Capítulo 10.- Entre tinieblas y razas...

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Pov Len.

Que inédito...

Mis labios habían tocado suavemente los de Kaito, y el tumulto en mi anatomía se volvió persistente. La inquietud de mi ser era un caso exuberante en mi pecho , mientras el anhelo que aguardaba en misterio se derrumbó en un monte de sentimientos debilitados...

En otras palabras, sus labios eran una maldita droga para mí.

Pero la pregunta era...

¿Qué había sucedido?.

Mi vista se nubló en un instante, creando una alusión de tinieblas que abarcaban con desdén el fijo rostro de Kaito. De pronto, asumí el verdadero hecho de volar en el inmenso cielo; puesto que empecé a sentir con ligereza mi peso, y de ahí mi conciencia se desvaneció...

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Un picor intimó entre mi nariz y parte de mi rostro,
desvaneciendo las tinieblas instantáneas; lo cual, me hizo remover mi cuerpo más a fondo en la calidez que percibí en presencia de unos labios.

—K-Kaito... - carraspeé, seguido de admirar esa fría mirada que penetraba mi alma hasta interferir mi movilidad y las acciones que necesitaba cumplir. Nuestras miradas se volvieron el vocabulario exacto para definir la negligencia que habíamos utilizado, y su tierno semblante era un libro abierto en mi corazón; quizá, era hora de que yo supiera mi origen...

después de todo, algún día lo iba a averiguar...

— ¿Quién soy?...- el chirrido de una puerta detonó una nueva presencia en aquella inexplicable habitación donde me encontraba recostado sobre una enorme cama compartida en los brazos de Kaito. Un pequeño de cabello rubio y con múltiples vendas cubriendo su aparentemente débil cuerpo, se acercó a nosotros, y sonrió con astucia a mi ceño fruncido al desconocer en absoluto su existencia.

— Este demonio no tiene derecho a hablarle mi señor. Sin embargo, nos ha seguido a favor de que la única forma de regresar su alma era compartiendo algo valioso para él, que le perteneciera a usted; en este caso, sus labios. - mis mejillas ardieron al oír tan libremente aquel comentario y la sensación fue aumentando en el instante que Kaito rodeó mi cuello con sus brazos, respirando ahí mismo y causando un estremecimiento ligero en mi espalda.

— ¿E-eh?, y-yo.. -

—Quiere saber su origen, ¿cierto?. - En mi cabeza jamás hubiera cruzado la idea de preguntar la verdad a alguien desconocido, pero a pesar de no haberlo imaginado, una añoranza nació sin advertir su llegada y aquel momento era perfecto para oír lo que yo era y por qué estaba pasando por todo esto...

— S-sí...por favor. -
el semblante unánime de Kaito y el otro presente fue transmitido melancolicamente al mío, y con paso apresurado, el silencio abarcó nuestro alrededor para darle un fúnebre inicio a su narración.

— El universo nació hace más de quinientos miles de millones de años. Y fue diseñado por siete diferentes dioses... los cuales, eran encargados a cada galaxia en el universo;  su deber era cuidar de su creación y de los distintos mundos que transportaban a dimensiones ocultas. La tarea era simple, puesto que cada dimensión era lejana a la destrucción de las razas que habitaban un planeta por galaxia; y su única acción era dominar a su raza o especie en creencia de su existencia. -

—¿ Y esa información qué tiene que ver conmigo?...-
Mi duda había aumentado, ¿Qué significaba todo aquéllo ...?

— Un día, por razones desconocidas,  alguien entró al vórtice de la octava dimensión, es decir, el hogar de este demonio. - su dedo índice se dirigió al cuerpo de Kaito, y la espera de la reacción del susodicho fue en vano al ver como ningún movimiento se producía. — Entonces, la guerra entre razas, especies y seres se desató en la creación del pecado a través del árbol de la ciencia del bien y el mal. Sin embargo, usted fue el único en idear la solución con intentar demostrar en territorio humano la amenaza de desobediencia;  lugar donde los agrillion alimentaban su eternidad con almas impuras...
Y aunque le apoyamos al principio... unos siglos después, ya no supimos más de su existencia...
hasta hoy. - en mi sien una gota de sudor comenzó a tratar de entender aquel sentimiento de incoherencia al terminar de oír la versión de su historia; quizás su explicación era muy... controversial.

— En realidad, tú eres... - el susurro de Kaito envolvió a mi pecho en un inestable latido que se expandió en miles de toques. Lo sabía... ya tenía la idea de saber que Kaito conocía más de mí.

—¡No puedes hablarle!. - unos nuevos entrometidos interrumpieron aquel sentimiento que aparecía al tener a Kaito estremeciendo mi anatomía.  Irónicamente sus voces habían compartido diálogos al unísono cuando cruzaban la puerta y decían lo mismo que el rubio vendado.

— ¡¡Me vale un pepino sus malditas superticiones, sólo estoy aquí por Len y ni siquiera me atrevo a matarlos porque sino me va a tener más miedo!!. -

— ¿Quiénes son..?. - el físico de los nuevos me parecía reconocible, puesto que no podía olvidar aquella antena tan obvia y el eminente rosado que denominaba como "cabello" en su compañero. Aún así, no sabía el nombre de los dos y no creía haberlo preguntado anteriormente.

— Permítame presentarnos su excelencia... - comenzó a decir el albino seguido de arrodillarse en acompañamiento de su mayor. — Yo soy Piko Utatane, provengo del oriente en la galaxia Andrómeda; y mi raza es Genocide,  novata, debido a que sólo tenemos dos décadas en construcción. Y este ser a mi derecha es Yuma, mi perro...-

—¡Hey Piko! ...- la interrupción de Yuma me hizo esbozar una ligera sonrisa tras divisar  como su rostro miraba rabioso al ceño travieso del albino. — uhm... *cof * *cof * . Gusto en conocerle respetado Rey, mi nombre es Yuma VY2, provengo  de la especie Joystick ; y mi rango es Caballero de primer nivel universal, es decir, me he licenciado en el estudio de la especie novata de los Genocide quienes transfieren miles de trucos extraídos de los diamantes en sus urbes. -

— ¿eh?. - un gruñido fue expulsado de Kaito, y su  ceño se frunció hasta más no poder. Mis nervios aumentaron de un momento a otro hasta robar todo aliento que retenía en cada milisegundo.

— ¡Necios!, ¡¿Cómo mierda puedo convencerlos de qué Len no es ningún Rey?! .-

— ¿Eres idiota?, es obvio que se trata de nuestro Rey... ¿sino qué sería?.- Piko comenzó autodefenderse, y el tono sólo alteró más a todos los presentes.

— ¡POR QUE LEN ES...

Su respuesta, simplemente, me rompió.

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N/T:
OwO moriré...
Ñe~ ¡ya es fin de semana!,  y volví. ¡¡malditos vecinos cambiaron su contraseña de WiFi π_π!!,  así que... ¡¡crédito!!~T_T~

Lunas Acarameladas (Yaoi-KaiLen)[En edición y por terminar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora