Capítulo XXV - Velleitie

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Velleitie - Un deseo poderoso de algo que, sin embargo, no es o no puede ser. Seguido por acciones destinadas a perseguirlo.

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Todos los dioses se encontraban sentados en los asientos designados cerca del Baum Leben, lugar en donde se llevaría a cabo la tan esperada boda.

Harry, por su lado, se encontraba completamente nervioso, su madre intentaba tranquilizarlo un poco sin éxito alguno.

—¿Y si me caigo al entrar? Voy a ser la burla de todos—. Harry soltaba palabras sin sentido debido a su nerviosismo.

—No te vas a caer, te acompañaré—. Le dijo Adeline acariciando su espalda para calmarlo.

—Este traje me hace ver gordo ¿Verdad? ¡Mira esto! Mis rizos están desordenados—. El dios cada vez se encontraba más histérico.

—Hazz, te ves perfecto, todo saldrá bien ¿Si? Lou se encargó de dejar todo listo para ustedes, estarán bien.

—Lo amo mamá, lo amo demasiado—. Ante la mención de su dios, Harry se tranquilizó un poco.

—Lo sé, y el te ama a ti.

Por otro lado, Louis también se encontraba nervioso gritando e insultando a Enzo debido a su estado.

—¡Ya basta sinag! Es la tercera vez que te cambias el traje.

—¿Crees que sea muy grosero ir con ropa deportiva?

—¿Enserio esperas que responda eso?

—Odio como se ve esto en mi, es muy ajustado—. Louis se removía sin sentirse cómodo con el traje que estaba utilizando.

—Ya casi es hora—. Dijo Inara entrando a la habitación al ver que Louis no salía.

—No me presiones o empezaré a incendiar el lugar.

—Deimos, estás bien, no tienes que preocuparte todos apoyaremos en esto para que sea un día inolvidable.

—¿Dónde están mis niñas?

—Las tiene Danu, ya están en el Baum Leben. 

—Bien. 

Louis soltó un suspiro y se quedó con el primer traje que se había probado, salió del lugar aún con los nervios recorriendo su ser. 

Enzo, como de costumbre, se situó al frente de todos acompañado de Amadeus y Louis que se acomodaron a su costado a la espera de Harry.

El dios no se hizo esperar mucho ya que, minutos después, apareció del brazo de su madre caminando hacia el castaño.

"Izquierda, derecha, izquierda, derecha" Harry tenía miedo de olvidar como se caminaba.

"No te levantes, no te levantes" Louis, al ver al rizado con aquel traje que moldeaba tan bien su figura, no pudo evitar pensar en situaciones un poco obscenas, comprometiéndose a sí mismo a una situación incómoda.

 Al llegar, Harry se situó a lado de su dios.

—Hola—. Le dijo casi sin voz, aclarándose la garganta para que se le escuchara mejor.

—Estás precioso—. Le dijo Louis aún con los nervios recorriendo por todo su ser.

—Esta tarde, por primera vez, presenciaremos la unión de dos magníficos seres que nos han dado la dicha de sentir y de seguir con vida librándonos de la guerra que se aproximaba con los gigantes.

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