Harry
Era la primera noche de Harry en Hogwarts. Todavía no se lo podía creer, estaba lejos de los enfados de tío Dudley y de la hipocresía de tía Petunia. Estaba lejos de todo el abandono, de los gritos, de la sensación de ser sucio; indigno.
Estaba lejos de ellos.
Él importaba en algún lugar. Era libre. Él importaba aquí.
La gente sabía quién era, tenía dinero, era en cierto modo, respetado. La gente se preocupaba por él. Ya llevaba un día aquí, pero sabía que iba a ser mejor que los 11 años anteriores de su vida.
Intentó dormir pero la emoción era insoportable. Más de una vez Harry se pellizcó a sí mismo para asegurarse de que no era una especie de sueño.
Se quedó despierto, mirando el techo de su nuevo dormitorio mientras sus ojos se adaptaban a la oscuridad. Todavía no se había quitado las gafas porque estaba bastante ciego sin ellas.
Harry se preguntó si habría un hechizo para arreglar su vista. Debe haberlo, después de todo está en una escuela llena de magia. Cuanto más pensaba, más preguntas le surgían.
¿Por qué mataron a sus padres? ¿Qué aspecto tenían? ¿Le querían? Todas las preguntas le daban vueltas en la cabeza y en lugar de respuestas lo único que tenía después de una hora de pensar era más preguntas.
Suspiró. No tenía sentido arruinar su propio estado de ánimo. Quería llegar temprano a sus clases, por primera vez en mucho tiempo quería despertarse.
Se quitó las gafas y se puso boca abajo. Todavía había algo que le molestaba, aparte del hecho de que era un mago y de que sus padres habían sido asesinados. Ni siquiera era el trauma que soportó en casa de la tía Petunia (aunque eso lo mantenía despierto por las noches).
Fue el nuevo chico que conoció. Draco.
Había algo en él. Era orgulloso. Arrogante. Conocía al tipo; había vivido con uno durante 11 años.
Los padres ricos malcriados terminan creando un hijo aún más malcriado. Y el ciclo continúa.
Harry ya sabía que nunca sería amigo de Draco. Ya había lidiado con suficientes matones en su vida. Pero no podía negar que una parte de él, en algún lugar, había querido estrechar la mano de Draco, aceptar su amistad.
No, eso es ridículo, pensó Harry, él no quería ser amigo de Draco, no quería tener absolutamente nada que ver con Draco.
Pero, ¿por qué se sentía mal por rechazar la petición de Draco? Draco era un matón, era malo. Había sido malo con Ron. Y Ron era su amigo. Y Harry sólo buscaba a su amigo.
Golpeó la cabeza contra la almohada y dejó escapar un silencioso "ugh".
No quería lidiar con todo esto. Quería dormir.
Dio unas cuantas vueltas más hasta que finalmente se quedó dormido, con la idea de que mañana se aseguraría de pedirle a alguien un hechizo para dormir.
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Siempre y para siempre
FanfictionHarry y Draco empiezan su primer año en Hogwarts, pero... ¿Y si esta vez las cosas son diferentes?