5 LUZ Y OSCURIDAD

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Existen registros desde tiempos remotos sobre cómo es que incluso desde una temprana edad. Los Devas experimentaban una especia de visiones, por llamarlo de alguna manera. Estas podían presentarse en diferentes momentos: en sueños, en momentos de estrés o ansiedad, e incluso en momentos de felicidad. Algunos Devas incluso podían evocar estas visiones simplemente cerrando los ojos y concentrándose en sus pensamientos.

Cada visión era única para cada Deva. Algunos veían fuego, otros presenciaban la destrucción, y había incluso aquellos que no podían explicar las imágenes que les llegaban. Sin embargo, todas estas visiones estaban vinculadas a la marca y la habilidad con la que habían nacido, como si fueran un espacio mental exclusivo al que solo el Deva portador de dicha habilidad podía acceder. A este fenómeno se le dio oficialmente el nombre de "La Zona".

Las reacciones de los Devas al descubrir su Zona variaban ampliamente. Algunos se maravillaban ante ella, mientras que otros se veían atormentados. En ciertos casos, el simple contacto con su Zona los llevaba a perder el control de sí mismos y de sus acciones. Sin embargo, hubo una reacción particular que solo unos pocos Devas habían logrado experimentar: la paz. Sentirse en su Zona era como estar en su hogar, más allá de las limitaciones del mundo exterior. Y al alcanzar esta paz, algo más grande despertaba en ellos, algo que les permitía trascender los límites impuestos por su propia habilidad innata y les otorgaba un poder puro y deslumbrante. A este aumento en su poder se le dio el nombre de...

—¡¿Burst... Luminus?! —exclamó el coronel, lleno de interrogantes y sorpresa, mientras se sentaba bruscamente en su asiento, como si hubiera sufrido un paro cardiaco.

Los encargados cercanos se apresuraron a acudir al coronel para comprobar su estado.

—Coronel Navarro, ¿se encuentra bien? —preguntó uno de los encargados con preocupación.

—Sí, estoy bien, solo que...

El coronel no logró articular más palabras. No podía creer lo que sus ojos estaban presenciando. Lo que Grecia había despertado era algo de un nivel completamente diferente, pero no encontraba lógica ni razón alguna para que ella pudiera desencadenar su Burst de esa forma. Un torrente de preguntas invadió su mente mientras observaba cómo aquella joven morena irradiaba una intensa luminosidad.

Evelyn, al contemplar la forma en que Grecia era iluminada de manera tan excepcional, se debatía entre una tormenta de emociones. No deseaba volver a enfrentarse a esa joven estrella. Anhelaba que ella se rindiera y se diera por vencida. Pero sus esperanzas se desvanecían en vano. Aquella joven resistía la tentación de rendirse, lo cual enfurecía y entristecía a Evelyn. Sostenía su cabeza, tratando de soportar el dolor de sus propias contusiones, mientras observaba a Grecia con ira en su mirada.

—Grecia... ¿Por qué no te rindes?—inquirió la dama oscura, consumida por la ira y la tristeza. Ya no deseaba continuar la batalla, solo ansiaba ver a su oponente derrotada para poner fin a todo.

—¡Aún no he terminado contigo! —exclamó la estrella, rebosante de poder y fervor.

Apenas unos segundos después de su enérgico grito, Grecia se lanzó a gran velocidad hacia Evelyn, empuñando con determinación la radiante guadaña en su mano izquierda. Era como un espectáculo cautivador, pues cada paso que daba dejaba a su paso un rastro de luz y brillo. Evelyn, al ver a su joven rival acercarse, reaccionó con rapidez. Aunque aún sostenía su mano izquierda en su cabeza, extendió su brazo derecho hacia Grecia.

—¡Aléjate! —gritó Evelyn con furia mientras de su mano derecha emanaba una poderosa ráfaga de tonos púrpura y negro.

La expulsión de tal poder generó una gran cortina de polvo que envolvió a Evelyn, pues había destruido parte de la superficie donde se encontraban. La visibilidad se redujo considerablemente y ya no podía distinguir nada más allá de aquel velo de polvo, ni siquiera lo que más anhelaba en ese momento: saber si su rubia contrincante yacía nuevamente en el suelo, derrotada.

El camino del AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora