CAP 3

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Harry

Hogwarts había sido mejor de lo que podía esperar, bueno, excepto el profesor Snape.

Desde el primer día, Snape se la tenía jurada a Harry y lo dejaba bien claro. Pero aparte de sus comentarios y su constante acoso, a Harry le gustaba estar allí.

Tenía amigos, amigos de verdad, y era, como se ve, querido. Una cosa que seguía molestando a Harry era Draco. El otro chico había empezado a ignorar a Harry, o quizás era al revés, y francamente le molestaba.

En la clase de pociones cada vez que Snape hacía un comentario, Harry se daba cuenta de la respuesta de Draco. Las risitas, las miradas.

No lo había admitido, pero pasaba algún tiempo observando a Draco desde lejos. Y resultaba que más de una vez Draco ya lo estaba mirando.

Eso hacía que Harry se sintiera raro pero no podía comprender exactamente por qué se sentía así.

Se esforzaba por sostener la mirada de Draco durante las veces que sus ojos se encontraban pero más de una vez bajaba la mirada, avergonzado por alguna razón pero no estaba seguro de qué podía ser.

El año estaba pasando rápido y de otra manera de lo que él esperaba. Había entrado en el equipo de Quidditch, siendo el buscador más joven en más de cien años. Eso le hacía sentirse orgulloso de sí mismo, sobre todo porque se había enterado de que su padre había sido buscador en su época.

Harry había llegado a saber que Draco también quería ser buscador, pero no pudo este año y eso hizo que Harry sintiera una emoción completamente diferente que no podía ubicar.

Durante los entrenamientos, muchas veces Harry había notado que Draco ya lo miraba.

Y le gustaba.

Pensó que era porque estaba escupiendo a Malfoy. Cada vez que se fijaba en Malfoy, se daba cuenta de que jugaba mejor, de que le demostraba a Draco que por algo era el buscador más joven.

No es que tratara de impresionar a Malfoy o algo así, eso sería absurdo. Simplemente le gustaba darle celos. Le gustaba la forma en que Malfoy lo miraba, le gustaba la atención que Malfoy le prestaba.

Era mejor que cuando Malfoy lo ignoraba, eso no lo soportaba.

Quería que Malfoy se fijara en él, aunque eso significara que lo odiara.

Porque, seamos sinceros, Harry también lo odiaba.

O así se convencía él mismo.


Siempre y para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora