera mientras yo seguía riendo -Pedí el helado que nos vamos a colgar-
Tomó su celular, realizó el pedido y luego lo volvió a dejar sobre la mesita.
-Tenemos 30 minutos más o menos- me dice acercándose
-Bastante, ¿No?- me incorporé junto a él
-Para mi está bien-
Coloqué mis manos en sus muslos para luego sentarme sobre ellos, rozando nuestros cuerpos. Comencé a besarlo lentamente pero intenso a la vez
-No me vas a hacer de nuevo lo mismo- me dijo entre besos
-No tengo tanto tiempo para eso- mordí su labio inferior bastante fuerte haciendo que se queje y me reí.
-Vas a ver ahora- me sujetó bruscamente de la cintura, pegándome aún más a él y luego comenzó a mover su cadera intensamente, permitiendo que nuestros cuerpos semidesnudos se friccionen de una forma inaguantable. No podía ni besarlo para contenerme los suspiros.
-No me hagas sufrir así...- susurré a su oído.
-¿Sufrir?- rió -Ya veremos-
Me colocó de espaldas en el sillón para luego acostarse sobre mi.
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Forbidden Love
Teen FictionRomi Fernández, una joven de 18 años recién egresada de la escuela secundaria comienza a tener una extraña relación con el famoso Thiago Espíndola, cantante famoso y amado por todas. Las hormonas, parejas, prensa y noticias no le van a hacer una bue...