EL INICIO

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  Hola me llamo Addison y voy a contaros la historia de cómo me traicionó una de las personas más importantes de mi vida.

Bueno, antes de nada tenéis que saber que vivo en New York más concretamente en la calle 82 oeste al lado de Central Park. Además, vivo con mi mejor amigo Derek, él es un chico divertido y listo. Igual también debería decir que es mi crush desde hace un par de años bueno, eso es un detallito sin importancia.

Los dos estamos estudiando derecho en la universidad "New York University School of Law" pero, él también está estudiando parapsicología en "Columbia".

La parapsicología es la ciencia que estudia lo paranormal. Sinceramente, a mí nunca me han interesado ese tipo de cosas, ya que no creo demasiado en los fantasmas. Eso sí, si me pones videos de fantasmas captados en cámara me cago viva. 

Tengo 21 años y Derek tiene 23, nos conocimos en la fiesta de cumpleaños de una amiga que teníamos en común y desde ese día hasta hoy somos amigos. Yo tengo el pelo rubio y él tiene el pelo castaño. Yo mido 1.65 m y Derek mide 1.80, por eso, él me suele llamar enana, elfa y ese tipo de cosas.

Realmente no me importa que me llame así siempre y cuando no lo haga para decirme que he hecho algo mal. Porque sí, soy muy cabezota y siempre quiero tener la razón en todo aunque me cueste admitirlo.

En nuestro día a día normalmente solemos cocinar los dos, pero cuando me quedo dormida él hace el desayuno. Es por eso que un sábado por la mañana me desperté con el olor de tortitas recién hechas. Solo con olerlas ya tenía hambre, por lo que decidí ir a la cocina a desayunar. Allí me encontré con Derek que llevaba un delantal rosa (el cual no había visto nunca) puesto para no manchar el pijama negro y gris que llevaba. Me recordó a Gru, el protagonista de "Gru mi villano favorito". Cosa que me hizo mucha gracia, él me dijo:

-¡Buenos días, enana!- dijo dándose la vuelta, dejándome ver el delantal entero. El delantal no era solo rosa, sino que por delante estaba lleno de purpurina.

-¡JAJAJAJAJA! -no pude aguantar más la risa- Buenos días- dije entre risas

-¿Te ríes del delantal, verdad? Ja,ja muy gracioso.-dijo sarcástico - No encontraba el delantal negro y no me ha quedado otra que bajar al chino y comprarme este.- Derek

-¿No los había de otro color?-dije yo intentando joderle más.

-Para mi desgracia no.-dijo Derek haciendo como si estuviera llorando.- Pero me queda genial, y lo sabes.- presumió mientras seguía cocinando.

-Sí, sí, lo que tú digas sirvienta 

-¿Qué me has llamado?

-¡Bueno, a comer! - dije al ver que terminaba de cocinar y servía las tortitas en dos platos.

Después de desayunar, Derek y yo limpiamos los platos y me dijo que quería enseñarme algo importante a lo que yo accedí. Mala decisión por mi parte. Me vestí y me puse unos vaqueros anchos azules y una camiseta negra.

Nos subimos al coche y me llevó a un edificio abandonado, el cual tenía todas las ventanas rotas. Más concretamente al hospital psiquiátrico de "Creedmoor" en Queens. No sabía bien lo que me esperaba. Al bajar del coche le dije:

-Cuando me dijiste que querías enseñarme algo importante, no pensé en esto. - admití en voz alta-¿Para qué me has traído aquí?

-Es para un trabajo de la universidad, pero me daba miedo venir yo solo- Derek

-Así que eres un gallina, eh- dije yo entre risas

-Sabes perfectamente que tú eres más gallina que yo, pero este edificio tiene algo que hace que me dé más miedo que el resto de edificios abandonados en los que he estado.- dijo Derek

-Lo dices como si fueras un experto - bromeé, pero inmediatamente me puse sería otra vez al ver su cara de reproche.- Entiendo, pero sabes que no me gusta nada lo paranormal.- dije yo seria.

-Lo sé, te prometo que será rápido.- dijo suplicándome que me quedará- Por favor no abandones a este gallina aquí- dijo el castaño suplicando intentando que no le abandonara.

-Supongo que no me queda otra- dije yo sarcásticamente.

-Eres mi heroína, no sé que haría sin ti- dijo él sarcásticamente- Por cierto, más tarde vendrán Louis, Alex, Harry e Michael, haré el trabajo con ellos. Te acuerdas de ellos, ¿no?

-Sí, sí. Pero no sé si ellos me recordaran a mí.-respondí.

-Seguro que sí, de eso no te preocupes.

Sin decir nada más entramos en el edificio que era enorme, el interior era bastante siniestro y todo el lugar estaba lleno de ruinas. Nada más ver eso pensé en irme de allí, pero no quería dejar solo a Derek, así que seguí adelante. Había muchas habitaciones, no sabía por dónde empezar  a investigar, pero justo en ese momento Derek se metió en los baños.

El baño estaba lleno de ruinas y los inodoros estaban muy sucios, no había visto unos baños tan sucios en toda mi vida. Ni siquiera el baño de un ogro estaría tan sucio, supongo que es normal teniendo en cuenta que estaba abandonado.

De repente escuchamos unas risas extrañas seguidas de unos gritos de mujer. Le pregunté a Derek:

-¿Qué ha sido eso? ¿Lo has oído, verdad?- dije, muerta de miedo.

-Sí, lo he oído parece que estamos en un lugar encantado.- Derek

-¿Cómo? ¿Qué coño ha sido eso- dije alarmada.

-Un poltergeist.- al ver mi cara de confusión me explicó a lo que se refería.- es un fenómeno que generalmente sucede en lugares encantados.

-¿Eso qué significa?- dije un poco asustada.

-Significa que no estamos solos.- dijo emocionado y preocupado a la vez, supongo que ese era el objetivo del trabajo.- Sígueme, vamos a ver de dónde viene- dijo agarrándome de la muñeca.

Sin decir ni una sola palabra le seguí y salimos al pasillo. El papel de las paredes estaba a medio arrancar y pude deducir que en su día era beige.

Nos paramos un segundo para escuchar de dónde venía el ruido. Ese pasillo estaba lleno de habitaciones muy siniestras. Además de que había charcos de agua (o creo que era agua) en cada una de las habitaciones.

De repente se escucharon los mismos gritos y las mismas risas en una habitación del fondo del pasillo. Empezamos a avanzar hacia la habitación y los gritos cada vez se escuchaban más y más cerca. 

Llegamos a la habitación y Derek fue el primero en entrar, había una cama con sábanas blancas que bueno, ahora ya no eran blancas, sino que eran marrones. También había una máquina de electroshock, estas máquinas se usaban para electrocutar el cerebro de las personas que tienen esquizofrenia, catatonia y otros trastornos mentales, para curarlas. Normalmente, los beneficios son temporales. Sé todo esto gracias a las series policíacas como Castle y a las series médicas como House por ejemplo, me alegro de haberlas visto, gracias a ellas sé varias cosas sobre tortura y medicina. Pero, no lo suficiente como para volverme médica o torturar a alguien. Entramos en aquella oscura habitación y de repente llamaron a Derek y me dejó allí, sola e indefensa en la habitación.

La TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora