misericordia ❪ the remarried empress ❫

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ISIS ESPERABA PACIENTEMENTE CERCA DE LA HABITACIÓN DE SU MADRE, ESPERANDO QUE LA PECOSA TERMINARA DE RECOLECTAR LOS DOCUMENTOS NECESARIOS PARA COMENZAR A ORGANIZAR LA FIESTA. No se percató de la presencia ruidosa de la concubina y su más reciente hallazgo, veía con indiferencia hacia la nada misma, calculando cuantas eran las probabilidades que tanto su fiesta de té y su baile de bievenida fueran una catástrofe total causandole un dolor de cabeza permanente, estaba seguro de que la probabilidad era de un 90% con Rashta y su viejo amigo, Ergi Claude, en el palacio.

Salio de su ensoñación al ser abrazado repentinamente por la amante de su padre, con una mascara fácilmente pudo corresponder la muestra de afecto saludandola de forma cariñosa y cordial.

—príncipe, soy yo ¡Rashta!

—hola, Lady Rashta ¿qué la trae por aqui?

—estaba caminando con un amigo ¡oh, cierto! tal vez no se conozcan

Ojala.

—príncipe, él es el Duque Ergi—sonrió—Ergi, él es el príncipe--

—Príncipe Isis Vikt ¿cierto?—le observó de arriba a abajo con burla.

Como odio a este maldito bastardo.

—veo que ha oído hablar de mi

—¿quién no ha escuchando hablar del sol naciente del Imperio Oriente que escapo de su hogar por conocimiento?

—¿hum?

—debería cuidar de lo que dice, Duque, alguien podría mal interpretar sus palabras y volverlas su condena—advirtió secamente.

Te encanta fastidiarme ¿verdad?

—oh, lo siento, lo siento, solo repito lo que oí—sonrio con sorna—aún asi, no es mentira ¿no? pero igualmente, no se preocupe, príncipe—le brillaron los ojos—cualquiera en su posición abandonaría a su pueblo por poder

Rashta tembló mientras Ergi sonrió complacido, el rostro imperturbable del príncipe heredero, la máscara perfecta había sido destruida en menos de un segundo por unas simples palabras que tocaron los nervios del próximo soberano, su siempre calida expresión había sido reemplazada por una más frivola y amenazante, los ojos que alguna vez la amante vio brillar más que los diamantes mismos con un cariño inmenso en ellos, ahora solo demostraban odio y furia en su maxima expresión. Estaba aterrada, temblando con sus ojos llorosos, vio de reojo a su reciente amigo que veía encantado y sonrojado la reacción de Isis, como si hubiera logrado algo imposible, como si hubiera esperado esto por mucho tiempo, como si hubiera ansiado verle arder en ira desde hace años.

Joder, antes no te enojabas tan rapido ¿sera que me reemplazaste por mi ausencia? hizo una mueca viendole por unos momentos, con su ceño fruncido. Eso no le gusto en lo absoluto.

El Duque nisiquiera se inmutó cuando el príncipe avanzó hacia él, es más, por poco lo recibía con los brazos abiertos y la sonrisa vulgar que tanto odiaba Isis, solo para darle mas chispa al asunto, claro. Ergi sentía una indescriptible mezcla de emociones cada que se metia con el rubio de esta manera, era placentero verlo bajar la guardia y dejar de ser el principe perfecto de Oriente, hacerlo caer en sus más bajos instintos, lograr lo que solo él puede hacer; que Isis muestre su verdadero ser, un monstruo.

Su relación fue complicada desde el primer momento, Isis había acudido a su reino en busca de sabiduría mágica cosa que al ser heredero de un poderoso e imponente Imperio no se le fue negado por los regentes, tuvo un pase libre de inmediato y un guía ofrecido por la corona. Duque Ergi Claude, a simple vista un hombre apuesto y casamentero, ese fue su primer pensamiento hacia él, con gran indiferencia aceptó ser guiado por él ¿Quien diría que el maldito Duque se le pegaría como garrapata desde entonces? era todo un caso, al inicio no le importo y simplemente fue cortés y sutil pero Ergi jugaba con su paciencia y su cordura, le encantaba tocar cada fibra sensible de sus nervios llevándolo a la locura misma, sintió que todos esos años creando al príncipe y emperador perfectos se fueron al caño al conocerlo, con una palabra el castaño lo hacia enloquecer de ira y lo peor de todo es que eso lo satisfacía, ser él único capaz de corromper la imagen que formo por años, le hinchaba el ego y le provocaba un placer indescriptible.

No lo consideraba conocido, tampoco un amigo actual pero si un viejo amigo y aliado pero no serviría de nada tenerlo de su lado si solo buscaba sacarlo de quisio.

Antes de que el príncipe se lanzara hecho un furia hacía al Duque, sintio que era jalado levemente por el brazo encontrándose con la dama de compañía de su madre que le miraba preocupado, Isis parecía estar fuera de si pero se relajo un poco al ver de reojo los archivos, tenía deberes que cumplir, no tenía tiempo de tratar con el bastardo de Ergi Claude.

—su majestad ¿se encuentra bien?—cuestionó preocupada, ignorando deliberadamente al par causando disgusto y cierto enojo en Rashta.

Suspiro y forzo una sonrisa, como si hace unos segundos no hubiera estado dispuesto a cometer homicidio.

—tranquila, Lady Laura, me encuentro perfectamente bien—tomo los archivos—sera mejor irnos a terminar rápido el trabajo, sería perjudicial retrasarnos

—si

Se giraron, no sin antes la mujer hacer una reverencia silenciosa ante el Duque fastidiado, volviendo a ignorar a la amante la cual, si no fuera porque aun temblaba de miedo por la anterior expresión del príncipe, hubiera montado una escena esta vez buscando protección del príncipe, principalmente.

—Duque Ergi—lo observo glaciar sobre su hombro—tenga cuidado de ahora en más, recuerde que esta en mi reino, en mi pueblo—gruñe—no se meta en lo que no le consierne—volteo a ver a la fémina más calmo—Lady Rashta, lamento mi actitud pero agradecería que esta escena no salíera de aqui—ella asintió—sin más, nos retiramos, pasen una bella tarde

Se fueron directo al despacho de Isis, él se sento en su escritorio y Laura en un sofa cercano comezando a leer en voz alta los archivos siendo escuchada atentamente. Pasaron todo el dia leyendo, hablando, organizando, dando ordenes y mandando invitaciones para la fiesta de té a la que ella también estaría invitada como agradecimiento por haberlo ayudado sacrificando todo su dia en él.

Pese a estar tratando con asuntos que ocupaban de su concentración, realizaba su trabajo con eficacia pero su cabeza, su mente estaban en otro lado. Cuestionando y armando teorías sobre la presencia de Ergi Claude en palacio, era sospechoso en especial que apareciera a la vez con el príncipe Heinrey.

Algo esta pasando frente mis narices y no lo pasare por alto.