El dolor de cabeza, el excelente olor a helado inscrustado en mi cama, y un horrible desastre de plumas negras esparcidas por toda mi habitación; me sorprendían sin previo aviso por la mañana.
-Mucha gente esta muriendo hoy en día... - murmuré con cansancio y lancé un suspiro al aire mientras mi vista se dirigía hacia el montón de plumas sueltas, las cuales se habían caído durante mi plácido sueño.
Los demonios igual soñamos, pero no cualquier tipo de sueño, somos parte de la pesadilla de todo ser humano, el momento en el que ya nunca más verán la luz del día, el momento de sus última palabras, aquel instante en el que querrán "remediar lo dañado", ¡pero es que los humanos son tan ingenuos!, ¿qué no saben que por eso se les da una sola oportunidad para reparar todo?. ¿saben a qué me refiero?, estoy hablando de ... la hora de su muerte.Aún así, eso era lo de menos, para mí aquello era de lo más normal; es decir, es parte de mi trabajo. Es tan común para mí matar a las personas que me digan, que sería muy extraño que de la noche a la mañana me dijeran que dejara de hacerlo, de hecho sería imposible, ya que ,yo igual estoy muerto.
Tengo algunas imágenes borrosas de mi familia, todos y cada uno de ellos han muerto. Claro, ellos no se encuentran en el infierno, pero tampoco están en el cielo; de hecho, según con lo poco que recuerdo ellos no eran malos, ni eran buenos, pero mantenían un oscuro secreto el cual se me fue revelado poco después que yo haya llegado a este mundo lleno de fuego y crueldad. Sin embargo ellos si existen, se tratan de los "Codornices", la especie enemiga de los Agrillion, aquella especie con la cualidad de transformarse en hermosas aves y con dones divinos según un determinado signo zodiacal basado en el calendario humano.Tal y como había dicho Haku, esta especie provenía de la raza humana, solo aquellos que alguna vez en su vida conocieron por lo menos el nombre de un agrillion y su rostro, es decir aquellos seres humanos que convivieron en su otra vida con uno de nosotros; solo esas personas tenían el privilegio de entrar en ese "nuevo mundo", aquel mundo descrito como "El paraíso mejorado del edén". Claro esta regla era antes permitida, en el momento que se les daba fácilmente a los agrillion el paso hacia el mundo humano, esto mismo servía para investigar a cada humano que moriría al día siguiente. Desgraciadamente las puertas para viajar al mundo humano se cerraron, debido a una revelación contra las reglas establecidas por el jefe. La causa se debió a el amor prohibido de un agrillion hacia una mujer humana, y el responsable de todo fue... mi padre.
Sí, y de ahí la razón por la cual mi familia se encontraba en el "nuevo mundo". Sin embargo yo no soy como ellos, yo fui el único perjudicado a causa de las incongruencias de mi padre. Yo no conocí a mi padre por que morí a los dos años de nacido, y me condenaron a ser un agrillion debido a que mi cuerpo humano mantenía la sangre de un agrillion de raza pura, aquella sangre abarcaba un ochenta por ciento en todo mi cuerpo...
-¡BASTA!- grité enfurecido mientras tomaba del pico a uno de esos malditos codornices.- ¡¿Qué mierda haces aquí, y por qué vienes a fastidiar mis pensamientos, Kaiko?!- aquel codorniz se trataba de mi odiosa hermana, la cual poseía el dón de leer y controlar pensamientos. Y ahora que lo pienso, no mencioné que los codornices podían viajar a todos los mundos, incluyendo el infierno...
Kaiko rió por lo bajo, y se liberó de mi agarre en el instante que tomó su forma humana.
Yo solamente le dirigí una mirada llena de rabia y odio, no dije nada, solo la observé mientras ella recogía un manojo de plumas, eran las almas "buenas" que llevaría al cielo...- Es que eres tan fácil de controlar, aún no entiendo como puedes ser el sub jefe de este lugar, incluso TÚ ... tienes un lado noble y sumiso- siempre era así, nunca le importaba lo que los demás pensaran ¿y por qué debía de importarle?, si ella podía controlar los pensamientos de los demás.
-Déjame en paz... solo date prisa, y vete de aquí - esbocé fastidiado y con un tono frío, seguido de acurrucarme nuevamente entre mis sábanas.
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Lunas Acarameladas (Yaoi-KaiLen)[En edición y por terminar]
De TodoPasaron las lunas, y los meses se hicieron largos sin tu presencia. Mi alma inocente se esfumó junto tus palabras , y caí rendido a tus pies. Juro que volveré a ser el mismo de antes... solo da me tiempo. O quizá da me a alguien mejor que tú. Hombre...