Longing of the Soul | Anhelo del alma

22|Permanecer juntos

Severus tenía que admitir que estaba deseando que Harry volviera después de las clases. La redacción del chico dejaría boquiabierto a Filius, no le cabía duda. Granger era una chica inteligente—nadie podía negar eso—pero no tenía un pensamiento original en su cabeza. Devoraba y memorizaba todos los textos que caían en sus manos, regurgitando los pasajes apropiados cada vez que surgía la necesidad, pero ver más allá de las palabras en la página, tomar esas teorías escritas y concebir algo nuevo, estaba más allá de ella. Granger tenía talento para retener conocimientos, pero Harry tenía el talento de crear.

Merlín, ese chico sería un mago brillante algún día.

Y dioses, deseó haberlo visto antes. Que los dioses lo perdonen, Severus tenía la sensación de haber destruido el potencial de Harry en pociones. Una mente innovadora como la de Harry debería haber hecho bien las cosas, pero él nunca le había dado una oportunidad a Harry, ¿verdad?

Severus dejó su libro a un lado y se paseó. Echaba de menos la elaboración de cerveza, y como por fin había terminado de cosechar el basilisco y completado la base de su fórmula de antiveneno, necesitaba comenzar sus experimentos de todas formas. Una parte de él también quería poner a prueba a Harry, para hacerse una idea de su nivel de habilidad en pociones sin la presión del odio que pesaba sobre el chico. No había visto a Harry preparando ninguna poción últimamente, así que no tenía otra base en la que basarse.

Por otra parte, Harry no tenía ninguna clase de pociones en ese momento y había dicho que tenía menos visiones en la Cámara. Quizás algo de la magia de la habitación las bloqueaba.

Era un pensamiento aterrador. Harry tenía al menos una visión por noche. Si eso era un alivio, queridos dioses, ¿qué era lo normal?

No era de extrañar que el chico pareciera tan agotado antes.

—Son pesadillas, señor.

Más que pesadillas. Severus sacudió la cabeza y pateó el suelo, avergonzado por el papel que había desempeñado en el sufrimiento de Harry.

—Lo enmendaré... de alguna manera—empezaría por mejorar su fórmula de Sueño sin pesadillas para Harry. Tal vez el sueño sin pesadillas ayudaría a curar la brecha.

La puerta exterior de la Cámara se abrió y Severus regresó a su silla, todos los pensamientos sensibleros se desvanecieron ante la expectativa de ver a Granger derribada. Merlín, pero esa chica casi lo había vuelto loco estos últimos seis años. Una sabelotodo que no sabía tanto como creía era irritante. Especialmente cuando nunca decía nada malo, sólo que no estaba inspirada.

Bueno, quizás esperaba demasiado de una adolescente. Puede que algún día crezca el tamaño de su cerebro.

La sonrisa de anticipación de Severus desapareció de su rostro cuando la puerta se abrió. Harry entró en la Cámara con su Rayo de Fuego, cegado por las lágrimas, y casi se estrelló contra la estatua.

—¡Harry!.

El chico tiró de la escoba justo a tiempo y la dejó caer—lo siento.

Severus corrió hacia él y le revisó visualmente las heridas—eso no importa, ¿estás bien?.

Harry moqueó y se abrazó el pecho—yo... no. Realmente, no lo estoy.

Con un suspiro triste, Severus tomó la muñeca de Harry y lo llevó al sofá—te escucho.

Harry soltó una risa irónica y una sonrisa lacrimógena—Merlín, las cosas están realmente al revés, ¿verdad? Me estás ayudando y... bueno, te estás esforzando mucho. Sin embargo, mis supuestos amigos...—cortó sus palabras y dejó caer su mirada.