CAP 6

7.8K 789 44
                                    

Draco

Draco no pudo dormir esa noche. Dejando de lado el partido, no pudo dormir por lo idiota que había sido hoy.

Se había tragado su orgullo y había intentado hablar con Harry sólo para llamarle imbécil pretencioso en su cara. ¿Quién hace eso?

Demasiado para hacer amigos, reflexionó Draco. Si Harry no lo odiaba antes, seguramente lo odiaría ahora.

Draco no entendía por qué se asustaba tanto cuando Harry le hacía una simple pregunta. La respuesta debería ser "no, te odio", lo cual no es cierto. Draco sí odia a Harry.

Entonces, ¿qué diablos pasó?

Había estado bastante calmado pero no confiaba en sí mismo para responder, así que se dio la vuelta y se alejó.

Cuanto más pensaba en todo el calvario más ganas tenía de darse un golpe en la cabeza contra la pared.

De alguna manera, por la misericordia de alguna entidad eldritch, finalmente se quedó dormido.

[...]

El partido comenzó muy pronto. Era la primera vez que Draco jugaba de forma competitiva. Jugaba de buscador y de momento la snitch no aparecía por ningún lado. Así que observó el partido, lo que al final le llevó a observar a Potter, aunque ¿cómo se relacionan ambos? No está seguro.

Una buldger empezó a seguir a Harry en medio del partido y el familiar pánico se apoderó de Draco. Vio como la buldger corría detrás de Harry, apenas le faltaban unos centímetros.

Harry miró a Draco y otro tipo de pánico lo llenó.

-¿Entrenando para el ballet, Potter?- dijo Draco, más que nada para distraerse de lo que fuera que estuviera sintiendo. Pero no podía apartar la mirada de Harry.

Harry no dijo nada y de repente voló hacia él, y luego a su alrededor.

Draco azotó su escoba en la misma dirección. Divisó la snitch que Harry ya estaba persiguiendo.

Joder, pensó mientras los perseguía, a Harry y a la snitch.

Él era rápido, pero de alguna manera Harry era más rápido. Estuvieron a punto de chocar un par de veces. En el último momento, por supuesto, Draco la cagó y en lugar de salir victorioso, se estrelló y cayó de espaldas.

Harry ganó, por supuesto que Harry ganó. El odio que había sentido la primera noche, cuando Potter lo había rechazado, regresó sigilosamente y lo agradeció.

Odiar a Harry Potter era fácil, odiar a Harry Potter es algo que él podía hacer. Es algo que es fácil de hacer. Su padre había estado entre la multitud pero no se molestó en acercarse.

Por qué iba a hacerlo, pensó Draco, de todos modos soy un fracasado.

[...]

Draco estuvo una noche en la habitación del hospital. Algo así como un chequeo de rutina, eso es irónico teniendo en cuenta que dejan jugar a niños literalmente en situaciones de vida o muerte.

Se quedó dormido poco después por lo que se perdió como Harry potter había ido a visitarlo, sin embargo Potter no se acercó demasiado. Había traído unos chocolates y los colocó tranquilamente en su escritorio antes de regresar.

Draco se despertó a la mañana siguiente y al descubrir los chocolates, los tiró a la basura.

No sabía quién los había dejado, pero no necesitaba los malditos dulces de compasión de nadie. Se enfadó de repente, sentía que iba a explotar. Deseó que hubiera alguien con quien pudiera hablar, pero entonces se dio cuenta. No tenía a nadie.

Nadie se preocupaba por él, nadie lo quería.

Aguántate, la voz de su padre sonó en su cabeza. ¿A quién le importaba no tener a nadie, si estaba solo e incomprendido?

No necesitaba a nadie, no quería a nadie.

Y sus sentimientos por Harry- no importan, se dijo a sí mismo porque odia a Harry potter. Los únicos sentimientos que tiene por él son de odio.

Y con eso en mente, se fue a sus clases.

Siempre estaría solo; ya era hora de que lo aceptara.

Siempre y para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora