Auris era el bar al que todos los visitantes de Hyde Hills debían ir por excelencia.
No era algo novedoso, ni mucho menos, ni siquiera era un lugar completamente agradable. Sin embargo, era un lugar de entrada libre en el que vendían alcohol a menores de veintiuno.
Parecía una gran opción ese día. Las cosas se habían puesto un poco tensas y los dos necesitaban llenar su sistema de alcohol para adormecer todo lo que les hacía daño.
Taehyung odiaba beber, pero lo hacía muy constantemente para olvidarse de todo, incluso de esa molestia constante que sentía en su pecho desde el día en que perdió a su familia.
Elliah se lo dijo la primera vez que probó el alcohol "La gente no bebe por gusto, bebe para olvidar". Y él quería eso. Olvidar. Olvidarlo todo.
Entonces entraron a Auris y comenzaron a beber sin importarles nada, sin contar los shots o los vasos vacíos.
Taehyung empezó a reír de la nada y Jungkook le sonrió mientras lo veía, tenía una risa muy bonita. Su risa era preciosa. Su risa...
—¿De que te ríes?
—Estaba recordando la primera vez que me emborraché —Jungkook se quedó callado esperando que continuará la historia—. Tenía dieciséis. Había pasado casi un año después de llegar a la casa hogar. Cada día ahí era una pesadilla, quería a mi familia de vuelta y estaba harto de las burlas. Entonces estaba Elliah, un chico de mi edad que había llegado desde los diez años. Era negro, pero a veces parecía que todos los insultos y palabras hirientes no le importaban. Por mucho que se burlaran de su color de piel, por mucho que lo tratarán mal por ese mismo motivo, nunca se quebró. Ni una sola vez.
»Quería tener esa misma fortaleza porque yo no podía soportar tanto sin comenzar a llorar. Cuando se lo dije él solo se rió y agregó que quería mostrarme algo. Me mostró dónde el director guardaba su whiskey, robamos un par de botellas y nos escondimos en el cuarto de limpieza. Nos descubrieron esa vez y las siguientes, pero ningún castigo bastó para que nos detuvieramos. Nunca me lo dijo, pero al menos para mí Elliah era un gran amigo. Hizo que me sintiera un poco menos perdido en ese lugar.
—¿Era?
—Los niños en los orfanatos tienden a ser muy crueles. Principalmente si tienen más de diez años porque saben que ya nadie los va a adoptar. Están enojados con la vida y solo buscan con quién desquitarse. Elliah y yo éramos esos grande afortunados, pero que una persona nunca se quiebre enfrente de tí no quiere decir que no esté rota. Elliah no era tan fuerte como yo pensaba y un día simplemente ya no estaba. Me autoconvenci de que lo habían adoptado. Como si alguien quisiera adoptar a un chico negro de diecisiete años —rió amargamente. Un par de lágrimas escapándose de sus ojos—. ¿Cómo escapaste de Corea, Koo?
—Mh, robé una tarjeta de crédito de mi padre, tomé mi pasaporte y todo lo que cupo en una mochila. No le iba a hacer falta de todos modos, es accionista en una gran empresa y prácticamente está forrado en billetes. Una tarjeta menos con tal de deshacerse de su miserable hijo homosexual seguramente fue una bendición para él. Solo les importaba su reputación, la cual ya se había visto afectada varias veces por mi culpa así que seguramente no armaron un gran escándalo inventando cualquier cosa para callar el interés de la gente.
»Creo que el verdadero problema es que nunca tramité una visa para quedarme aquí por un tiempo así que he vivido prácticamente escondiéndome desde que llegué. Aunque que mejor lugar para esconderse que Hyde Hills, ya no importa, después de esto todo se va a acabar. Ya no voy a tener que esconderme.
—Que bueno que te encontré entonces, porque si no no podría estar dándome esta clase de lujos —se burló Taehyung alzando su vaso—. La paga en mi trabajo era una miseria.
—Ahora puedes decir que tuviste un sugar daddy antes de morir. Aunque soy menor que tú —el pelinegro soltó una carcajada al escucharlo—. Y ahora que pienso mejor lo que dije, no entiendo cómo le dirías a alguien eso.
Jungkook sonrió bonito en esa bruma alcoholizada y tal vez era el alcohol o el hecho de querer aferrarse a algo o que Taehyung nunca había besado a nadie o el lunar debajo del labio del rubio que le resultaba tan atrayente.
Pero sin importar si fue uno o muchos motivos Taehyung no pudo reprimir su deseo. Porque hace mucho tiempo no había deseado nada más que la muerte. Y en ese momento deseaba, pero deseaba algo que solo podía obtener si vivía. Y estaba vivo, entonces podía hacerlo.
Así que se inclinó hacia adelante, no sabiendo que hacer exactamente al ser tan inexperto, pero Jungkook lo entendió, inclinándose hacia él a su vez. Porque quizá él también deseaba.
Y cuando sus labios se unieron, sintieron ese mismo deseo recorriendo como electricidad todo su sistema nervioso.
Recorriendo desde sus labios, hasta la punta de sus narices y la yema de sus dedos. Electricidad recorriendo sus venas hasta acelerar sus frecuencias cardíacas y recorrer su espina dorsal, asentarse en su estómago y estallar en fuegos artificiales de colores que brillaron en sus ojos ocultos por sus párpados.
El deseo se sentía como electricidad y esa electricidad les hizo sentir vivos.
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Las notas de Hyde Hills || Mini Fic || Vkook
Hayran KurguTaehyung solo llego a Hyde Hills buscando lo que todos querían ahí: una última aventura antes de que todo acabara. Jungkook estaba ahí por el mismo motivo. ¿qué de malo tendría compartir juntos su última aventura? _________ NO SE PERMITEN COPIAS NI...