LA GRAN NOTICIA

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Si dijera que Abby conducía bien y que iba a la velocidad que marcaban las señales, mentiría. Literalmente se saltó todas las señales de stop, pasó dos semáforos en rojo y para mejorarlo iba a 100 km/h por la carretera de la ciudad que indicaba que el máximo era ir a 40 km/h. Nada más arrancó me agarré a Derek que estaba agarrado de la manija del coche para asegurarse de que no salía volando.

Finalmente, llegamos al restaurante y salí lo más rápido que pude del coche. Me acerqué a la puerta del otro lado del coche para ayudar a Derek a salir de él.

- Queridísima pareja, han llegado a su destino. Son 40 € por traeros y 10 € adicionales.- dijo Abby muy alegre mientras sacaba las llaves del contacto del coche.

-¿10 € adicionales por qué?-pregunté por curiosidad.

-Por la limpieza del coche

-¿Abby qué cojones estás diciendo?, Es mi coche y has conducido tú porque me has vendado los putos ojos-le reprochó Derek.

-¿A qué te refieres con que tenemos que pagarte la limpieza del coche?- pregunté intentando calmar el ambiente.

-Como sois pareja, seguro que os habéis enrollado y me habéis dejado el coche lleno de-dijo antes de que la interrumpiera.

-Vale, cállate, no quiero oírlo. Te agradecería que no dijeras nada parecido durante la cena.

-No prometo nada.- dijo mientras entraba en el restaurante dando saltitos sobre sus botas militares.-De verdad, cada día flipo más con lo que dice.-dije mientras la veía ligando con el recepcionista.

-No ha cambiado nada desde el insti.- admitió Derek.

-Nosotros tampoco hemos cambiado.

-Tú sí que has cambiado Minion.- dijo Derek, lo cual me sorprendió.- Has pasado de ser mona, a ser lo más sexy que he visto en toda mi vida.

-Lo mismo digo Derek.- dije mientras le agarraba de la mano.

Entramos en el restaurante y fuimos directos a la mesa que Derek había reservado. Nos aseguramos de que el restaurante quedaba lo suficientemente lejos de la casa de Louis que era donde probablemente estarían encerradas Alex y Carol. 

Nuestra mesa estaba en una sala apartada del comedor general, dónde estaba el resto de la gente. En los restaurantes lujosos como ese solían ir empresarios para cerrar sus negocios, esas habitaciones se hicieron para que nadie escuchara de lo que hablaban. Esos restaurantes eran perfectos para los mafiosos y los corruptos, podían disfrutar de una buena comida y de paso para asegurarse de que nadie se interponía en su camino.

Obviamente, no era barato ir a sitios esos restaurantes, nosotros no teníamos tanto dinero para pagarlo, por lo que cuando el camarero nos dejó solos me giré hacia Derek y le pregunté:

-¿Derek cómo vamos a pagar esto? Es una sala privada, tiene que ser carísimo comer aquí.

-Qué va, no es para tanto Addi. Además, es para celebrar nuestro compromiso, me gastaré una fortuna si hace falta. Quiero que sea perfecto, porque es lo que te mereces.-dijo Derek, mientras se quitaba la corbata de los ojos para poder mirarme a los ojos. 

Al verme con aquel vestido rojo tan provocativo, las ondas de mi pelo y con ese pintalabios rojo que resaltaba mis labios. Toda la calma que tenía antes desapareció y fue sustituida por unos nervios locos que se podían ver a simple vista. No dejaba de mirarme de arriba abajo mientras tragaba saliva y apretaba la mandíbula, sus ojos verdes estaban prácticamente negros por la excitación que le provocaba aquel vestido.

-¿Derek, acaso quieres una foto de Addi con ese vestido? Te lo digo porque una foto te dura más y tal.-bromeó Abby, que fue la que eligió todo lo que llevaba aquella noche.- Como la mires más vas a llenar la habitación de babas y se te va a poner la polla más dura que una puta piedra.

-No me extraña, mírala está jodidamente preciosa.-respondió Derek, posó su mirada directamente en el collar con dos alas de ángel que llevaba. Lo que hizo que una oleada de aire caliente me calentara de arriba abajo.- ¿Todavía guardas el collar que te regalé? Pensé que lo habrías tirado.

-Fue uno de los primeros regalos que me diste, no pensaba tirarlo.-admití contenta.

-Recuerdo que después de que se lo dieras, vino corriendo hacia nosotras dando saltitos de alegría y no paraba de gritar de la emoción.- contó Abby.- Si lo hubiera perdido, le habría dado algo.

Seguíamos hablando tranquilamente hasta que el ruido de la puerta al abrirse nos sobresaltó, era Louis. Llevaba puesto un esmoquin azul oscuro muy elegante, con una camisa blanca con todos los botones atados, una corbata negra y el pelo perfectamente engominado hacia atrás. Parecía un verdadero empresario, de esos con los que no quieres tener problemas. Derek era literalmente lo opuesto a él, llevaba un esmoquin negro, una camisa blanca con la mitad de los botones atados, dejando ver una parte de su tan trabajado pecho y llevaba el pelo despeinado hacia delante como siempre.

-Hola cuñada, vienes demasiado guapa teniendo en cuenta que es un intercambio de personas, ¿no?-dijo Louis mostrando una sonrisa socarrona, al ver la cara de confusión de Abby le lancé una mirada dándole a entender que no pasaba nada.

-Ay cariño, ¿No le has dado la noticia aún?-dije agarrando el brazo de Derek con firmeza.

-Lo siento mi amor, se me habrá pasado.-dijo Derek siguiéndome el rollo mientras me miraba a los ojos con una felicidad enorme. Necesité usar todo mi autocontrol para no reírme de la cara de Louis, estaba totalmente desconcertado.- Louis, sé que no es en lo que habíamos quedado, pero...

-Nos vamos a casar.-terminamos la frase los dos a la vez.

Entonces fue cuando mi mente explotó del todo. Louis estaba ¿sonriendo? Se suponía que eso era lo último que quería, que me odiaba y que lo único que quería de mí era matarme para conquistar el universo tal y como era. ¿Entonces por qué cojones estaba sonriendo?,¿por qué parecía tan contento de haberle jodido el plan? Intenté que no se notara la sorpresa en mi cara, pero no funcionó.

-¿Por qué pones esa cara cuñadita mía? Ahora eres mi cuñada oficialmente, nos veremos mucho más.-dijo Louis eufórico y nos dio un abrazo enorme a los dos.- Felicidades a los dos, me alegro muchísimo de verdad.

-Gracias Louis, seguro que seremos muy felices. - le agradeció Derek con una sonrisa perfecta. Algo se me estaba escapando, y no sabía el qué.

- Por cierto, ¿Quién es ella?- dijo señalando con la cabeza a Abby que estaba en la esquina de la sala presenciándolo todo.

-Es una amiga nuestra del instituto, pensábamos presentaros y tener una cita doble.- le expliqué a Louis con una sonrisa. Por cómo se le iban los ojos hacia el escote de Abby me imaginé que le había encantado.

-Me llamo Abby, encantada.- dijo mi amiga dándole dos besos en las mejillas a Louis. 

-Louis, y encantado estoy contigo.- dijo Louis dándole un beso en la mano a Abby sin apartarle la mirada de sus ojos. "Está noche será  muy divertida"  pensé al ver lo embobados que estaban los dos.

La TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora