Capítulo Tres

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La primera noche había pasado y el reporte al Alfa de su manada, o como a SiZhui le gustaba verlo, familia, es que el sector estaba limpio.

Xue Yang se para con sus brazos cruzadas delante de su pecho y su espalda contra el marco de la puerta mientras miraba al Alfa Wen Chao. Un hombre mayor, casi un ancestro, de cabello largo casi blanco. Sin embargo, pese a estar frente a todos y de pie con la ayuda de un bastón aun destilaba dominación, tal como un Alfa líder y dominante. Usualmente, todos lo respetan, pero en Xue Yang ese efecto es distinto. Él nunca ha respetado a ese hombre.

—Nadie parece haberlos seguido. Peinamos todo el área —acompañó sus palabras con un bostezo mientras ignoraba la mirada enfadada de su esposa Alfa eligiendo verificar su coleta en su cabello y su ropa negra típica—. Más que cazarlo seguro querían divertirse con él —dijo refiriéndose a JingYi—. ¿No dijeron que estaba en celo? Sabemos que entre los vampiros también hay Alfas y Omegas ¿No? —volvió a bostezar—. ¿Ya podemos volver a dormir?

Ignoró a Wen Qing todo el tiempo. El viejo Alfa gruñó ante su desfachatez. Sin embargo, el Beta Xue Yang sonrió.

—No te desquites conmigo viejo, el que arruinó tu negocio de armas fue el niño Alfa consentido —y señaló a SiZhui presente, quien le devolvió la mirada incrédulo—. Uy ¿No lo sabias? —se burló—. ¿En verdad crees esa payasada de matrimonios con la intensión de procrear y no dejar de existir? Niño, somos un trueque. Mírame ¿Qué puedo procrear siendo un Beta unido a un Alfa? Si has llegado a la edad que tienes sin que te hayan unido ha sido gracias a tus padres.

—Xue Yang —advirtió Wen Chao.

—Es hora de que el niño se entere —luego miro a Wei WuXian y a Lan WangJi—. Al menos les cayó la excusa perfecta, ya no necesitan planear un escape los tres juntos.

SiZhui en ese momento miró a sus padres y supo que Xue Yang decía la verdad.

—No entiendo —susurró—. Yo había aceptado un compromiso por mi cuenta, ustedes no tenían por qué sentirse culpables ni buscar una excusa.

Xue volvió a reírse.

—Ya te lo dije, para el viejo son un trueque ¿En serio crees que tus padres estarían bien con ello? Para el viejo, casarte con alguien de la manada Ouyang significaba obtener armas, niño. Despabila —chasqueó los dedos—. Tus padres no querían que fueras infeliz como tus primos.

Ante esto, Wen Ning también presente se encogió. SiZhui lo miró. Él sabía que nadie era feliz, pero pensó... él había pensado que era por el bien de la especie. Suspiró. Ahora que sabía lo que un alma gemela era, no podía imaginar lo que estas personas sentían atadas a alguien a tal vez ni siquiera amaran, que existía la posibilidad de que ni cariño sintieran. SiZhui miró al líder, su bisabuelo ni siquiera le devolvió la mirada, sin embargó, impartió sus órdenes en voz comando.

—Xue Yang, Qing, Wen Qing, seguirán peinando el área una noche más. Me traerán sus resultados dentro de tres horas. Y se retiró.

***

Wei WuXian llegó luego de haber ido a dejarle una nueva bandeja de comida a Lan JingYi. SiZhui estaba esperándolo ansioso junto a Lan WangJi.

—¿Cómo está?

Wei WuXian se sentó antes de responder.

—Agradecido por la medicina de Wen Qing. No sufre tantos espasmo y puede alimentarse —miró a su hijo unos segundos antes de agregar—. Ansioso por verte y olerte.

SiZhui sintió sus mejillas arder fuerte. Hasta ahora había dominado muy bien las ganas de ir a su habitación y hacer suyo a su compañero. La única razón para tal comportamiento era porque no quería que las cosas fueran así entre ellos. Él quería que JingYi lo reconociera y aceptara siendo consciente de sus actos, estando despierto y no dominado por su celo.

1 Serie: Lobos y VampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora