26|Trabajar juntos

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Advertencias: mención de antiguos abusos sexuales. Tortura a través de visiones.

10 de febrero.

Harry esquivó a un cupido cantor y se dirigió a la mesa de Gryffindor para comer. En cuanto se acercó a Ginny, que estaba sentada al lado de Dean, la chica le dedicó una sonrisa embelesada y puso sus manos unidas sobre la mesa. Dean le devolvió la sonrisa y le frotó tímidamente los dedos.

Harry no se dejó engañar. Para cualquiera que pasara, parecían una pareja cariñosa-y la atracción de Dean era genuina, ahora que Ginny había abandonado su implacable persecución de su amigo-, pero Harry intuía un motivo oculto detrás de los deseos de Ginny y poco afecto verdadero. No podía saber lo que ella quería exactamente, pero dado su pasado, tenía una buena idea.

Harry apartó la mirada para que ella no se hiciera a la idea de que su estratagema había funcionado, agachándose de nuevo, esta vez para evitar una nube de irritantes corazones rosas. Dioses, odiaba el día de San Valentín, aunque obviamente estaba en la minoría. Al menos quince personas ya habían invitado a Harry al Baile de Cupido esa mañana, para disgusto de Harry. Supuso que el repentino deseo de Ginny de salir con Dean tenía más que ver con el deseo de salir ella misma que con el afecto real... y mucho más con la intención de poner celoso a Harry, aunque no podía.

¿Debía advertir a Dean? El chico le había sido leal y Harry no quería verlo herido, pero si le decía a Dean que Ginny no era auténtica, no sabía cómo se lo tomaría éste. Podría volverse en contra de todos ellos.

Harry suspiró y se comprometió a preguntar a Luna y a Severus sobre el tema más tarde. Esos dos siempre sabían qué hacer. Pensándolo mejor, decidió pasar por alto la mesa de Gryffindor y sentarse con Luna. Neville le siguió y se instaló junto a la soñadora chica, esquivando una nube de abejorros cantores con alas rosas en forma de corazón y voces chirriantes.

—Hola, Lu—dijo Harry con una inclinación de cabeza—. ¿Cómo estás hoy?.

—¡Muy bien! Y mejor, ahora que tengo buenos amigos con los que hablar—le dirigió a los abejorros una mirada irónica—. Esos Ticklebees no están bien hechos. Los cuerpos deberían ser rosados también.

Harry observó cómo las abejas zumbaban una versión monótona de "I Put a Spell on You" sobre Ginny y Dean. Parecía tan emocionado como se sentía Harry.

Harry apiló su plato con pollo asado, queso y verduras—¿esos son Ticklebees?.

—Bueno, no del todo. Pero creo que se supone que lo son.

Harry sacudió la cabeza con ironía-no había imaginado que alguien más pudiera ver tus espíritus, Lu. Supongo que alguien debe hacerlo.

Luna se rió—alguien que necesita gafas nuevas. O que, tal vez, sea daltónico.

Harry resopló con un bocado de puré de patatas, haciéndolo volar por su camisa—¡Lu!.

Ella se rió y usó Tergeo en su desordenada túnica—aquí tienes.

—Gracias. Um, Luna... quería preguntarte. ¿Crees que...?.

Ella negó con la cabeza—no. Me temo que los Feathersprites me están diciendo que le advierta que no interfiera. Lamentablemente, él ya lo sabe, en el fondo, pero se ha convencido de que es auténtico. Ahora mismo no quiere creerte, y al final sólo le hará más daño si intentas intervenir.

Harry suspiró y dio un sorbo a su zumo—me lo temía. ¿Cómo ha podido ocurrir?.

Luna hizo una mueca—bueno, él ha sido su oído comprensivo en bastantes ocasiones. Me temo que puede haberse aprovechado de ese hecho.

Longing of the Soul | Anhelo del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora