Capítulo 1.- Luna de lágrimas

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Las palabras se fueron a un dialecto irreconocible, un dialecto lleno de egocentrismo, e hirieron una parte de mi ser, mientras consumía las lágrimas de mis ojos que poco a poco se difundían en mis mejillas , las cuales se habían vuelto tan rosadas como una fresa de tanta vergüenza que tenía en aquel momento. 

Todo por la maldita situación en la que me encontraba, había mucha gente, personas que nunca antes había visto, y se burlaban, se centraban en su propio razonamiento y me humillaban; pero a decir verdad, ese no era el verdadero problema. El problema era el hecho de encontrarme desangrándome frente a todo ese maldito público de mierda que no hacía algo para ayudarme, y se reían descaradamente mientras observaban el acto injusto que mi frágil cuerpo recibía en ese momento . La sangre fue a causa de una fuerte patada en el estómago que me regaló la persona a la cual le había entregado mi corazón y le confíe hasta mis más oscuros secretos, lo amé, lo sufrí y en ese estúpido momento... me cobró.

 Dirigí mi vista al suelo y apreté mi corbata escolar , evadiendo así el dolor de mi cuerpo, su cruel y fría risa sádica demostraba cuanto disfrutaba la obra maestra que estaba haciendo. Escupí sangre, e intenté sujetarme lo más fuerte que podía de la manga de su pantalón.

-G-gakupo.- Entrecorté con un hilo de voz ronco, intentando no entrar en pánico, ya que si mi cuerpo recibía una dosis de temor mi mente no lo soportaría, mi corazón ya había recibido suficiente, la adrenalina que recorría en mis venas solo hubieran empeorado las cosas. 

Me pregunté una y otra vez ¿Qué había hecho yo para ser tratado de esa forma?, ¿Es que acaso Gakupo nunca me amó tal y cómo solía decir?

Esto era el colmo, quería morirme, mi vida ya no tenía sentido. No sin él. De aquella situación, solo me quedó el conformarme a mi condena de muerte, no me moví, permití cada patada y me aguanté las lágrimas que querían escaparse de mis ojos, pero aún así, no evité la sangre derramada, toda la gente que observaba se había unido a la fiesta, me golpeaban y me jalaban el cabello dejándome cicatrices por todo el cuerpo. 

-¡MALDITA SEA, SUELTÁME IDIOTA! - gritó Gakupo asqueado ante mi situación, me pateó un millón de veces y se rió en un tono descarado mientras admiraba con orgullo mi posición sumisa, el cual le permitía torturarme más. 


Miré fijamente su rostro por unos segundos, estaba seguro que si al menos lograba matarme tan siquiera vería su rostro por última vez, su mirada reflejaba dolor, mucho más dolor que él mío, y aunque su risa tenía un tono de satisfacción se le notaba que la angustia lo carcomía poco a poco. De pronto mi cerebro reaccionó, ¿Qué sucedía aquí? ¿Cómo terminé así?, ¿Gakupo me estaba golpeando?; pero sí sólo llevábamos dos días de novios, después de tres años y nueve meses de amistad, ¿Todo acabaría ahí?. No, mi propio orgullo me lo impedía, no lo permitiría, pero no podía hacer nada en ese momento, mis piernas no reaccionaban y mis fuerzas se habían ido, la gente seguía entretenida pateando mis piernas y pisándolas como si fuesen una alfombra, sin embargo no alejé mi vista del rostro de Gakupo mediante esos pequeños segundos en los que mi mente se iluminó.

-¿Por qué haces esto? - pregunté con el poco aliento que me sobraba, seguido de soltar lentamente el pantalón de Gakupo, ya no tenía fuerzas, era mi final. Gakupo paró de patearme en aquel instante y yo solo sonreí, demostrando mi orgullo incluso antes de ver la luz pacífica que guiaba hasta el más allá.

-¿Enserio quieres saber por qué? - dijo Gakupo con un tono frívolo, ocasionando un poco de temor dentro de mi ser, y aún que sabía que algo malo saldría de eso, simplemente asentí, no supe cuánto tiempo había pasado pero la gente que igual se había entretenido un rato lastimándome, por fin se habían cansado de tanto desastre, viéndome respirar con dificultad, se dieron cuenta que ellos tal vez no estaban dispuestos a hacerse cargo de un cadáver  y optaron por irse uno por uno, logrando que todos se vayan a los pocos segundos en los cuales Gakupo me había hecho esa pregunta.

-Por que tú eres... - comenzó a susurrar admirando el atardecer que anunciaba la entrada de la noche y la despedida del día, sus ojos se cristalizaron, haciendo un perfecto espejismo de un joven angelical.. es tan hermoso. Pero la interrupción de una voz conocida se hizo presente en todo, conmocionando a Gakupo y dejándole libre el paso para huir al ver que su silueta se aproximaba.

-¡¿LEN?!, ¡¿QUÉ TE HICIERON?!, ¡,CONTESTA!- Era Rin, mi hermana, ella se aproximó a mi cuerpo tendido y me abrazó. Su voz reflejaba verdadero enojo, y no hablo de cualquier enojo, si no de uno más a su nivel. No por nada era la más temida de la escuela, es decir, cualquiera que se metiera con ella o con personas importantes para ella, lo pagaba, y muy caro.
Sonreí ante la ironía de su reacción al encontrarme de ésa forma.

-¿D-de qué te ríes, idiota?- preguntó entre lágrimas intentando limpiarse sus mejillas mojadas.

-T-odavía hoy, me dijiste que me muera por burlarme de tú amor hacia Gumi - dije, intentando no hacer más dramático el momento, y sostuve una de sus manos.
-Nunca te rindas- Sonreí, y no mucho después cerré mis ojos, descansando de todo aquello que me fastidiaba.

Algo me decía que esto no era un sueño, sólo veía la famosa luz que se suponía que debía que seguir, pero no lo hice, al contrario, preferí simplemente quedarme sentado en un rincón oscuro, donde sentía todo lo que estaba a mi alrededor , y escuchaba perfectamente todo; de pronto, sentí como mis hombros eran agitados desesperadamente , la voz de mi hermana mencionaba mi nombre una y otra vez, pero no le daba respuesta, ocasionando que su voz se volviera gritos ahogados de dolor. 

Intenté moverme, ya no podía oír más ese llanto, me hacia pensar bien todo, ¡No quería morir!, no ahora... pero algo pasó en ese instante, mi cuerpo no reaccionaba y aquella luz se iba acercando, intenté evitar esa dichosa luz pero fue imposible, era muy rápida, así que... me rendí. Pero al darme cuenta, otra presencia había entrado en mi ilusión, era un hombre joven como de unos diecisiete años y tenía apariencia de modelo, su cabello era de un azul intenso al igual que su mirada; noté como su aura era rodeada por una horrible sensación de desesperación y angustia, me estremecí de miedo al ver como se acercaba lentamente a mí y detenía aquella luz al compás de sus pisadas, nuevamente mi cuerpo no reaccionaba, pero esta vez era diferente, se trataba de mi alma la cual era la que no se movía para poder escapar. Aquel joven se puso delante de mí y esbozó una extraña sonrisa, que a mi parecer no significaba nada bueno, acarició mi mejilla derecha mientras se agachaba ligeramente para llegar a mi estatura y me susurró en el oído en un tono lleno de delirio, lo cual me hizo temblar aún más. 

-Eres lindo- fueron sus palabras expresadas en aquel momento, para poco después extender unas extrañas y enormes alas negras que soltaron miles de plumas al aire cuando  partió veloz vuelo sujetando en su mano izquierda una sola pluma, la cual fue la última en caer antes de perderse dentro de la brillante luz, así mismo, todo brilló en ese instante y pude sentir mi respiración nuevamente.

Desperté en una habitación completamente blanca, tenía a mi alrededor muchas camillas de hospital vacías y en mi brazo... un tubo de suero. Toqué mi cabello y revolví mis mechones rubios, mi Cabello se encontraba grasoso y un poco más largo de lo normal ,¿por cuántos meses había estado en coma?, ¿Qué había ocurrido después de mi supuesta muerte?, y lo más importante... ¿Quién era ese chico de cabellos azules con facha de "príncipe"?.
Simplemente no podía responder esas dudas tan fácilmente, tenía que encontrar a Rin y contarle todo, claro, solo por que era la única persona a quien podía contárselo, ya que de verdad había perdido a Gakupo y él era mi única compañía además de mi hermana. Oí unos toques en la puerta y accedí a que la persona pase, mi sonrisa se escapó en una forma sarcástica, sin duda lo que había estado esperando....

-Gakupo...  - Hablé roncamente y en un tono fastidiado, pero roto en mi interior.

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Holiiii , primero que nada quería agradecerles por ser tan kawaiis y leer mi sexy libro.... pero basta de formalidades, ¿les gustó la historia?, muajaja, gomen es la primera vez que escribo en wattpad y realmente soy muy penosa , tímida e incluso rara, naaa creo que es normal a mi edad, -por cierto, puede que no lo crean pero tengo 13 años - , ermmm pues este es mi primer capítulo y espero sea de su agrado traté de esforzarme para que me saliera lo mejor posible -lo que fue más difícil fue corregir mi ortografía por medio de mi celular, es muy difícil - pero bueno con esto me despido asi que ¡Bye, bueno mis kawaiis lectores!
By: Hikari -aiko

Nota:  -Después de tantos años- ... Doy cringe, mucho Cringe. Edad actual: 19 años.

Lunas Acarameladas (Yaoi-KaiLen)[En edición y por terminar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora