LOS RECUERDOS Y RITUALES

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-¿Y porqué no lo probamos?-preguntó la pelirroja mientras miraba a mi hermana la rubia.

-A ver, ¿Lo que me estáis diciendo es verdad?-pregunté incrédula aunque sentía que en realidad no quería oír la verdad.

-Sí, es 100% real y no fake.-dijo Elisabeth intentando hacerme reír, claramente no lo consiguió. En ese mismo momento note que se me llenaban los ojos de lágrimas y que mi mundo se me venía abajo. No me podía creer que Derek me hubiera pegado por salir con unos amigos, lo que era aún peor es que me borró la memoria para que no pudiera recordarlo en vez de intentar arreglar las cosas hablando del tema.- Tranquila Addi, no pasa nada. Que te haya borrado la memoria no significa que no sea de fiar.

-No significa eso pero, sí que significa que me está escondiendo algo.-dije mientras sentía un abrazo de las dos chicas con las que estaba. -¿Acaso le parezco tan débil que ni siquiera me puede decir la verdad?

-No te preocupes por eso.

-En realidad sí que debería preocuparse por eso.-interrumpió Carol a Elisabeth.

-¿Y eso?-preguntó Elisabeth ya que ella no conocía lo que le pasó a Carol cuando seguía viviendo en el infierno.

-Luego si quieres te lo cuento, ahora tenemos que ir a la catedral a que visitéis a vuestro "papi".-dijo Carol quitándole hierro al asunto.

-No le llames así por favor, me recuerda a la típica niña repelente del instituto que hablaba así a los profesores como si fueran sus sugar daddies.-dije con asco mientras caminábamos hacia la catedral.

-Ya en realidad sí que da asco.-dijo Carol riéndose.

Entramos en la catedral y nos sentamos en un círculo, comprobamos que no había nadie dentro de la catedral, Elisabeth se convirtió en un hermoso ángel.

-Carol haz tú lo mismo, es para que recupere la memoria. Yo me encargo del resto pero necesito que al menos tú te conviertas en diabla.-le pidió Elisabeth a Carol.

-De acuerdo, pero Addison prométeme una cosa- me pidió Carol.- Prométeme que tendrás cuidado con Derek, porque sé que no te vas a alejar así como así de él aunque vuelvas a recordarlo todo. Te conozco desde hace poco pero siento que eres de esas personas tan cabezotas que hasta que no lo saben todo no paran.

-Te juro que lo tendré.-le prometí inmediatamente mirándola directamente a los ojos.

En ese momento ella me mantuvo la mirada y se convirtió en una preciosa diabla, con los dos cuernos parecidos a los de una cabra en la frente, que apartaban su pelo pelirrojo de su cara para que no se le metiera el pelo en sus ojos ahora rojos y con dos alas grises claras enormes. Me giré a mirar a mi hermana, ella tenía dos alas blancas enormes y sus ojos verdes se volvieron amarillos. Le asentí con la cabeza a Elisabeth indicándole que podía empezar con el hechizo por llamarlo de alguna manera.

-Deus, per virtutem quam dedisti mihi, rogo ut placeat ei memoriam reddas. Hic sumus filia satanae et meminerimus ultimarium 12 horarum quas meminimus. Commoda tibi nostra memorias.- dijo mirando al cielo fijamente. 

Al escucharle a mi hermana decir eso en latín me di cuenta de lo poco que me sirvieron las clases de latín en el instituto porque no entendí absolutamente nada. De repente empecé a sentir un fuerte mareo y empecé a ver borroso y a perder la visión, escuché las voces de las dos chicas que me acompañaban preguntándome si estaba bien. Intenté responder pero no tenía fuerzas para hacerlo, finalmente me desmayé en el suelo. Una hora después me desperté en el suelo de la catedral con la cabeza encima del regazo de alguien, al abrir los ojos pude ver que se trataba de Derek. Espera, ¿Qué hacía Derek ahí?. Antes de poder preguntar o decir cualquier cosa Derek se abalanzó y me analizó con la mirada, parecía muy preocupado y algo enfadado también.

-¿Estás bien?-preguntó finalmente después de comprobar que físicamente no tenía ni un solo rasguño.- He sentido una corazonada de que te había pasado algo y no he dudado en venir inmediatamente.- explicó mientras me sentaba en el suelo a su lado con un poco de su ayuda.

-Hola ehh, que Alex, Michael y yo también estamos aquí.- se quejó Harry mientras movía sus brazos para que le viera.

-¿Has venido hasta aquí solo por eso?-dije con una asquerosa y exagerada voz de enamorada ignorando a Harry. Debo admitir que también le miré con una mirada de enamorada pérdida y realmente no lo hice a propósito para fingir que no sabía nada. Quizás lo que sentía por Derek era más fuerte de lo que pensaba.

-También para verte preciosa.- dijo guiñándome un ojo e inclinándose hacia mí para besarme, yo sonreí embobada "Sonrisa de enamorada". Cuando se acercó a mí me vinieron todos los recuerdos que había perdido, la bofetada, la discusión con Derek por cómo trató a su hermana, recordé cómo me amenazó cuando le dije que podía hacer lo que quisiera y que podría casarme con otra persona. Todo lo sucedido me vino a la mente, se me borró la sonrisa que tenía en ese momento e inmediatamente aparté al castaño oscuro suavemente. -¿Estás bien? Te veo pálida.- comentó mi novio en ese momento al ver mi reacción. Claro, él no sabía que yo recordaba todo lo que había pasado.

-Sí, sí, lo único es que me he mareado por un momento y pensaba que iba a vomitar.- le dije tragando saliva y poniendo mala cara para que fuera más creíble.- No querrías que te vomitara en la boca, ¿no?

-Bueno, si fueras tú quién me vomitara igual no me quejaría tanto.-dijo con una sonrisa divertida y guiñándome un ojo. Yo reí ante ese comentario.

-¿Estás preparada para empezar con el ritual para visitar a papá?-dijo Elisabeth preocupada.- Si quieres podemos atrasarlo a mañana o algo así.

-No, no, no hace falta de verdad. Estoy perfectamente.-aclaré mientras Derek me ayudaba a levantarme.

-De acuerdo, Michael cari- digo Michael ayúdame por favor.- corrigió Elisabeth cogiendo una biblia.- Coge las velas y haz un circulo con ellas por favor.

-Enseguida mi amo- digo a sus órdenes jefa.-dijo Michael sonrojándose al darse cuenta de que casi la cagó delante de todos. Aunque ya era tarde para disimular lo que pasaba. -Por cierto estás guapísima cuando te conviertes en ángel.

-Muchas gracias.-dijo Elisabeth con una enorme sonrisa y pudimos ver un leve sonrojo en sus mejillas.

-Uiba, entre vosotros dos hay tema del fuerte ehh- dijo Harry riéndose desde uno de los bancos de la catedral.

-Ya ves, no me había dado cuenta de lo fuerte que es.-admitió Alex.

-Creo que todos tenemos la misma duda. ¿Sois pareja?-preguntó  Carol finalmente. Elisabeth y Michael se miraron fijamente y Michael decidió contarles la verdad.

-Pues resulta que hemos hablado mucho últimamente como ya lo sabéis. - empezó a explicar y todos le escuchamos atentamente aunque supiéramos exactamente lo que iba a decir.- Básicamente hemos decidido darnos una oportunidad.

-Venga que estáis saliendo, ¿no?- preguntó Derek a lo que los dos se sonrojaron muchísimo.

-Sí-logró decir Elisabeth después de un rato.

-VIVAN LOS NOVIOOOS- gritamos Harry, Alex, Carol y yo felices. Derek sin embargo se quedó mirándome con una sonrisa y la pareja se sonrojó a más no poder.

-Bueno, creo que esto ya está listo.- tosió levemente para disimular su sonrojo.- Acércate Addi vamos a empezar con esto y quitárnoslo de encima de una vez.

-Vamos a terminar con esto.-dije agarrando a mi hermana por sus manos.

-Hinc Deo gratias tibi ago pro omnibus quae pro nobis fecisti, et sic te aliquid amplius postulare velimus. Unum extremum familiae ineundae habeamus, Gravis est.-dijo Elisabeth en latín sin dar demasiados detalles sobre lo que agradecía en realidad para que Derek no supiera nada de lo que sucedió una hora antes.- Repite la última frase conmigo por favor.

-Unum extremum familiae ineundae habeamus, Gravis est- repetimos las dos al unísono. En ese momento sentí cómo nos rodeaban unas cuantas lucecitas doradas. Parecían unas luciérnagas, como en las películas de cuentos de hadas era la misma luz.

-Os esperaremos aquí. No tardéis mucho por favor- dijo Harry despidiéndose con una sonrisa justo antes de que desapareciéramos de allí.




La TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora