LA MAÑANA MÁS RARA

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A la mañana siguiente me desperté por la luz que me daba en la cara. Me giré y vi que Derek estaba a mi lado dormido, totalmente destapado. Me levanté y me fui a la cocina a tomarme un café. Al llegar a la cocina vi que Carol estaba despierta y la saludé con un leve movimiento de cabeza, ella hizo lo mismo y me dijo:

-¿Qué tal has dormido?-me preguntó amablemente, lo cual me sorprendió ya que el día anterior no pareció que le cayera tan bien.

-Bien, ¿Y tú?- le pregunté mientras ponía una taza en la cafetera para preparar mi café.

-Bueno, no me puedo quejar. Dormir con Alex es... ¿Cómo lo describiría?-dijo haciendo un pequeño silencio. Mientras tanto la máquina vertía el café dentro de la taza que había dejado.- Divertido, sí. Nos divertimos mucho.- dijo con una gran sonrisa. No necesité más para saber que se habían acostado, pero me daba igual. Es más, me alegraba por Alex. sin embargo no quería saber los detalles.

-Tú y Alex os lleváis muy bien, ¿no? - le respondí.

-Sí, supongo que sí.-dijo mientras se sentaba en una de las sillas de la isla de la cocina.- ¿Qué tal te va a ti con mi hermano?- preguntó forzando una sonrisa.- Parece que últimamente tenéis algunos problemas, ¿no será por mi culpa?

-No, claro que no. Pero, ¿Qué cosas dices Carol?- dije mientras cogía mi café ya hecho y me sentaba a su lado.

-Pues ayer te vi celosa cuando Derek me ofreció una cerveza- dijo mientras me miraba, la muy zorra puso una sonrisa triunfal. Al ver que no contestaba siguió- ¿Por eso te fuiste de fiesta?, porque estabas celosa.

-Mira bonita, el por qué me he ido de fiesta o he dejado de ir no te importa.-dije con la misma sonrisa falsa que me ponía ella cuando estaba con Derek.

-Bueno, bueno relájate. No hace falta que te pongas a la defensiva conmigo.-dijo poniéndome su mano sobre la mía. Miró a ver si entraba alguien en la cocina y siguió hablando- Escucha, no he venido solo porque mi papi no me hace caso. No, he venido también para avisarte. Escúchame bien, tienes que largarte de New York. Cuanto antes mejor. No sé que trama, pero él no es de fiar.

-¿Quién no es de fiar?-preguntó Derek mientras entraba en la cocina. 

En el momento en el que Derek entró en esa habitación a Carol se le cambió la cara por completo. Parecía asustada, como si tuviera miedo de lo que Derek le fuera a hacer.  Me di cuenta de que Carol tenía tanto miedo que no podía ni responder a Derek. Decidí ayudarla y le dije:

-Según Carol Eric no es de fiar porque es rubio. Como si tuviera algo que ver el color de pelo, yo también soy rubia y soy super maja- le expliqué a Derek, me sorprendió lo fácil y rápido que me invente una excusa. Carol pareció volver en si misma y respondió.

-Yo no he dicho eso. Es solo que el tío tiene una cara de mantenido que te cagas, y es mejor que no te metas con ese tipo de gente. - dijo para después darle un sorbo al café- Te pedirá dinero y luego ni siquiera te lo devolverá.

-No seas exagerada, además ni que me fuera a casar con él o algo así.-dije mientras me reía, a Derek no pareció hacerle demasiada gracia mi comentario.

-Si llegarás a casarte con cualquier otra persona, yo mismo entraría a detener la boda. -dijo tranquilamente mientras se preparaba su café. 

Al escuchar esa frase me sonrojé y me imaginé cómo sería mi vestido de boda. Me imaginé en la playa, en el altar, junto a otro hombre. Ni siquiera me molesté en ponerle una cara, y justo antes de dar el "Sí quiero" me imaginé a Derek, con un esmoquin gritando "yo me opongo". Toda la multitud con la boca abierta y yo huyendo de allí con Derek llevándome en sus brazos, como si fuera una princesa. En ese momento volví a la realidad al escuchar a Derek llamándome:

-Addison, oye ¿Estas ahí?

