OBSERVÓ SU TRAJE CON CIERTO RECELO, NO PODIA CREER QUE REALMENTE ACATÓ LA ORDEN DE SU PADRE Y AHORA TENDRÍA QUE IR ACOMPAÑADO AL BAILE DE BIENVENIDA, Y NO SOLO ÉSO, LO HABÍAN VESTIDO CON UN RIDÍCULO TRAJE A JUEGO. No quería dar una falsa imagen de pareja imperial pero los insistentes siervos del emperador eran molestos, se tuvo que resignar a usarlo, pese a que lo odiaba, le quedaba malditamente bien.
Bufo por novena vez en la mañana, tenía que comportarse lo mejor posible pese a que esta situación le irritaba de sobremanera, debía manejar una imagen digna del príncipe heredero que era en especial teniendo invitados extranjeros en palacio. Debian mostrar fortaleza y unión como família Imperial para demostrar que "todo estaba bien" además de apaciguar los diversos rumores por la llegada de la esclava, incluyendola en el panorama, madre debía mostrarse neutral ante ella y padre ser equilibrado pero demostrar más favor por quién era su esposa. Estaba seguro de que nada de éso pasaría, ese era una de las razones principales de su malestar, éso y la compañía obligada de Lady Vizzia durante toda la velada junto con la insistente cercanía y acoso que le brindaba Ergi desde que se lo topo la última vez.El desgraciado lo seguía con disimulo durante sus paseos por los jardines, aveces solo con la mirada otras lo sentia casi pisarle los talones, su sonrisa absurda y molesta nunca desaparecía de su rostro. Que repugnante.
Pero vamos, de cierta forma era su culpa por quebrar por primera vez su imagen de príncipe perfecto frente al Duque, su furia se desató al punto de que el mismo causante de está, tuvo que calmarlo. Cada vez que lo que recuerda, su puño cosquillea como si pudiera sentir el rostro herido y las costillas rotas de Ergi en ellos, no le avergüenza decir que fueron varias las veces que la sangre del extrajero mancho su piel y ropas pero si se avergonzaba que lo hubiera disfrutado tanto, haber disfrutado el crujir de sus huesos, sus gemidos extraños, sus provocaciones, la sangre fluyendo como agua entre sus dedos, el rostro y el cabello del niño bonito teñido de su propia sangre.
Si, en definitiva su relación con Ergi Claude era no solo complicada sino comprometedora.
Lo odiaba. Lo tenía más que claro, su sola existencia le provocaba desagrado pero también necesidad. Sabía a la perfección que Claude estaba enfermo, porqué vamos ¿quién en su sano juicio gemiria mientras le dan una paliza? pero él también lo estaba realmente, porqué él disfrutaba de provocar esas heridas, más si eran de mayor magnitud.
Hasta ahora, había sabido retener el impulso de violencia que solo el Duque lograba pero ya estaba colmando su paciencia. No debía dejarse llevar por sus impulsos por más que estos le geraran un sentimento de libertad y alivio enorme pero con Ergi como sombra -además parecía tener alguna extraña alianza con el príncipe de Occidente- lo volvía loco.
Probablemente esté baile terminaría fatal, por lo menos para él.
Sintió un tiron delicado en su traje, salió de su ensoñación observando a la bella mujer frente suya que se veía indiferente ante su poco interés sobre ella. Por unos largos segundos se había olvidado que estaba esperando a la femina para entrar como pareja al salon donde tanto plebeyos como nobles disfrutaban de la hospitalidad que la corona les brindaba en nombre del príncipe.
Vizzia se veía preciosa, su vestido azul con detalles iba a juego con su traje blanco con capa y decorados azules con su ya característicos detalles dorados. Parecían una pereja perfecta, como lo aborrecia.
—lamento eso, estaba pensando en unos asuntos políticos—esbozo una deslumbrante sonrisa—me alegra que haya aceptado mi invitación, se ve hermosa el dia de hoy—se reverencio siendo correspondido por la hastiada mujer—¿le parece que ya entremos?—ofreció su brazo con sus orbes fijas en la entrada del salon, estaba ansioso porque esto terminará y no era el único, por lo que al instante Vizzia entrelazo sus brazos, ambos portando una sonrisa superficial digna de su capacidad para mentir.
Al instante de ser anunciados, fueron aclamados por el pueblo estando concentrados en alabar a su tan anhelado príncipe, por lo que no notaron la tension que hubo entre Lady Vizzia y Lady Rashta cuándo apenas y cruzaron miradas al dirigirse donde ella para saludar a los regentes.
—saludos a su majestades, el sol y la luna de Oriente—hizo una elegante reverencia a honra de su educación, aquéllo hizo sonreír a los emperadores, lanzando miradas cómplices al ver los brazos entrelazados de los jóvenes. Ante éso, trato de disimular su desagrado sin fallar, la hermana política de la ex-Duquesa de Tuania, lo miro extrañada y sorprendida por su gelida mirada. Era aterradora pero prefería hacer como si nunca se hubiera percatado, prefería ignorar que vio su muerte reflejadas en esas ignoticas esmeraldas.
Mientras la família real hablaba, produciendo un poco de incomodidad en los jóvenes de vez en cuando, la concubina apretaba con fuerza su mano contra su pecho, lo sentía latir con fiereza al igual que sentía un particular revoltijo en su estómago, no sentía náuseas pero si un pronunciado desagrado por la bella muchacha que acompañaba a Isis.
—¿quién...quien es ella?—Ergi sonrió divertido, apretujando un poco su copa. Entendía el sentimiento después de todo.
—oh ¿hablas de la señorita que esta con el príncipe Isis?—ella asintió, dio un sorbo algo largo a su copa de vino—ella era la hermana política de la ex-Duquesa de Tuania, quién tiene el visto bueno de su majestad el emperador y la emperatriz para ser cónyuge de su hijo—espero su reacción con paciencia.
¿"Cónyuge"? ¿Isis....se casará?
La mujer era hermosa, casi tanto como lo era su hermana o la emperatriz, su cabellera era negra y larga, tenía una nariz fina y delicada, sus labios eran carnosos y naturalmente rosados, no era ni alta ni baja, tenía pestañas largas y arqueadas, sus ojos reflejaban un bello e enigmático mar lleno de posibilidades, su blanquecina y limpia piel solo era comparada con el blanco de la nieve.
Era perfecta. Era una perfecta princesa.
Tuvo miedo porque después de todo, Isis era un príncipe y los principes necesitan una princesa a su lado.
Ella....ella seria su princesa.
No. No podía ser así. Su príncipe de armadura brillente no podía irse de su lado, no podía tener...no podia tener otra princesa cuándo ya la tenia a ella.
ESTÁS LEYENDO
misericordia ❪ the remarried empress ❫
Fanfictionm |⌇ ❝ si quieres derribar estas paredes , te vas a lastimar ❞ ᭨ི ྀྀ Isis era el príncipe de la corona y lo sería hasta que esta reposará en su cabeza convirtiéndose en el emperador de Oriente, aquel regente que estaba destinad...