Capítulo 36

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36 | Café para ti*

*Shawn*

—¿Lo volvió a hacer? —Estoy bajando los últimos escalones de las escaleras de mi casa y lo primero que veo es el pequeño vaso de café que ya he estado viendo varios días atrás.

—Sí, vino antes de las 8:00 de la mañana y lo dejó. —Mi tía responde sin mirarme.

Me acerco al mesón y tomo el café, a un lado de este viene una pequeña nota escrita con su propia letra.

«Café sin azucar para alguien especial en mi vida»

María.

Sonrío un poco, y guardo la pequeña nota en uno de mis bolsillos, no sabía cómo sentirme realmente.

Apreciaba tanto los detalles que ella... Los detalles que mi novia hacia conmigo, y el dejarme un vaso de mi café favorito todas las mañanas era algo que no se podía comparar.

—Esa niña de verdad te quiere mucho, mira que venir hasta acá sólo para dejarte un vaso de café... Ni siquiera Alessa hacia eso. —Mi tía se pone detrás mío y recarga su cabeza en mis hombros.

—Son distintas, pero tienes razón, María es diferente a Alessa, es mucho mejor que ella.

—Lo es, y por eso debes de cuidarla bien.

—Lo hago, a mí manera, pero lo hago.

Mi tía sonrió y me dió un beso en la mejilla. —¿Irás con ella?

Negué.

—¿Entonces a dónde irás? Tus clases ya han terminado.

Tragué saliva y de inmediato una fuerte corriente caliente comenzó a invadir todo mi cuerpo.

¿Qué excusa le diría a mi tía? Ya le he dicho que no iría con María, en mi trabajo he pedido días de descanso, y la universidad... Bueno, ya lo ha dicho ella misma, ya han acabado las clases.

—¿Por qué no me respondes, Shawn?

—Perdón, iré con unos amigos.

—¿Ah sí? ¿A dónde?

—¡Tía! —Reproché y ella dejó de hacer sus actividades en la estufa y se volvió a girar hacia mí, pero ahora en una postura intimidante.

—No jovencito, podrás tener casi 20 años, pero aún eres un niño y vives bajo mis reglas, así que me dices a dónde irás o no sales.

—¿De verdad? —Le dije tratando de no reír, ella nunca había hablado así, y sabía muy en el fondo que no lo decía en serio.

—Sí. Dime con qué amigos o no sales.

—Con Mario, el cajero, iré con él, hasta luego, te amo. —Le respondí de manera rápida y tomé mi mochila y vaso de café y salí corriendo de casa.

Me sentía mal por no decirle la verdadera razón de mi salida esta mañana, pero aún no estaba listo para confesarle mi mayor secreto.

Colors - #1 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora