VISITA INESPERADA

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Finnian se encontraba sentado en la cama del pelinegro. -déjame ver- dijo Sebastian mientras limpiaba la herida que le había dejado en el cuello, -¡duele!...¿Por qué lo hizo?- dijo Finnian quejándose del dolor, -eres tan lindo que a veces me haces perder el control niño- le dio un ligero beso en la herida y coloco una venda en su cuello, -¡ya esta! como nuevo- el pelinegro guardo las cosas en el botiquín y las guardo en un cajón. Las acciones de hace unos minutos, hicieron que el corazón de Finnian latiera muy fuerte mientras sus mejillas se pigmentaban de un color escarlata, termino de vestirse y regreso a la sala. 

-ya es algo tarde- dijo el pelinegro mirando el reloj de la cocina mientras le preparaba algo de comer a Finnian. minutos después Sebastian puso la mesa y llevo los platos con comida, se acerco al rubio que aun permanecía en la sala escribiendo en una libreta. -ya esta la comida niño- dijo Sebastian volviendo a acariciar aquella cabellera rubia. Finnian solamente sonrió y guardo sus cosas en la mochila para después tomar asiento en la mesa, ambos comieron y al terminar Finnian le ayudo al pelinegro a lavar los platos que se habían ensuciado.

-que lindo te vez- dijo el pelinegro recargándose en la pared de la cocina apreciando la parte trasera del rubio, Finnian se quedo callado con las mejillas rosadas y el latido de su corazón era mas rápido,-ya termine Sebastian-san- el rubio se giro y noto que el pelinegro se encontraba a unos centímetros de el, -esta muy cerca- las palabras fueron interrumpidas por un corto beso que poco a poco se volvía mas intenso y profundo, el pelinegro tomo de la cintura al rubio y lo atrajo mas a el pegándolo con su cuerpo mientras que el rubio abrazaba la espalda del pelinegro parándose de puntitas para alcanzar los labios del pelinegro.

el beso fue interrumpido por el sonido del la puerta siendo tocada, el pelinegro frunció su ceño y se dirigió a abrir la puerta, Finnian solo se dio la vuelta y cubrió su rostro con sus manos para ocultar su sonrojo, el pelinegro lo miro de reojo antes de abrir la puerta mostrando una cálida sonrisa. Abrió la puerta y pudo ver a sus dos hermanos que lo miraban con una sonrisa.

-no, nos dejaras pasar- dijo el otro pelinegro de ojos color miel, -Claude, Hannah ¿Qué hacen aquí?- dijo Sebastian el cual no parecía contento con sus invitados. -Oh vamos Sebastian solo vinimos a visitarte- dijo la mujer con una sonrisa, -lo siento, pero por el momento me encuentro ocupado como para recibirlos-,Sebastian estaba a punto de cerrar la puerta hasta que escucho la voz del rubio que lo llamaba desde el interior -¿esta todo en orden Sebastian San?-

-vaya vaya, ¿Qué tenemos aquí?- las dos personas abrieron paso en la entrada de la casa mirando atentamente al rubio, -así que, estabas ocupado con este chico- ambos se rieron mientras miraban al pelinegro, -niño agarra tus cosas te llevare a casa y ustedes dos quédense aquí con la boca cerrada- los dos demonios se quedaron callados mientras veían como el chico de cabellos rubios se acercaba a su hermano saliendo ambos de la casa.

-descuida Sebastian, puedo irme yo solo no vivo muy lejos de aquí- el rubio fue jaloneado y subido al auto -no digas tonterías niño, realmente no me interesa hablar con esas personas- el pelinegro le mostro una sonrisa,- pero- dijo Finnian algo dudoso -hoy solamente estoy para ti niño y no dejare que otras personas nos interrumpan, pero antes vayamos a otro lugar mejor- Sebastian condujo un par de cuadras y detuvo el auto -ya que fuimos interrumpidos grotescamente podemos continuar- tomo del mentón al rubio atrayéndolo hacia el para darle un corto beso -realmente me gustaría arrancarte el uniforme y volverte a hacer mío- el rubio lo callo con un beso -eres todo un pervertido Sebastian san, pero en este preciso momento debo irme- le dio un beso en la mejilla y salió del auto sin mirar hacia atrás. El pelinegro simplemente sonrió mientras veía como el rubio se alejaba del lugar -realmente me vuelves loco-.

aunque no era de su agrado Sebastian volvió a su casa y lo primero que vio fue a sus dos hermanos que estaban sentados, -vayan al grano ¿por que vinieron?- Claude se acomodo sus lentes y prosiguió en hablar -nuestro padre no ha sabido nada de ti y esta preocupado, por eso nos mando a mi y a Hannah ¿Qué es lo que has estado haciendo Sebastian?

-fui bastante claro con nuestro padre de que necesitaba un descanso de mi trabajo y el asedio, aparte estoy investigando un poco mas sobre como conseguir almas- Hannah simplemente se rio ante el comentario -tu investigación tiene que ver con que te estés revolcando con ese estudiante, no me hagas reír Sebastian- el pelinegro frunció el ceño -el no tiene que ver con mi investigación y lo que haga con el no les incumbe a ninguno de los dos.

-ya que Hannah toco el tema de ese chico, note que su alma brilla mas que la de los demás humanos, esa alma me abrió el apetito y mi curiosidad a la vez- dijo Claude mientras se relamía los labios, -cualquier cosa que estés tramando déjala, el me pertenece y no permitiré que ninguno de los dos se le acerque- fue lo ultimo que dijo Sebastian mientras abría la puerta haciéndoles señales a sus hermanos de que quería que se retiraran. ambos se levantaron y salieron no antes de que Claude le dijera algo al pelinegro en voz baja mientras salía del lugar -necesitaras cuidarlo mas- Sebastian cerro la puerta con fuerza mientras sentía como su ser se llenaba de rabia.

Finnian había llegado a su casa y por su suerte no se encontraban sus padres, ya que ha veces salían de la ciudad por trabajo o regresaban a casa muy tarde, el rubio casi no veía a sus padres por lo cual se sentía solo en su casa. Subió a su habitación y comenzó a hacer su tarea.

Al caer la noche Finnian se recostó en su cama -extraño a Sebastian- esas palabras que salieron de su boca hizo que el rubio se sintiera confundido y sorprendido de si mismo -acaso me gusta...No no debo de estar completamente loco para pensar en eso aunque...-  toca su pecho -el es atractivo y todo de el es perfecto aunque a veces pierde la cordura un poco cuando terminamos en esas situaciones, pero acaso ¿el sentirá lo mismo que yo?- sacude su cabeza y se da algunos golpes -por favor no juegues con mis sentimientos- esas ultimas palabras resonaban en la cabeza del rubio

CONTINUARA......

ESTOY A SUS PIES PROFESORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora