9. K1-B0

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Dichos chicos se mantenían abrazados mientras el peli-verde seguía en el columpio y el contrario estaba arrodillado frente a él.

Hasta este punto solo estaban concentrados en mostrarle sus sentimientos al otro con este abrazo, estaban en su pequeño mundo.

No les importaba quien los viera o si quiera si los juzgaban, solo querían abrazar al otro.

Después de un tiempo, sus brazos comenzaron a cansarse, obligándolos a separarse.

En ese pequeño momento de cuando se separaron, pudieron analizar bien las características del contrario, que nunca habían visto.

Por ejemplo, nunca se habían puesto a ver los ojos del contrario. Shuichi tenía unos ojos amarillos como el ámbar, mientras que Rantaro tenía ojos verdes como esmeralda.

Pero sin saberlo, la cuenta progresiva había comenzado.

3 semanas después de la fiesta.

Ambos chicos se levantaron de donde estaban sentados y se quedaron callados por unos momentos. Se habían acabado de prometer que no iban a volver a acercarse a Junko, aunque era algo difícil de olvidar. ¿Cómo iban a olvidar a una chica que creó tanta desesperación?

Era algo difícil de olvidar, pero querían olvidarlo de alguna manera. Debían de.

Una lagrima bajo hasta la mejilla del peli-verde, haciendo que este chico se la secara lo más rápido posible para que el contrario no lo notara, el cual no lo hizo, pues estaba analizando los ojos del contrario.

Por alguna razón, Rantaro se veía distinto a los ojos del peli-azul. Era la primera vez que había visto al chico más alto de una manera distinta a la que lo había visto las semanas pasadas.

—Este... —el chico peli-verde trataba de hablar o decir, aunque sea algo, pero sus palabras se quedaban atorados en su garganta. Su mente no podía procesar bien las palabras, así que dijo lo primero que le llego a la mente— ¿Q-Quieres conocerlas?

El detective se volvió a concentrar de vuelta.

—¿Qué? —preguntó.

—A mis cinco hermanas —murmulló mientras desviaba su mirada hacia la izquierda—. Creo que les agradarías.

El contrario pensó sobre ello un poco. No tenía nada que hacer, ya que le había prometido al peli-verde no continuar con la investigación.

—¿Está bien contigo? Digo- —se trabo en su oración mientras trataba de juntar todas las palabras que quería decir—, ¿estas seguro que yo las conozca?

—Mhm —sonrió.

El otro le sonrió de vuelta en forma de respuesta, como si su sonrisa estuviera hablando en vez de el. Para su suerte, el peli-verde le entendió.

—Entonces vamos. —dijo el peli-azul.

Los chicos comenzaron a caminar hasta que llegaron a la estación de autobús mientras esperaban al autobús.

—¿Cuánto mides? —preguntó el chico de ojos verdes.

Shuichi se confundió un poco al escuchar tal pregunta, pero luego recordó el juego que habían hecho sobre las cinco preguntas.

—Si no me equivoco, creo que 1.71.

—Te ganó por ocho centímetros —río.

—¿Mides 1.79? —preguntó.

El otro simplemente asintió.

—A veces me pregunto cómo sería ser un árbol —susurró en forma de broma.

Cien promesas [ ♥︎ ]  - SaimamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora