Capítulo XIX - Vojna Bogov

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Vojna Bogov - Guerra de dioses

Céfiro → Dios del aire

Maya → Diosa de la ilusión

Zeus → Dios del cielo y soberano del Olimpo

Visnú → Dios creador

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Ese día, el despertar fue distinto.

No había una sonrisa mañanera, no había rayo de sol que calentara la habitación, no había toqueteos incitadores, todo se sentía tan diferente y Louis ya no sabía como animar a su humano. 

—Nos esperan, mi precioso sorin—. Le dijo el dios tomándolo de la cintura, acercándose lo más que pudo.

—No vayas por favor—. El chico había empezado a llorar de nuevo. —Y si vas, derrótalo.

No soportaba la idea de vivir sin el dios, sin sus besos, sin sus caricias.

—Tengo que darte algo—. Louis se dirigió al borde de la cama y tomó la caja que había querido abrir desde la noche anterior.

Sacó un anillo que le había pertenecido a su madre, en el centro del accesorio relucía una preciosa piedra rubí ovalada, dentro, se encerraba una verdad que solo el rey de los dioses podría liberar.

El anillo fue entregado a Deimos cuando cumplió 18 años de existencia, creyeron que el sería el elegido, al ser descendencia de Lisa y el controlador de todos los dones tenía bastante sentido que pudiese ser el rey, pero no fue así. Trató de liberar aquella verdad sin éxito alguno, pensaron que quizá el futuro hijo de Deimos ocuparía el trono así que dejaron el tema de lado.  

—Lou... No te despidas de mi—. Harry tenía los ojos hinchados de tanto llorar.

—No lo hago, solo quiero que lo tengas—. "En mi visión lo tenías puesto"  Calló sus pensamientos al sentir al rizado abrazándolo efusivamente.

Tuvieron que interrumpir su momento al escuchar a Enzo tocando la puerta. Salieron de la casa tomados de la mano, Harry no quería soltarlo, tenía miedo de que desapareciera si lo hacía.

Todos se reunieron en el gran centro de batallas, según una de las leyendas que relataba el Boek Heilig, el lugar había sido utilizado por los dioses antiguos para luchar por el poder supremo, la profecía dictaba que la pelea debía darse en ese lugar.

Harry fue conducido a las gradas que rodeaban el círculo central en donde Enzo se encontraba junto a Amadeus, Deimos y Garren.

—Hermanos y hermanas. Nos encontramos en este lugar para presenciar la gran Lucha del poder, profecía que hemos esperado sea cumplida desde hace más de dos crones (dos millones de años)

—Primero, quiero agradecer la existencia de estos increíbles seres, el mundo sería fantástico si ambos pudiesen reinar—. Dijo Enzo fingiendo aflicción, lastima que el humano se encontraba tan aturdido por el dolor que no recordó que Enzo no tenía la capacidad de sentir tristeza.

Los dioses aplaudieron atentos a la pelea que estaba a punto de darse. Enzo indicó que la única regla era que ninguno de los dos podía utilizar sus dones.

Deimos y Garren se acercaron y se dieron las manos en señal de respeto, se sonrieron y se abrazaron.

—Tranquilo, no dañaré tu bonita cara—. Susurró Garren en el oído de Deimos.

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