Capítulo 23: León Albino... Parte I

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Era casi imposible no notar la tensión que se formaba dentro de ese pequeño espacio. Kanamori-san era alguien sumamente estricto, no podía hablar sin permiso, no podía encorvarse, no podía si quiera pedir ir al baño... mirándolo siempre con desprecio.

En ese momento Tanjiro se dio cuenta que Haganezuka no era tan malo después de todo.

Finalmente hicieron una parada a mitad de un sendero por petición de León y el pelirrojo finalmente pudo descansar sus piernas.

- no se te ocurra alejarte demasiado – le recordó el castor con mirada acusadora.

- solo iré a caminar un poco –

Y sin siquiera esperar una respuesta del hibrido comenzó a andar, tratando de dejar a ese sujeto atrás.

Tanjiro aún se impresionaba por la magnitud del territorio que posean los híbridos, los bosques primaverales quedaron atrás hace horas para darles paso a pastizales grandes y espeso, espaciosos entre sí, luciendo como una sábana. Sin el más mínimo miedo a perderse Tanjiro siguió avanzando hasta que los aromas de sus vigilantes estuvieran lo suficientemente lejos, sintiéndose un poco más seguro mientras ponía más distancia entre ellos.

No tenía que ser un experto para saber que debía cuidar sus espaldas.

Genya Shinazugawa era a simple vista alguien aterrador, con esos ojos rasgados esa cicatriz en su rostro, esa altura escandalosamente inmensa y esos músculos enormes... casi tan aterrador como Himejima.

Con la diferencia de que no ocultaba sus intenciones con aparente amabilidad.

Respiro profundo para tomar aire y tranquilizarse, pero a los segundos sintió un aroma denso y amenazante sobre él, volteo rápidamente solo para encontrarse con la figura robusta de Genya justo en sus narices, enfrentarse seria inútil, parecía que hasta allí había llegado.

Su cuerpo se paralizo por el amenazante aroma que expedía el león... vio como el hibrido paso de largo, haciendo que su mirada siguiera la enorme bestia que salto a una velocidad impresionante contra un cuerpo que ni siquiera sabía que estaba tras él, un gruñido le helo los huesos y ambos cuerpos se hundieron en lo profundo pastizal...

Tanjiro solo podía escuchar el tronar de las ramas aplastadas y zarpazos, la piel separarse y cosas tronar entre sí, un ligero grito ahogado y luego un espeso olor a sangre.

Aquello había sido espeluznantemente rápido.

De entre las ramas salió la sombra oscura de Genya, con sangre en su boca y un roto en su cabeza, los ojos de Tanjiro no pudieron ocultar su impresión... y su miedo.

- ¿estás bien? – pregunto el más alto a una distancia prudente, sintiendo el miedo del humano. Tanjiro asiente apenas puede entender la pregunta – Kanamori te dijo que no te alejaras demasiado – le recordó con fastidio.

Las orejas negras en forma circular y su cola esponjosa parecían hacer contraste tras esa apariencia amenazante, Tanjiro se dio cuenta rápidamente que la sangre sobre él no le pertenecía, aun así pregunto.

- ¿y tú... e... estás bien? –

Genya se detuvo... aquella pregunta le tomó por sorpresa.

Era un hibrido de una casa fuerte, aquel simplemente era un novato que tuvo un día de muy mala suerte. No había razón por la cual preocuparse por un asesino natural. Sin embargo Tanjiro entendió rápidamente la situación, aquel hibrido le había salvado la vida, arriesgando la suya.

Sonrió de lado...

- si... estoy bien ahora -

-.-

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