Hᴀᴜɴᴛɪɴɢ ➹ [TW] (Sin edición)

05 | Resentimiento

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Chapter 05

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—¡Stiles! —llamó Juliette divisando la mochila de Stilinski en medio del pasillo del instituto.

Su amigo detuvo su paso en medio de la entrada del salón de clases, giró a verla y le saludó con una mano dedicándole una sonrisa, Julie apresuró su paso y le abrazó tomándolo por sorpresa.

—¡Me alegra que estes bien! —suspiró aliviada—. Lamento haberte abandonado de esa manera. No tienes idea de lo cuan arrepentida y preocupada estuve en toda la noche, además no contestabas tu celular y creí, pensé que algo malo te había ocurrido y que Scott había llegado demasiado tarde, y entonces...

—Juliette, respira —rió Stiles—. Estoy bien, ¿No lo ves? Mi celular ya no funciona, se ha mojado.

—¿Encontraste el libro? —bajó su voz mirándolo atentamente.

—Si, en un pendrive —Stiles se apartó de la entrada para dejar pasar a dos estudiantes—. Gerard es uno de esos abuelos modernos, creo.

—¿Y entonces? —preguntó aferrándose a la correa de su bolso, la ansiedad se reflejaba en su rostro—. ¿Qué criatura está paseando por Beacon Hills?

—Un kanima.

—¿Y eso qué es?

—Todavía no lo sabemos, ese el problema —giró su rostro buscando a Scott, el cual se encontraba sentado cerca de ellos y mantenía su vista hacia el frente— ¿Sabes latín?

—Apenas se francés —negó—. Hablando de francés, tengo clases ahora.

—¿Y conoces a alguien que sepa latín?

—No, Stiles —negó y mordió su labio inferior nerviosa, sin saber como abordar el tema de manera apropiada—. Escucha, sobre lo que pasó ayer en la noche...

No pudo terminar su frase porque Stiles llevó una de sus manos a su boca con la intención de callarla, Julie estuvo a punto de protestar cuando notó que su expresión facial se había vuelto tensa y su ceño se había fruncido, siguió su mirada y reparó en unos ojos azules que la contemplaban con curiosidad.

Isaac le dedicó una sonrisa ladeada, una sonrisa que anticipaba que sus intenciones no eran para nada buenas. Julie apartó lentamente la mano de Stiles de su rostro sin abandonar el contacto visual. Todo pensamiento se borró de su cabeza al notar la intensidad de su mirada, no podía saber con exactitud que había de diferente en él que lo hacía resaltar en toda la habitación.