Snow globes (Prólogo)

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Diecisiete años. Diecisiete años tardé en conocer mi mundo por completo.

Siempre me ha gustado pensar en mi vida como una de esas pequeñas bolas de cristal dentro de las cuales nieva cuando las agitas. Bueno, digamos que la primera vez que agitaron la mía fue justo en el día en que nací, fruto de un vientre de alquiler. Por suerte, mis padres Steve y George eran una pareja muchísimo más estable que cualquiera de los padres de mis amigas, y supieron criarme de tal forma que nunca me importó que mis compañeros de colegio me preguntasen por qué no tenía madre. El caso es que como todos, ellos intentaron hacer su labor de padres de la mejor forma posible, y la verdad es que nunca pude quejarme. El resto de mi historia consiste básicamente en años y años de calma en los que la nieve de mi bola de cristal fue asentándose lentamente sobre las calles de Zurich, mi ciudad natal. Pasé toda mi vida viviendo en la misma casa, la misma calle, en el mismo colegio, con los mismos compañeros, vecinos, profesores, conocidos, los mismos horarios, la misma rutina, las mismas aficiones. ¿Quién querría volver a agitar la bola para después tener que esperar otros diecisiete largos años a que el temporal cese? Mis padres no tuvieron ningún problema en hacerlo.

Una semana antes de que terminase el verano llegué a Greenwood, uno de esos pueblos en los que todo el mundo se conoce desde siempre y uno de esos pueblos cuyo ambiente (por alguna extraña razón) mis padres adoran. Es por eso que, ajenos a mi opinión, mis padres decidieron que nos quedaríamos a vivir allí y que yo cursaría mi último año antes de la universidad en el instituto local.

Sé lo que estáis pensando. ¿No es genial que tus padres te recluyan a traición en un pueblo de Indiana con no más de mil habitantes alejado de la civilización y lleno de gente que probablemente ya te conozca como la hija del matrimonio gay bohemio suizo que misteriosamente llegó al pueblo de la noche a la mañana? Sí, las noticias corren como la pólvora. Uno de los encantos de Greenwood.

GreenwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora