La Traición

LOS PROFESORES

-Que sea rápido, por favor, cuánto antes lo hagamos mejor.- dije yo. Derek llamó y los profesores contestaron enseguida.

-Buenas tardes, Derek, ¿a qué se debe esta llamada?

-Hola buenas tardes, queríamos preguntaros algo, es sobre el proyecto.- dijo Derek

-Dinos, qué pasa-el hombre de la llamada.

-Es mejor que os lo diga en persona. ¿Quedamos dentro de media hora en la catedral de San Patrick?- preguntó Derek

-Si claro, nos vemos- El hombre de la llamada

Colgaron la llamada y nos preparamos para salir de la casa. 18 minutos después ya habíamos llegado a la catedral de San Patrick. Estuvimos explorando la catedral hasta que llegaron los profesores. Una mujer rubia que media 1,65 más o menos se acercó a nosotros y nos dijo mientras me lanzaba una mirada asesina:

-¿Quién es esta chica? No recuerdo haberla visto antes, no creo que venga a nuestra universidad.

-Esta es Addison y no, no viene a nuestra universidad. Es que íbamos a ir a por un café después, por eso ha venido.- mintió Derek. ¿Por qué tenía que mentir?, ¿Acaso Addison no podía ayudarles? "Teniendo en cuenta que es un proyecto en grupo es lo más normal." Pensó Addison -Bien, ahora que ya nos conocemos todos vamos a contaros algo muy raro. Pero no os asustéis.- dijo Derek intentando intimidar a los profesores.

-Derek dilo ya por favor, cuanto antes nos quitemos el tema de encima más tranquila estaré - dije yo cansada y al parecer los profesores estaban de acuerdo conmigo.

-¿Y por qué no lo dices tú? - dijo algo molesto.

-¿En serio? ¿Te pones así solo porque no quiero hacerles perder más tiempo?- le pregunté a Derek mirándole directamente y al ver que no contestaba simplemente bufé.

-Vale, lo diré yo. Hemos ido al hospital abandonado que hay en Queens para el proyecto que tenemos que hacer. Hemos escuchado ruidos extraños. No es solo eso, también los muebles que había allí han empezado a moverse solos.- contó Michael para calmar el ambiente.

-Pero no es nada grave, solo nos han perseguido hasta la puerta de salida- añadió Harry.

-Estáis de coña, ¿no?- dijo el profesor de Derek intentando aguantar la risa-¿Os han perseguido unos muebles?

-JA, JA, JA, JA- se rieron la directora y el profesor

-Ja, ja, ja muy gracioso.- dijo Derek

-Pero, ¿es verdad?- dijo la directora

-Que sí, es verdad, parece mentira que estudiemos lo paranormal y que no os lo toméis en serio.- dijo Alex enfadada.

-Vale, vale, tranquila.- dijo el profesor

-Queremos que vengáis con nosotros a ese hospital para ver qué nos ayudéis a descubrir qué está pasando- pidió Derek

-Vale, me parece bien, pero si al final no está encantado os voy a bajar la nota del trabajo- dijo el profesor mientras se cruzaba de brazos.

-Bien, entonces quedamos mañana aquí- dije yo levantándome del banco.

-A las cinco de la tarde- añadió Harry

-Está bien -dijeron la directora y el profesor

Fuimos a nuestra casa, Alex, Michael y Harry durmieron en mi habitación y Derek durmió solo en su cama. En vez de descansar para estar descansados el día siguiente, nos pusimos a ver pelis una cosa llevó a la otra y como es normal, al final acabamos montando una fiesta. Bebimos muchos Malibús con piña, vino y algo de whisky, básicamente bebimos todo el alcohol que había en la casa.

Michael no aguantó mucho y fue el primero en emborracharse, empezó a bailar y a hacernos un striptease, por suerte Harry le detuvo antes de que pasara algo peor.

La siguiente en emborracharse fui yo, la verdad es que no me acuerdo de lo que pasó después de eso. Lo único que recuerdo es que cuando Alex se emborrachó, todo se nos fue de control. Empezamos a cocinar, a intentar hacer parkour, jugamos al pillapilla y por supuesto empezamos a hacer acrobacias. 

A la mañana siguiente, Derek cogió un cubo y lo llenó de hielos y esperó 5 minutos para que el agua se congelará en la nevera. Pasaron los cinco minutos y sacó el cubo de la nevera, se metió en mi habitación y nos tiró encima agua congelada. ¡Qué fría estaba! ¡Qué cabrón! Harry y yo nos levantamos y empezamos a gritarle a él y a gritar por lo fría que estaba mientras que Michael y Alex se dieron media vuelta para volver a dormirse. Derek nos dijo:

-Sabéis que teníamos que ir a comprar los materiales, ¿verdad?

-¡¿EEEH?!-gritamos Harry y yo al unísono.

-¡CALLAOS QUE ME ACABO DE DESPERTAR Y TENGO LA CABEZA QUE ME VA A EXPLOTAR!-dijo Alex enfadada

-Eso os pasa por quedaros despiertos haciendo una fiesta hasta tarde.-respondió Derek- Y también por no avisarme.

-Pronto dirás, nos hemos dormido a las 5 de la mañana-le corregí yo poniéndome la sudadera de Harry que estaba tirada en el suelo.- Además, no te avisamos porque a veces eres un agua fiestas.

-¿Cómo? ¿Hasta tan tarde?- dijo Michael mientras se levantaba del sofá-cama.

-¿Yo?, ¿Agua fiestas?, habló la niñita perfecta, la que nunca quería ir a una fiesta y mucho menos beber porque estaba en contra de las reglas.-me reprochó.

-Bueno, Derek no te preocupes, no eres nuestra madre, así que será mejor que te calles. Ya somos mayorcitos para estas mierdas, ¿no?- dijo Alex. Después de decir esto, Derek apartó la mirada de nosotros y dijo:

-Igual no es que no quisiera ir, igual no iba para que no estuvieras dándome el coñazo y sobreprotegiéndome de cualquier persona.- le solté a Derek, ni siquiera pensaba eso. Él tenía razón, siempre quería ser la estudiante perfecta y eso conllevaba unos sacrificios. Aun así, si pensaba que iba a admitirlo, estaba muy equivocado.

-Tenéis el desayuno en la cocina, yo me voy a comprar los materiales. No la lieis.- Después de decir esto se fue. Parecía triste, igual me había pasado diciendo eso, pero no pensaba darme la vuelta y pedirle perdón, al menos no en ese momento.

Derek se fue a una tienda cercana y compró incienso para retirar las malas energías, una Ouija por si teníamos que hablar con los espíritus y velas. Justo después de comprarlas nos envió una foto con la bolsa mientras enseñaba el dedo corazón a través de una asa de la bolsa. Esa foto me hizo reír y me tranquilizó al mismo tiempo, por cómo se había ido, pensé que igual estaría mal, pero esa foto borró cualquier preocupación de mi mente.

Después de desayunar sus deliciosas tortitas, pasaron varias horas y Derek no había vuelto aún. ¿Qué le habrá pasado?  Pensé, ahora entiendo que no debía haberme preocupado por él, pero claro, no sabía que me iba a traicionar,  no me esperaba que me fuera a hacer daño y menos aún que fuera a mentirme, sin dudarlo y sin arrepentirse ni un segundo.