Utopía

Traición y venganza

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Louis había llegado a su casa en cuatro minutos, no le importó pasarse altos, volarse topes y pasarse semáforos rojos; —iba a tan alta velocidad que ni siquiera se percató de que Marcus venía detrás de él,uno de los peores errores que cometió—, Louis solo necesitaba llegar en busca de Harry lo antes posible.

Los ojos de Louis no lograban asimilar lo que veían, ¿Qué clase de masacre había sucedido aquí?

Escaneó el lugar, buscando alguna señal, algo que lo ayudara a saber cómo actuar; el movimiento de uno de los cuerpos que estaba tirados llamó su atención, a pasos sigiloso se acercó.

—¡¿Regina?! —exclamó alteradamente, derrochando preocupación, viendo el cuerpo de la mujer malherido, derramando sangre, casi sin vida—. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Estás bien? ¿Harry? ¿Sabes quién atacó? —preguntó al tiempo que ayuda a levantarse a Regina.

—Lou-uis, debes... debes subir, pide refuerzos, Harry está allá arriba, no logré reconocer a alguien, todos traen puestas máscaras —dijo débilmente, con dolor en su pecho.

—Márcale a Marcus, dile que venga, que ataque con todo, yo debo subir y ganar tiempo, cuando llegue Marcus pídele a alguno de los hombres que te lleve al hospital, necesito que te vayas por si llega la policía.

—Ve con cuidado.

Louis comenzó a subir las escaleras muy despacio, tratando de no hacer ruido, lamentándose el no haber puesto mas seguridad para su chico rizado, queriendo regresar el tiempo para que estuviera junto a Harry y evitar hacerlo pasar por todo esto, pero ¿Qué podía hacer él? después de todo solo era un chico de 21 años asustado, un chico que había madurado obligatoriamente, un chico que había aprendido a matar desde los 17.

Tumbó la puerta de la habitación de una patada, preparado para atacar a todo aquel que se atreviera a ponerle las manos encima a su Hazza, derramando furia por sus ojos, que, a pesar de tener un bello color azul, esta vez estaban de un profundo negro.

—Creí que llegarías más rápido —escucha que le dice un hombre gordo, con una pistola larga en sus manos, parado detrás de Harry, quien está sentado y atado en una silla, con un paliacate en la boca, removiéndose, tratando de zafarse.

—¿Qué quieres? ¿Dinero? ¿Terrenos?, dime que quieres y te lo doy, solo déjalo ir —propone Louis, tratando de moderar su respiración, tratando de encontrar una manera de sacar a Harry de ahí, para después descuartizar a aquel hombre que apuntaba a Harry.

—¿Crees que haría todo esto por dinero?, no Tomlinson, quiero algo más. —Dice, levantando una ceja.

Entonces, Louis comprende.

—¿Me quieres a mí?

—Louis Tomlinson, suelta el arma, estás rodeado —escucha que le gritan a su espalda —. No pongas resistencia, o terceras personas serán lastimadas.

Louis no sabe cuantos hombres armados hay en este lugar, no sabe si podría acabar con ellos, por lo que opta por hacer lo que le piden. Deja el arma en el suelo, la arroja con su pie al otro lado de la habitación, subiendo los brazos en señal de rendimiento.

—Arrodíllate y pon tus brazos detrás de la espalda.

Louis suspiró pesadamente, comenzó a bajar, rendido, sin parar de ver un solo momento a Harry, viéndolo llorar, temblar, intentando zafarse; Louis le dio una lastimera sonrisa, ya no necesitaba seguir fingiendo, sabía que Harry lo había entregado, después de todo era el hijo del asesino de su familia.