Utopía

Diferencia

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Se encontraba cocinando su desayuno, Louis freía tocino y hacía huevos estrellados, Harry por su parte preparaba un licuado de frutos rojos y un par de pan tostado con mantequilla.

Ya llevaban una semana juntos, habían hecho de ese pequeño departamento su hogar, un lugar donde el tiempo se congelaba, donde solo eran dos, y donde aparentemente no habían sufrido por cinco años.

—Amor, ya siéntate, ya está el desayuno. —acomoda el desayuno en la mesa, uno a lado del otro, lo más cerca posible —Harry, se te va a enfriar.

—No creo, siempre ando caliente.

—¡Harold!, estoy hablando del desayuno.

-¡Oh! Eso, sí, ya voy.

Harry se encontró un poco nervioso, había mandado a hacer dos anillos, eran de oro, con rubís uno azul y uno verde, dentro tenían una clase de imán, que cuando estaban lo suficientemente cerca se acercaban, se unían; representaban a la perfección la relación que tenía con Louis.

—¿Qué te pasa?

—N-nada.

—Harry, estás sudando, con mejillas sonrojadas, te muerdes el labio, sin duda estás nervioso —lo repasa una vez más, de pies a cabeza —No me digas que te la jalaste, estoy aquí, ¿Por qué no me llamaste? —pelea Louis, más que nada haciendo berrinche.

-¡No! y-yo... no Louis, no hice eso.

—¿Entonces? —él por su parte, ya va por el tercer pedazo de tocino.

—Comamos, ¿sí?

Transcurre su desayuno con normalidad, Harry solo está haciendo tiempo para ganar valor, le da pena que Louis lo llegue a rechazar, que piense que ya se está acelerando mucho.

—Sabes que me puedes decir lo que sea, ¿no? —mientras acariciaba con su pulgar la mejilla del rizado —Jamás te juzgaría, es más, siempre estaría dispuesto a hacer lo que me pides, siempre te elegiría a ti, no importa que sea, yo te elegiría.

Y es la dulce mirada de Louis, la que le da paz a Harry, la que lo hace valiente, así que suspira y le dice:

—Te... te tengo una sorpresa —le entrega lentamente la cajita e inmediatamente cierra los ojos, tal vez si no veas sea menor la humillación. Vuelve a abrirlos cuando no escuches a Louis, grande es su sorpresa cuando se da cuenta de que Louis está reprimiendo sus lágrimas.

—Son bonitos, más el verde, es del color de tus ojos —dice, con una deslumbrante sonrisa.

—Esa era la idea, tu te quedas el verde, yo el azul y así siempre estaremos el uno con el otro —ya ha agarrado más valor, tomando la mano derecha de Louis, deslizando lentamente el anillo con rubí verde en su dedo anular, dejando un pequeño beso cuando termine de colocar el anillo.

—Acepto joven Styles, ¿o ya eres señor Tomlinson? —bromea con una ceja levantada, poniendo de igual manera el anillo con rubí azul en el dedo anular de Harry, dejando un camino de besos por todo el brazo del menor, hasta llegar a su cuello, haciéndoles cosquillas.

Harry se carcajea, muere de amor, daría cualquier cosa por quedarse a vivir este momento para siempre, cuando deja de reír, se endereza en la silla para decirle a Louis:

—No, me gusta más señor Tomliboo —susurra, con una sonrisa pícara, ganándose una batalla de besos.

El celular del rizado comienza a vibrar con insistencia, interrumpiendo la burbuja de amor.

—Contesta, después vas al cuarto y festejamos nuestro compromiso —le roba un ultimo beso y comienza a alejarse.

Esa es una de las cosas buenas de Louis, siempre le da espacio al menor, no importa que sea su departamento, siempre deja que Harry tenga privacidad.