-¿Eh? sí, sí.-respondí rápidamente.

-¿Has escuchado de lo que estábamos hablando?-me preguntó Carol

-Pues, la verdad es que no- dije y seguido solté una leve risita.

-Bueno, no te preocupes tampoco era algo demasiado importante.-dijo Derek sonriéndome, su sonrisa se me hizo algo extraña pero preferí ignorarlo.

-¿Despertamos al resto? Ya son las 9 de la mañana y tampoco es que tengamos mucho tiempo que perder.-propuse mientras me terminaba el café.

-Claro, deja que te acompañe.-dijo Carol pero Derek la detuvo.

-No hace falta, hermanita. Tú quédate aquí que necesito compañía- vi que cuando Derek le dijo eso a Carol, a la pelirroja se le cambió la cara por completo.

 Estaba asustada, por segunda vez ya ese día. Estaba aterrorizada y tengo que admitir que hasta a mí me dio miedo por el tono en el que habló. No quería enfrentarme a Derek, si volvía a defender a Carol él sospecharía. Tampoco quería discutir, simplemente me levanté y me fui a la habitación de Michael y Elisabeth. Llamé a la puerta y grité:

-¡Levantaos ya, par de vagos!

-Buenos días a ti también, supongo- dijo Michael desde el otro lado de la puerta, aún medio dormido.

Me dirigí a las otras dos habitaciones e hice lo mismo que hice con Michael y Elisabeth. Volví a la cocina y al ver lo que pasaba me acerqué rápidamente hacía Derek y Carol. 

-¿Qué cojones creéis que estáis haciendo?-dije mirándoles a los dos. Cuando entré en la cocina vi que Derek estaba agarrando a su hermana del brazo. Parecía como si estuviera amenazándola cuando entré.- Derek suelta a Carol.- le dirigí una mirada severa.

-No te metas Addison, estos son asuntos de familia.-dijo agarrándola aún más fuerte.

-Derek, por favor suéltame- dijo ella suplicando, la pobre estaba llorando desesperadamente.

-Me da igual que sean asuntos de familia, ¿Tú crees que esa es la forma de arreglar las cosas?-dije enfadada. Derek al escucharme perdió la paciencia.

-Te he dicho que no te metas, ¿Acaso eres sorda o qué?- dijo dirigiéndome una mirada de odio, pero al verme se arrepintió al instante.

-Así que soy sorda ahora. Cojonudo, ¿Sabes qué?, paso de ti, de tu padre, y de toda esta puta mierda. Ah y olvídate de "Tu chica", porque no pienso volver contigo.-dije mientras gritaba enfadada y me iba a recoger las pocas cosas que tenía allí.

-Addison espera-dijo en un intento de arreglar las cosas.

-Vete a la mierda-dije sin mirar atrás.

-¡Si digo que esperes, es que esperes!-dijo agarrándome del brazo. Se había vuelto loco, no parecía ser él mismo. Por lo menos no el que yo conocía, me giré asustada.

-¿Qué quieres? -le dije enfadada. - Mira, si quieres hablar, empieza por soltarme.

-Tú no me das ordenes-gritó y después me pegó una bofetada. Al ver que Harry, Elisabeth, Carol, Michael y Alex lo vieron se puso nervioso. Yo estaba en shock, no me podía creer que él me hubiera pegado.- Addison lo siento mucho, últimamente estoy muy nervioso.- Luego bajo el tono de voz para que solo yo pudiera escucharlo.

-Desde lo de ayer, estoy nervioso. Ayer Louis me envió unas fotos de ti con tu amiga, Abby. Empecé a preocuparme ¿Sabes? Creo que él te esta siguiendo. No te lo quería decir hasta estar del todo seguro, pero ayer ya me lo confirmó del todo.-me explicó acercándose cada vez más a mí hasta abrazarme.- Ya sabes que yo nunca te haría eso, por favor perdóname.

-Esta bien, te perdono.-dije aterrorizada. No quería llevarle la contraria y menos entonces. Me daba miedo llevarle la contraria.




La TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora